Italia: Non olent


Por José Joaquín Beeme

   Documental noble, políticamente oportuno, pero fallido en su propósito de sacudir conciencias: Fuego en el mar no emociona. Atención: nada más lejos de espectacularizar la tragedia, pero el cine, con Celaya lo digo, o es un arma cargada de futuro o, simplemente, no es.


Por José Joaquín Beeme
Corresponsal del Pollo Urbano en Italia

http://latorredegliarabeschi.googlepages.com

   Retrata la premiada película unas culturas tradicionales apenas rozadas, si no es por los noticiarios (un poco como el resto de mundo: ancho y ajeno, escribía Ciro Alegría), por la enormidad, epocal, de esas masas de desheredados empujados a la muerte cierta o a la miseria vagante. Todos, en ese sinsentido, lampedusanos. Pero los dos hilos de esta voluntariosa narración no casan, el sangriento de las barcazas y el de una isla feliz que arrostra África como si tal cosa. Banalidad del mal que la mayoría, empezando por la comunidad espectadora, ignora. Quiere Gianfranco Rosi que veamos en el “ojo perezoso” de un arrapiezo a caza de fringílidos, o en los oscuros erizos arrancados por otro cazador, en apnea, o en la cachaza del pinchadiscos de la radio local, la paradoja cotidiana de esa frontera transparente, vitrina donde se rompe el mundo de abajo. Y lo que de verdad nos llega es la crudeza del doctor Bartolo, único héroe de primera línea, sacrificado no-personaje de este cruce de políticas, sueños y vilezas. Preparando un vídeo del Centro Europeo para la Migración y la Demografía aprendo que son un millón los clandestinos en el último año, frente a otros dos millones y medio que, también hijos de la desesperación pero del lado bueno de la suerte, han entrado con todas las bendiciones. Ninguno, ni siquiera los buenos, comprometidos operadores de cámara, ha encajado todavía el tremendo golpe.

Artículos relacionados :