Por Marisa Clarisa
Allá donde estamos es el título de la exposición que acoge el 4º Espacio Cultural del 16 de junio al 17 de julio, un proyecto de Antonio Latorre.
Se trata de una muestra colectiva, formada por cuatro instalaciones que han sido pensadas para las salas del 4º Espacio Cultural, en las que tienen cabida todas las disciplinas artísticas, pintura, dibujo, escultura o vídeo.
A través de estas instalaciones específicas de los artistas se ha tratado de establecer relaciones entre la obra del arte y el espacio donde esta se ubica. Cómo el espacio de exposición resulta determinante para las obras y, a su vez, determinado por las mismas. Cómo existe una interrelación del espacio con la obra, considerándolo un todo. Cómo ese espacio de exposición forma parte de la obra de arte, de forma que es imposible separar la obra del espacio en el que se exhibe.
Una misma obra de arte adquiere un significado distinto según el sitio donde se emplaza. Las distintas características del espacio donde se sitúa la obra de arte la semantizan de manera determinante.
Roberto Coromina, becado por la Diputación Provincial de Zaragoza en la Casa de Velázquez, expuso junto a Broto en el Palacio de Sástago. Patrizia Di Monte e Ignacio Grávalos desarrollan una interesante actividad como arquitectos y artistas (disciplinas en ellos inseparables). Mercedes Lara y Luis Sanchón son artistas aragoneses o conectados de algún modo con Aragón, aunque el arte siempre es universal y trasciende fronteras tanto en sus lenguajes como en sus planteamientos. Y buena prueba de ello es que su actividad, además de reconocida por muchos premios, les ha llevado desde Nueva York a Rotterdam o Japón.
Comisariada por el zaragozano Antonio Latorre, Allá donde estamos, reflexiona sobre el espacio donde el arte se exhibe. Una propuesta que pone de relieve la importancia del espacio, centrada en las relaciones que se establecen entre este espacio expositivo y la obra artística, entre contenido y continente. Y en cómo el espectador se integra en este espacio a través de las sensaciones que experimenta, y, a la vez, resulta imprescindible para completar la obra, y, en última instancia, su razón de ser.