Rebeldía en tiempos oscuros / Manuel Medrano


Por Manuel Medrano
http://manuelmedrano.wordpress.com

     En tiempos muy oscuros. Cuando se imponen “por cojones” medidas tiránicas a la ciudadanía, con merma cada vez mayor…

…de derechos y desastres económicos en aumento, lentos pero seguros, estamos avanzando hacia ninguna parte.

    Hay lugares en los que esto ya es excepcional, como en Portugal, donde para entrar al país tienes que estar inoculado hasta las cejas, presentar además un test de no estar contagiado, y dentro de poco superar un examen de conocer a la perfección la elaboración de platos tradicionales lusos. Alucinante, pero esto se está extendiendo a otros países y continentes.

   Son tiempos oscuros, sí, y hay quien piensa que llevarán a un brillante renacer. ¿Cual? Yo ya estoy viendo de todo, y cada vez más odio irracional entre ciudadanos, humillaciones, segregación por “razones sanitarias”, etc. También veo, mucho más de lo habitual, una cultura plastificada, estereotipada, basada en recrear el pasado hasta el hastío y así no avanzar en el presente hacia el futuro. Trayectoria esta elaborada y fomentada desde algunas instituciones y apoyada por negocios privados que chupan de sus ubres hasta lo indecible. En realidad, tú pagas la tormenta de caspa, tú, yo y todos.

    Vetos y discriminación, dirigismo cultural bien regado con pasta pública, cortapisas a toda innovación, prohibiciones, irracionalidad, más prohibiciones, etc. Se acerca un duro invierno, que puede prolongarse hasta la primavera y más allá.

     Recientemente, un buen amigo y gran artista, en la inauguración de la exposición en la que participo en el Museo Pablo Gargallo, me dijo: “te leo en El Pollo, parece que estás cabreado”. No, en realidad no, estoy en modo de combate. Estaría cabreado si viese que todo este panorama es plano, pero no es así. Aunque la propaganda del miedo, que no de la esperanza, es agobiante, y solo beneficia a algunos políticos de perfil autoritario (que ahora se desvela) y a los vendedores de vida eterna, por cierto un negocio billonario. Pero insisto, el panorama no es plano: la producción artística, sea plástica o literaria o de otro tipo, sigue viento en popa, incluso se ha incrementado con la adversidad y ha ganado en frescura y originalidad. Luego no estoy cabreado.

   Estoy preocupado, y activo, porque no veo a dónde nos lleva todo esto ni detecto síntomas suficientes de análisis crítico con la situación, ni de la sanísima heterodoxia. No hay apenas rebeldía. En 2023 a votar otra vez, y ya está. ¿Qué es lo que está? Por ahora, otro túnel al final del túnel.

  No amigas y amigos, no, idioteces las justas, y nunca olvidar, y no siempre perdonar. Aunque en esta ciudad en la que vivo, Zaragoza, haya quien se empeña en idiotizarnos con “goyina”, una droga estupefaciente extraída de la manipulada y deformada memoria del decimonónico pintor Goya.

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