Por Manuel Medrano
Desde el pasado 31 de marzo y hasta el 28 de abril, la pintora zaragozana Pilar Escota Longás ofrece en el Body Factory Zaragoza (Avenida del Escultor Pablo Gargallo nº 79, Barrio de La Almozara) una muestra protagonizada por 11 de sus pinturas de pequeño formato, siguiendo la trayectoria iniciada en este centro por Paco López Francés y Francisco J. Marco.
Pilar Escota realizó sus estudios artísticos con Francisca Zamorano, Ángel Laín, Diego Ibáñez y Eugenio Escriche, y desde hace tres años ha participado en exposiciones individuales y colectivas, certámenes y otros eventos, pudiendo decirse sin exagerar que su actividad es muy notable y ya tiene previstas otras muestras.
En sus óleos destaca un apreciable gusto por los amplios trazos rectos de trayectorias encontradas, y por la combinación cromática con contraste de intensidad media y mucha gradación. Utiliza también, en ocasiones, materiales distintos del pigmento pictórico para conseguir sus objetivos creativos, como la arena o el papel. Sin duda, busca llamar la atención del espectador pero dentro de su observación del entorno, sin producir una focalización absorbente de la misma. Los títulos de sus cuadros, como “Inspiración”, “Decisiones”, “Emociones encontradas” o “Mirada interior”, evocan frecuentemente situaciones, estados de ánimo y sensaciones humanas sentidas y conocidas por cualquier persona, por lo que tanto estéticamente como conceptualmente podemos definirla como una pintora próxima, sin rebuscados elementos intelectuales de difícil comprensión.
En todo caso, ahí están sus obras y es mejor verlas que hablar acerca de ellas.
