Producciones Os Soleados
Aprovechando los imparables decrecimientos de las horas soleadas de la tarde, encaminamos en esta ocasión nuestros pasos hacia el río Huerva y su entorno,
Aprovechando los imparables decrecimientos de las horas soleadas de la tarde, encaminamos en esta ocasión nuestros pasos hacia el río Huerva y su entorno, río menospreciado y denostado hoy en día, pero que en otro tiempo sirvió de red de abastecimiento de agua a la vetusta Cesaraugusta, para su regulación se construyó en tiempos de la Imperial Roma un dique en lo que es hoy día la localidad de Muel, y a las que algunos adjudican el origen del topónimo de la ciudad (Muelle).
Ésta población tiene una estructura urbana medieval de arraigo mudéjar de estrechos callejones y calles con fondo en culo de saco y guardando todavía atractivas casas palaciegas de posteriores siglos.
Sobre los restos de la presa se levanta los restos de la ermita de la Virgen de La Fuente obra del siglo XVIII que conserva pinturas de Goya decorando las cuatro pechinas de su cúpula. Los zócalos de la misma se decoran con cerámica de Muel.
Coronado por el Castillo de Camarasa y a los pies de la ermita se extiende un hermoso parque con un estanque fruto de las filtraciones de agua que hace que esta fluya por la parte inferior del conjunto formando unas atractivas cascadas.
Desde aquí nos dirigimos hacia Mezalocha y su pantano, cabe resaltar la recuperación del sendero fluvial Muel-Mezalocha por parte de la asociación VoluantaRíos.
Sobre la población del mismo nombre se localiza el pantano de Mezalocha conocido antiguamente como dique de Marimarta, extendiéndose a lo largo de dos kilómetros llegando hasta la población de Aylés, de afamados vinos.
Embalse construido en 1906 e inaugurado por Alfonso XIII y recrecido posteriormente en 1911, se cree que antiguamente hubo otro derrumbado en 1766 del que se conservan todavía restos en el muro del dique contiguo al actual. Circundando la cuenca del pantano se encuentran murallas y peñas que llegan hasta el centenar de metros de altura. Peña del Sol, Techo Higueras, Peña de los Helechos, Balcón de Cuerviñan, Peña del Moro, Peña del Águila, etc.
Escuela de escalada de rancio abolengo donde se ejercitaron nuestros escaladores mas ilustres, en la página www.evaragon.com, con enlace directo en la parte superior de esta sección, se puede consultar y acceder en libre descarga a una magnífica guía de escalada de la zona, escrita y compilida por un notable de la escalada, Fernando Orús.
Además de a la escalada la zona invita a variadas excursiones, la practica pesca o la simple observación de la naturaleza.
Nuestra próxima etapa es La Plana de María, a la que se accede desde la localidad de Cadrete. La Plana es una muela o meseta resultado de la erosión de la red fluvial sobre los sedimentos terciarios que se depositaron en la cubeta del Ebro cuando ésta fue un mar cerrado. La superficie, a 600 metros de altitud, está formada por calizas mientras que las laderas son yesos. La vista de la ciudad de Zaragoza en toda su totalidad nunca deja de sorprender.
Esta formación es un enclave natural del mayor interés. Junto a los valores geológicos y paisajísticos, principalmente la intrincada y singular red de barrancos excavados en yeso, están los ecológicos. Entre éstos destaca la amplia superficie cubierta por el pinar, bosque natural y protector instalado en ladera pero donde al abrigo del mismo se hallan especies de interés, algunas de ellas catalogadas como el águila perdicera, el águila real, el búho real, el alimoche y plantas poco habituales en la zona.
Por otra parte la situación de la Plana junto al Huerva la convierte en punto de referencia y corredor utilizado por las aves migratorias. Por allí pasan los estridentes bandos de grullas y las reatas de milanos hacia el norte, o la silenciosa y solitaria cigüeña negra
La Plana es un enclave emblemático, especialmente para los zaragozanos. Por su proximidad a Zaragoza capital y por mantener, gracias, a su carácter de isla, el equilibrio entre la conservación de su patrimonio natural y la explotación del suelo.
Sin duda, los paisajes de La Plana, por su proximidad a Zaragoza poseen un indudable valor estético y relajador. Para los numerosos zaragozanos que ascienden a ella a pie o en bici, es una zona de expansión donde medir personalmente la capacidad pulmonar o muscular. Es una zona donde poder encontrar la soledad para estremecerse con las panorámicas que se divisan desde su cumbre o con el silencio, que agobia tanto como el calor agosteño, en los profundos barrancos. Por supuesto es un aula de naturaleza excepcional para los entomólogos, botánicos y ornitólogos aficionados que hasta allí se acercan.