México Mágico (IV): Prismas Basálticos, un capricho de la naturaleza

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Por Emilio Mendoza de Gyves

     Queridos amigos, les doy la bienvenida nuevamente a este espacio que nos brinda el P.U. para darles a conocer un poquito de las maravillas ofrecidas por nuestro México querido. Los invito a picar en “leer más” para que demos un paseo virtual por el parque de los Prismas Basálticos situado en el corazón del estado de Hidalgo.

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Emilio Mendoza de Gyves
Corresponsal del Pollo Urbano en Mexico

     El mes pasado visitamos el parque de los Prismas Basálticos de Santa María Regla, una de las tantas maravillas naturales de nuestro país. Los prismas basálticos son formaciones rocosas en forma de columnas pentagonales y hexagonales situadas en el estado de Hidalgo, a unos 150 km al norte de la Ciudad de México.

Capricho de la naturaleza

   Hace un par de millones de años, la naturaleza se divirtió creando unos increíbles postes geométricos de basalto que revisten las paredes de un alto barranco. La geometría de las columnas es tan peculiar que te quedas encantado al observarlas. Sus figuras prismáticas se produjeron a partir de un acelerado enfriamiento de lava al entrar en contacto con algún depósito de agua o una ciénaga saturada de agua, como un pantano o un antiguo lago. El capricho de la naturaleza consiste en el haber creado muchísimas rocas poliédricas con sus dos caras iguales y paralelas (bases) y, como cinco o seis caras laterales, variando en función de las fracturas sufridas durante el enfriamiento. Lo más curioso de todo es que las columnas están compactadas unas a otras, como si la madre naturaleza las hubiera enfilado, con paciencia, una a una. Algunas columnas alcanzan hasta 40 metros de altura y tienen unos 80 centímetros de diámetro, lo que sugiere la profundidad mínima del medio acuoso que los recibió, así como el espesor del flujo de lava.

Improvisándome geólogo

   Lo que entendí de la explicación que nos dieron es que, si la lava no se hubiera enfriado con rapidez, los prismas se habrían quedado fundidos convirtiéndose en piezas de rocas mucho más grandes y amorfas. Pero, la composición química del fluido ígneo y el rápido enfriamiento al contacto con el agua determinaron esas fantasiosas formas. Al solidificarse rápidamente, el magma aumentó de volumen provocando que los fragmentos se comprimieran unos con otros dando origen a las caras de los prismas.

   El color oscuro que tienen las rocas se debe a su composición química rica en minerales como el magnesio, hierro y calcio entre otros. En la lista que nos proporcionaron sobre los grupos de minerales constituyentes de esta roca figuran los olivinos, plagioclasas, piroxenos y óxidos de hierro. En algunas columnas se puede apreciar una extraña coloración con tonalidad que va del anaranjado al rojo que contrasta con el gris. Este color se debe a la oxidación de los minerales de las columnas.

Erosión y formación del cañón

   Los prismas quedaron enterrados durante miles de años sin que se notara su presencia. A través de los siglos, el agua proveniente de un nuevo manantial y otros agentes ambientales, fueron poco a poco construyendo un curso fluvial descubriendo las columnas hasta formar la depresión del terreno que hoy conocemos. Muchas de las columnas de basalto se fueron rompiendo debido esa acción erosiva creando una especie de escaleras que invitan a escalar. Sus superficies son muy resbaladizas y presentan una grande peligrosidad si uno intenta encaramarse. Es por eso que los administradores del parque prohibieron su escalada y construyeron una escalinata para acceder fácilmente y con seguridad hasta el fondo sin tener que escalar la escarpada. En la parte baja del cañón se pueden apreciar mejor las columnas fragmentadas. Unas pequeñas caídas de agua descienden desde lo alto del cañón recorriendo sus paredes hasta formar en el fondo un pequeño río. El lugar cuenta con un puente colgante suspendido sobre el barranco que lo hace más atractivo.

El paisaje forma parte de la historia

   Desde el puente suspendido, río abajo, se puede apreciar la capilla y los techos de la antigua hacienda de Santa María Regla. Fue construida en el siglo XVIII y fue la residencia del conde de Regla, Pedro Romero de Terreros, hombre de negocios español establecido en el México colonial, considerado uno de los hombres más ricos de su época. Se sabe que este pujante empresario minero utilizó los prismas para la construcción del conjunto de edificios de su hacienda.

   Para tener una idea de la importancia que se le ha dado en el mundo a este hermoso fenómeno natural, podemos decir que ya desde 1810 se le conocía en Europa, gracias al explorador alemán, Alexander Von Humboldt quien al quedarse impresionado por la belleza de los prismas en su visita en 1803, dibujó el paisaje a lápiz y lo publicó en un libro junto con otros interesantes panoramas del continente Americano. Más tarde, en 1832, el pintor, Mauricio Rugendas, famoso por la ilustración de paisajes y gente de varios países latinoamericanos, pintó los prismas basálticos de la hacienda de Santa María Regla.

Un paseo familiar de un día

   En torno a los prismas basálticos se ha creado un centro de recreación, que cuenta con restaurantes, zonas de acampamento, áreas para asadores y picnics. Tiene canchas deportivas y algunas tiendas de artesanías. Además, en los alrededores del parque se organizan paseos a caballo y recorridos en lancha por la presa contigua. El centro recreativo posee todo tipo de atractivos para alegrar, entretener y disfrutar con la familia.

    El parque de los Prismas Basálticos se encuentra muy cerca de la Ciudad de México y la excursión se puede hacer en un solo día. Sin embargo, nosotros decidimos alargar nuestro paseo y nos hospedamos una noche en Huasca de Ocampo. Esta pequeña población, quizá con menos de mil habitantes, es encantadora con sus calles de adoquines, la plaza principal llena de verde y la iglesita. El pueblito se presta para pasear caminando; hay muchas tiendas de artesanías, un mercadito y algunos restaurantes. Al día siguiente, tuvimos un delicioso desayuno rico de antojitos mexicanos y partimos en busca de otras emociones de nuestro México Mágico que muy pronto tendré el agrado de contarles. Gracias y hasta la vista.

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