Ascensión al refugio de Bachimaña, lagos Azules

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Por Eugenio Mateo

     La subida desde el Balneario de Panticosa hasta el refugio de Bachimaña supone un recorrido nada exigente por el GR11 durante una hora y tres cuartos. El moderno refugio, abierto todo el año y gestionado por la Federación Aragonesa de Montañismo, se encuentra situado a 2200m. de altitud, junto al Ibón Baxo de Bachimaña.

     Es la plataforma perfecta para ascender a una de la zonas más abruptas del Pirineo, con tres miles como Los Infiernos, Tebarray, Arnales, Pondiellos, Garmo Blanco, Garmo Negro, Argualas, Gran Faxa y el espectacular Vignemale con 3303m.

    Los famosos Azules han sido desde siempre un lugar de ascensión ideal para los que no querían enfrentarse a las escarpaduras de los grandes picos. Hace muchos años, acompañado de dos buenos amigos, Escani y Valentin, hicimos este recorrido en invernal y con los diecisiete años picándonos en las piernas, no se nos ocurrió mejor idea que un descenso desde Pondiellos montados en los chubasqueros a modo de trineo con la ayuda de los piolets como timón y ancla hasta el Azul Baxo. Para habernos matado, dirían ahora.

     En esta ocasión el reportaje se basa en una travesía de cuatro mujeres. Dos días por la zona, con pernoctación en el refugio, que puso en pie de guerra a las marmotas, a punto de entrar en su sueño invernal, las águilas reales e incluso a los tritones y truchas que habitan en las frías pero puras aguas de los ibones.

   Todo un lujo para la montaña ver a cuatro esforzadas glamourosas no temerle a las cuestas ni a los frescos mañaneros. Equipadas como se debe y sin concesiones a pesos superfluos. Tres primas y una allegada. De las primas, una experta montañera habituada a la metralla de los pedregales aéreos; la otra, habitual del trecking y conocedora de espacios abiertos donde llega el pino negro; la tercera, con una fuerza contenida en los muslos que la hacen dispuesta a cualquier reto. De la allegada no tengo información, aparte del porte de bella.

   Muchas horas de marcha en las dos jornadas y algún pie pidiendo que alguien tirara la toalla pero no llegó la sangre al río, y menos al Caldares, que se desploma en cascadas bravas y poco breves. Un día para recuperar de nuevo los tacones y listas para nuevas aventuras.

Fuente: http://eugeniomateo.blogspot.com.es/2014/11/ascension-al-refugio-de-bachimana-lagos.html