Italia: Un castillo con cabeza/José Joaquín Beeme


Por: José Joaquín Beeme

 

     ¿Quién quiere un castillo? El de Camino, en la comarca del Monferrato, está en venta.

     Gran parque botánico adyacente, viñedos y suaves paisajes ciñendo sus torreones, orondas barricas en la bodega y afrescados quijotes en el teatrillo, capilla privada y sala de billar pegada a la biblioteca, es escenario frecuente de spots, banquetes de boda con toque gótico y veladas horror. Perteneció a los señores de Scarampi di Villanova, banqueros gibelinos que le arrebataron el feudo al cruzado Teodoro Paleólogo, a quien no se le ocurrió nada mejor que poner el castillo en hipoteca para armar a un ejército cruzado. Luego Scarampo Scarampi, terror de los pueblos circunvecinos, sufrió largo asedio y perdió la cabeza a manos del verdugo: su esposa, que había arañado el perdón in extremis, no llegó a tiempo y se arrojó desesperada de la torre del homenaje. Rondan sus patios, pues, dos fantasmas: uno descabezado, el otro flotando en su pena. Matteo Bandello, poeta del XVI, abona la leyenda en sus novelle, dicen que lejano antecedente de Romeo y Julieta. Fue además estancia de los Saboya, ociosos cazadores, y su paso está signado de cornamentas de ciervo que ornan paredes y candelabros. Mussolini paró allí en una de sus efectistas inauguraciones, y vinieron en su administración obispos, monjes, marquesitas que habrían de avenirse con los nazis, cuyo cuartel general plantaron tras estos murallones. La astucia de los actuales propietarios, herederos de un industrial electrodoméstico que lo mercó al obispado, lo ha reducido a cama y desayuno en un porticado lateral que fue de caballerizas pero lo anuncia como si fuera uno a echar sus huesos en los mismísimos aposentos nobles. Sin embargo no acaban de ir hacia el SPA, como sin dudarlo haría Enzo, el simpático pero desencantado casero genovés, que atiende con su mujer las habitaciones y redondea sus ingresos vendiendo, bajo mano, trufas levantadas por su mastín, vinos doc y saquetes de arroz padano. Enzo nos muestra recortes de periódico en los que DiCaprio se habría interesado por el caserón; si no él, los suizos, siempre los suizos: en ellos tienen puestas las esperanzas los titulares, cargados con el fardo patrimonial y las desorbitantes restauraciones pendientes. A todo esto, si usted dispone de 30 millones de euros, el nuevo castellano es usted.

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