Ruta del Santo Grial en Huesca (I)


Coordina: Antonio Morata

     En esta ocasión realizaremos la “Ruta del Santo Grial”, un itinerario mágico en el que confluyen mitos y leyendas, historia y religión, y que nos llevará por paisajes de impactante belleza hasta cinco recónditos monasterios, perdidos en lo más agreste del Pirineo aragonés, que albergaron, supuestamente, el mítico cáliz.

    El Santo Grial, el cáliz supuestamente utilizado por Cristo durante la Última Cena, permaneció durante muchos siglos en distintos lugares de la provincia de Huesca hasta su traslado a la catedral de Valencia en 1437, donde hoy permanece custodiado. Lugares en los que el arte, la historia, la tradición y el paisaje componen un conjunto de escenarios legendarios y míticos que esta segunda entrega de nuestros Paseos por la historia en Huesca nos descubrirá. La ruta nos servirá también como aproximación y anticipo de un proyecto liderado por la Universidad de Zaragoza, que la está desarrollando como ruta turística internacional.

   Se trata del GRAIL: Holy Grail: mystic Routes and Activities to Improve Local tourism (Santo Grial: Rutas místicas y actividades para mejorar el Turismo Local) en el que participan la comarca de La Jacetania, la Dirección General de Turismo del Gobierno de Aragón y la empresa Sargantana, junto a otras cinco entidades públicas y privadas de Grecia, Reino Unido, Bulgaria y Malta. Uno de los proyectos asociados al desarrollo de esta ruta es el ICCTOUR 2015, Conferencia Internacional sobre Rutas Turísticas Culturales en una Sociedad Innovadora, que tendrá lugar en Jaca del 26 al 29 de noviembre.

    La tradición cuenta que el Santo Grial permaneció custodiado en Roma durante el mandato de los primeros 22 papas. En el año 258, el emperador Valeriano desató una nueva persecución contra los cristianos en la que el papa Sixto II fue apresado y martirizado. Antes encomendó a uno de sus diáconos, a la postre San Lorenzo, originario de Huesca, la salvaguarda de bienes y reliquias, entre ellas el Santo Grial. Cuando san Lorenzo se negó a entregarlas, fue también martirizado, quemado vivo en la parrilla.

   La tradición cuenta que familia del santo guardó el preciado cáliz en la iglesia de San Pedro de Huesca, donde permaneció hasta el 711, año en que el obispo Acilso lo trasladó a los Pirineos huyendo del avance musulmán. Pero dejemos que sean los lugares los que nos cuenten el resto de esta intrigante historia…

De Huesca a Yebra de Basa

    No sabemos cuándo llegó el Santo Grial a Huesca, pero sí el lugar donde probablemente estuvo custodiado. El punto de partida del itinerario nos lleva a la primera de las joyas del románico aragonés incluidas en esta ruta, la iglesia de San Pedro el Viejo. Es un templo basilical de tres naves y triple ábside, levantado en 1116 y al que se añadió, a mediados del siglo XII, el único claustro románico de Aragón que mantiene íntegro todo el programa iconográfico de sus capiteles. En estos destaca el trabajo del Maestro de Agüero o de San Juan de la Peña, uno de los artistas más carismáticos de la escultura románica en Aragón.

    Fundado sobre una primera iglesia cristiana, San Pedro el Viejo fue monasterio entre los siglos XI y XV. Su capilla de San Bartolomé es panteón real y guarda los restos de Alfonso I el Batallador y de Ramiro II el Monje. La dedicada a las santos Justo y Pastor es barroca y guarda sus reliquias. Dos ángeles sostienen el crismón románico de la portada de San Pedro el Viejo, apodado así al parecer para distinguirse de una primera catedral de Huesca, con la que inicialmente compartió advocación y que es nuestro siguiente destino.

    Tras la reconquista de Huesca en 1096, la mezquita mayor musulmana fue consagrada como templo cristiano, construyéndose tan sólo en el siglo XII un reducido claustro y una pequeña iglesia aneja llamada de Santa María del Gozo. Hasta los inicios del siglo XIII no se inició la construcción de la nueva catedral, templo gótico finalizado en el siglo XVI que conserva huellas de todo ese sustrato anterior, incluido un arco de herradura del templo musulmán. Es la catedral de la Transfiguración del Señor o de Santa María de Huesca, que nos recibe con su esplendorosa portada poblada de ángeles, vírgenes y profetas, obra de Guillem el Inglés.

    Benedicto XVI, el Papa Luna, impulsó en el siglo XIV la construcción de la torre y de un inacabado claustro gótico sobre el anterior románico, parte del cual conforma hoy una de las salas del Museo Diocesano de Huesca, que atesora una importante colección. La capital altoaragonesa tiene otros templos vinculados a su patrón, San Lorenzo, origen de la presencia en Huesca del Santo Grial, como son la real basílica de san Lorenzo (siglo XVII) y el santuario de Loreto (XVIII).

   Desde Huesca, continuamos la ruta por la Autovía Mudéjar (E-7, antes N-330) en dirección a Sabiñánigo hasta el cruce con la HU-321 que lleva a Fiscal para acercarnos a Yebra de Basa, en la comarca del Alto Gállego. En el pueblo nace un camino que asciende hacia el pico Oturia y conduce hacia la cueva de Santa Orosia, donde la tradición cuenta que se refugió el obispo de Huesca en el siglo VIII portando el Santo Grial. Es un santuario incrustado en la roca a 1.285 m de altitud, al abrigo de una cascada que multiplica la magia del lugar. La cueva de Santa Orosia es el núcleo de una importante ruta romera que va desde la iglesia de Yebra a la ermita de la santa, en una campa, arriba del puerto, enlazando ocho ermitas, cuatro de ellas rupestres.  La romería de Santa Orosia es una de las más vistosas y de mayor tradición de Aragón. Cada 25 de junio reúne a numerosos romeros de los pueblos del entorno que acuden con sus cruces y danzantes celebrando una multitudinaria fiesta.

De Jaca a San Adrián de Sasabe

     Regresamos  a la autovía Mudéjar y circunvalamos Sabiñánigo para tomar la N-330 hasta Jaca, capital de la comarca de La Jacetania que acumula motivos para justificar nuestra visita, como su catedral de San Pedro, monumento románico de primer orden adonde llegó en 1044 el Santo Grial. Levantada en el siglo XI, es una de las más antiguas catedrales hispanas, hito principal de la Ruta Jacobea a la que se vincula su origen. En ella reconoceremos elementos característicos como el crismón trinitario de su portada sur o la decoración de ajedrezado, que crearon escuela en el arte románico.

   Disfrutemos de la fina talla de los capiteles de sus dos portadas y de su claustro barroco, de la sobriedad y la fusión de estilos patentes en la construcción y la decoración del interior de este templo cargado de historia. La catedral de San Pedro de Jaca alberga además el Museo Diocesano de Jaca, completamente reformado en 2010 y que atesora una de las colecciones de pintura mural románica más importantes y bellas del mundo. También de obligada visita.

   Desde Jaca tomamos dirección norte por la N-230 hasta Borau, en un desvío a la izquierda, entre Castiello de Jaca y Villanúa. La villa de Borau nos invita a pasear por sus calles empedradas, entre un caserío del que sobresalen chimeneas cónicas típicas del Pirineo y que preside la mole de su iglesia del siglo XVI. Desde Borau nos trasladamos al cercano monasterio de San Adrián de Sasabe, construido en el siglo XI en estilo románico sobre lo que había sido un importante cenobio visigótico.  Lugar rodeado de leyendas, ofreció refugio a los obispos de Huesca durante la invasión musulmana.

     Al parecer, la antigua iglesia que custodió al Grial se hundió y en su lugar fue levantada la actual, de nave única y austera decoración. En el exterior encontraremos la decoración de ajedrezado en la portada y, en el ábside, un friso de arcos lombardos y canecillos decorados con figuras como el retrato del obispo de Pamplona Sancho Larrosa, fundador de la iglesia del cenobio.

   Damos así por finalizada la primera etapa de nuestra Ruta del Santo Grial por Huesca. En la siguiente entrega visitaremos Siresa, Bailo, Santa Cruz de la Serós y San Juan de la Peña.

Textos extraídos de: ‘Ruta del Santo Grial en la provincia de Huesca’, Santiago Morata, Prames, 2014.