José Azul en La Birosta


Por Don Quiterio

   Las sugerentes esculturas de José Azul (Burbáguena, Teruel, 1967) llegan al espacio Birosta en una exhibición titulada “La corta carrera espacial de una república”, la historia de cómo el ministerio de Tecnología y Ciencia de la Segunda República trabajó para viajar al espacio.

 

Fotografías:Rafael Esteban, Julia Serrano y D.S.

LA CORTA CARRERA ESPACIAL DE UNA REPÚBLICA

Las sugerentes esculturas de José Azul (Burbáguena, Teruel, 1967) llegan al espacio Birosta en una exhibición titulada “La corta carrera espacial de una república”, la historia de cómo el ministerio de Tecnología y Ciencia de la Segunda República trabajó para viajar al espacio.

   ¿Cómo serían esas naves, esos satélites y esas lanzaderas en aquel lejano año de 1939? Esta es la pregunta y la parte central de la exposición, en el que el artista reúne una serie de piezas cósmicas, de acero, realizadas con materiales reciclados del desmontaje de una chimenea de hierro y alejadas de sus habituales esculturas metálicas de animales.

   La muestra se complementa con los dibujos e ilustraciones que Julia Serrano (Teruel, 1980) aporta a las piezas más significativas del artista, una suerte de trabajos que, por así decir, suponen la plasmación al diseño gráfico de las criaturas de la tripulación.

    El contacto entre José Azul – o, como le gusta firmar, «joseazul», pseudónimo de José Ángel López Martín- y Julia Serrano se produce en septiembre de 2011, cuando se conocen en el festival de teatro El Gaire, en la localidad turolense de Pancrudo, donde conectan inmediatamente y surge la colaboración que les lleva a poner en marcha este proyecto que otorga cuerpo y sentido a unas ideas y tensiones conceptuales que navegan por las nociones del espacio, el tiempo o la causalidad. Naves, satélites y criaturas sorprenden, en efecto, en su dinamismo, en la sutileza que transmiten, a la manera de una coreografía perfomativa, en la que el espectador es considerado como un participante, como un pasajero, más allá de un elemento pasivo.

   Desde un pasado republicano a un futuro incierto, desde un mundo en forma de laberinto, desde el cobijo de los enigmas, desde la poética de la imaginación hacia un escape del enrevesado universo, desde el aspecto metálico que marcan límites indiscernibles, o, en fin, desde las ideas misteriosas y simbólicas de alambres y chapas, José Azul y Julia Serrano –y la iluminación de Sandy Records- nos ofrecen una exposición del descubrimiento, de naves, satélites y criaturas, de tripulantes y lanzaderas, de módulos y tomavistas, de la conspiración y del caos, de pájaros y vida salvaje, de retratos y raptores, de otras dimensiones y muchos soles y muchas sombras…

   ¿Para qué viajamos? ¿Para escapar de la asfixia cotidiana? ¿Para romper las cuerdas de la rutina? ¿Para abrir los ojos? ¿Para olvidar? ¿Para conocer otros mundos? ¿Para conocernos a nosotros mismos? ¿Somos solo pasajeros? La apuesta es adentrarse en los territorios inhóspitos y complejos de la espiritualidad, la poesía y la filosofía. Envuelto todo en una atmósfera onírica, lindante a lo místico, los artistas utilizan los resortes y la fachada de la ficción científica, de las naves extraterrestres, de los vehículos espaciales, para ofrecernos un viaje de ida y vuelta a un lugar cuyo destino final es un rincón llamado “la república”.

    En esta odisea existencial e iniciática se embarcan José Azul y Julia Serrano y buscan la inspiración entre la ciencia y el arte. En este singular viaje, que no hay que verlo sino vivirlo, el hombre existe desde hace mucho y, sin embargo, duda aún de lo esencial, que su existencia tenga un sentido. El arte, así, es una necesidad religiosa, o casi, del espíritu, y el artista, viajero y temporal, intenta alcanzar el absoluto con la dignidad del artesano.

   No resulta fácil adentrarse en el imaginario de esta exposición, singular y sorprendente, porque nos coloca ante algo que tiende a ir más allá de lo aparente. Si el espacio –o el tiempo, o la casualidad- pertenece a la conciencia y la esencia de la vida, y que están más lejos de estas formas, las esculturas de José Azul y los dibujos de Julia Serrano son un combinado de sueño y vigilia, y basan toda su fuerza e interés –incluso transcendencia- en crear un discurso propio que no admite ideas o historias ajenas a ellos.

    Unas esculturas y unos dibujos que, en última instancia, se funden, con fundamento, en las bases de un discurso propio, creativo y existencial. Religión, filosofía y arte fueron inventados por el hombre para condensar, simbólicamente, el infinito. Azul y Serrano, o Serrano y Azul, reflexionan teniendo muy presentes las tres preguntas básicas y esenciales: ¿quiénes somos? ¿de dónde venimos? ¿a dónde vamos?

    Y de la singular incertidumbre que generan estas tres cuestiones sin respuesta aparente, y a las que solo el arte parece tener capacidad para responder, el mejor viaje está siempre por hacer.

Épico documento sobre la breve, pero real carrera espacial de la II Republica Española.

   Voz del presentador : Este documento ha llegado a mis manos procedente de una persona anónima que firma como Segundo Pelón, como podréis comprender es un seudónimo, y el hecho de que el autor quiera permanecer en el anonimato, responde a una serie de situaciones que comprenderéis a lo largo de la lectura del manuscrito.

Manuscrito:

   Madrid, últimos de de marzo de 1939, las fuerzas facciosas avanzan sin oposición a la toma de los últimos objetivos de Madrid, el ejercito republicano defiende con bravura los últimos reductos que quedan en su poder, uno de ellos es el Ministerio de Ciencia y Tecnología…y allí comienza nuestro relato.

  El teniente Alcalá, corría desesperado, entre zumbidos de explosiones y gritos de los heridos, hacia el bunker instalado en los sótanos del Ministerio, allí esperaba encontrar a su superior, el General Enrique Largo, jefe de Investigaciones Espaciales, y con el que había trabajado codo con codo durante los dos últimos años en un proyecto secretísimo, que tenia como misión la creación de una nave que fuera capaz de surcar el espacio exterior…El teniente Alcalá consiguió llegar a duras penas a la entrada sellada del bunker y con una gran rapidez introdujo su contraseña en la cerradura de la puerta, inmediatamente esta cedió..Allí encontró al General Largo intentando poner en orden sus ideas para decidir cual debería ser su actuación…ambos se miraron durante unos segundo en silencio, hasta que el general dijo: “No podemos dejar que nada de esto caiga en manos de las fuerzas fascistas…solo tenemos dos opciones…o destruimos todo…o quizás , aunque sea una locura…, probamos el prototipo…ya nada tenemos que perder, o morimos aquí con todo nuestro trabajo …o morimos en el intento”…El teniente Alcalá, nervioso le dijo…”pero si solo es un prototipo..no sabemos como reaccionará…es posible que ni siquiera pueda despegar”…Momentos después una gran explosión, dejando una estela, destruía el ministerio de Ciencia y Tecnología.

   El General fascista Rivera, al mando de las fuerzas de asalto al Ministerio de Ciencia, se congratulo…¡¡¡ Por fin han caído esas ratas…¡¡Ahora Madrid es nuestra, España es nuestra…¡¡¡…el sargento Martínez lo miro con ironía e hizo un comentario…pero si ahí solo había cuatro chiflados con batas blancas……¡¡¡eres tonto Martínez., le espeto el general Rivera..”para el espionaje americano era objetivo prioritario…¡¡¡por algo será…¡¡.

   Días después el chatarrero Juan Verde recorría las ruinas cercanas al ministerio de Ciencia, allí encontró una serie de restos de materiales que no había visto nunca y con unas formas extrañísimas…a pesar de eso, decidió guardarlas….quizás muchos años después alguien le enseño esas formas a José Azul…quizás….

   PD.Cuando Segundo Pelón, extrañamente nervioso me entrego este manuscrito, me contó que había recibido desde Houston una llamada del eminente científico espacial español Javier Largo, emigrado a EEUU por falta de fondos en España para la investigación espacial, en la que le decía que el telescopio HUbble había descubierto en los añillos exteriores de Andrómeda una supernova que tenia unas característica de color muy extrañas; pues su explosión formaba un arco con los colores rojo, amarillo y violeta…que rápidamente los americanos había declarado secreto en grado máximo…y cuando estaba acabando la llamada se corto la comunicación y no ha sabido nada más de él..Por eso…y por lo que podéis deducir todos los que estáis aquí…estáis en peligro…

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