Argentina: Cifras que preocupan

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Por Gloria Cohen

    Las nuevas mediciones de pobreza realizadas por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) se conocieron a fines de septiembre y los resultados fueron… que el 32,2 % de los argentinos es pobre y el 6,3 % es indigente.    Cabe aclarar que las mediciones de pobreza no se realizaban desde el año 2013, entonces las cifras arrojaban sólo un 4,7 % de pobres y un 1,4 % de indigentes; aunque desde el INDEC se señaló que las cifras no son comparables pues las del 2013 estaban mal medidas.

    Sin entrar en discusiones sobre el tema de las mediciones y sobre a cuál de las gestiones le corresponde una mayor cuota de responsabilidad en el empobrecimiento de nuestra población, son cifras que entristecen y nos sumen en la impotencia de saber que…. 1 de cada 3 argentinos es pobre.

   Respecto al “mapa de la pobreza”, los mayores valores corresponden a las regiones del Noroeste y del Noreste, mientras que en la Patagonia el porcentaje de pobres fue del 24,7 % y el de indigentes del 3,3 %, es decir que en el sur del país se registraron valores inferiores al promedio nacional.

   Otro informe preocupante es el Análisis Ambiental del País (AAP) realizado para la Argentina por el Banco Mundial y cuyos resultados se conocieron a fines de octubre. Resumiendo, lo que el Banco Mundial encontró en la Argentina es:

  • Entre 2001 y 2014, la Argentina perdió más del 12 % de sus zonas forestales, lo que equivale a perder un bosque del tamaño de un campo de fútbol cada minuto y que duplica la pérdida de zonas forestales a nivel mundial (que es del 6 %)
  • El principal motor de la deforestación en las últimas décadas ha sido la expansión continua de la agricultura a escala industrial, en especial para la producción de soja, que experimentó un incremento notable en la superficie cultivada.
  • El uso de agroquímicos ha aumentado y plantea riesgos para la salud humana y el medio ambiente, por eso deben aplicarse las salvaguardas ambientales adecuadas.
  • Las inundaciones son el mayor desastre natural que amenaza a la Argentina, y representan el 60 % de los desastres naturales y el 95 % de los daños económicos.
  • En las áreas urbanas donde reside el 90 % de la población argentina, los desafíos ambientales se refieren principalmente a la contaminación del aire y agua, el deficiente manejo de los residuos, y la exposición a riesgos naturales, en especial los anegamientos urbanos.
  • El sector minero de la Argentina sufre de una gestión deficiente del medio ambiente así como de una aplicación insuficiente de las reglas correspondientes, lo que dejó un legado de subproductos dañinos, residuos y cierres de minas difíciles.
  • Respecto al Cambio Climático, la mayor frecuencia de los eventos climáticos extremos aumenta los retos ambientales y la vulnerabilidad de la población.

   El del Banco Mundial es otro sombrío informe, cuyos resultados no nos sorprenden, pero que no tuvo tanta difusión como las cifras oficiales de pobreza.

   En algún punto ambos informes se intersectan, pues se ha observado que “la deforestación afecta principalmente a regiones pobres”, pues las provincias del norte del país: Salta, Santiago del Estero, Chaco y Formosa son las que tienen el mayor nivel de desmontes.

   Evidentemente, la producción de soja no ha producido en estas zonas el tan esperado “derrame de riqueza” hacia el resto de la población.

  ¡Cifras e informes preocupantes!

     En otro orden de cosas, el 30 de octubre se cumplieron 33 años de las elecciones que, en 1983 le dieron el triunfo al presidente radical Raúl Alfonsín, luego de 7 años de gobierno militar.

    Muchos de quienes acompañaron a Alfonsín en aquel primer gobierno democrático celebraron, pero en distintos espacios políticos.

    Pues ya está claro que aquel Partido Radical ha perdido su identidad histórica centenaria: hay radicales que integran la actual coalición gobernante con “Cambiemos”, otros recordaron el regreso de la democracia con Cristina Kirchner identificándose como “radicales K”, otros convocaron a celebrar conjuntamente con Sergio Massa, un peronista renovador y habrá otros que piensan que el radicalismo debería poder volver a ser una opción en si misma sin alianzas con otros espacios.

¡Mucha fragmentación, en todos los ámbitos!

    ¡Deberíamos darnos cuenta que, sin distinción de militancias, ni de partidos, ni de ideologías, los argentinos tendríamos que aunarnos para encontrar el camino que logre revertir estas tristes cifras que tanto nos preocupan!

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