Sofrito de tomate osiano


Por Luis Gareta

Para poder hacer posible guisos posteriores y atendiendo a la norma de que «el sofrito es la base de los platos guisados de la cocina mediterránea», un grupo de amigos osianos se pusieron manos a la obra para preparar un buen sofrito con los excedentes de tomate que se criaron en sus huertos.

    El sofrito, decía,  constituye la base fundamental con que se elaboran la mayoría de los platos guisados de la cocina mediterránea. Se puede decir que no hay guiso sin sofrito. Es una de las salsas básicas y necesarias en los guisos de pescado, carne, pasta y arroz.

    Para hacerlo, se pica bien una cebolla ya que para que un sofrito salga bien todo tiene que estar muy picado. Se pone a calentar una sartén, cazuela o puchero con un generoso chorro de aceite de oliva, se echa la cebolla y cuando empieza a dorarse, se añade el tomate cortado a dados pequeños.

    El sofrito de cebolla y tomate es la base de multitud de platos. A este sofrito básico, se le puede añadir pimiento verde o rojo, ajo, puerros, zanahorias, etc . Se freirán con la cebolla, para añadir un poco más tarde el tomate. Al final, el sofrito se puede enriquecer con distintos condimentos como hierbas aromáticas que se añadirán el último momento

     Finalmente, el sofrito se metió en botes y una vez cerrados, se pusieron al baño María para su conservación y posterior uso en infinidad de guisos que nos esperan por estas tierras jacetanas ¡Enhorabuena a los autores del riquísimo sofrito osiano, tan popular en la gusanera!

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