Pantallas

Carlos Calvo
Coordinador de la Sección


Solo se vive una vez: Ceesepe, símbolo de la movida


Por Don Quiterio

    Nuestra cultura ha convertido a la muerte en un tabú, una conversación de mal gusto. Pero, como nos recuerda Heidegger, la única certeza de nuestra existencia es la mortalidad de nuestra condición.


‘Un padre’, de Víctor Forniés, y otros trabajos de amor perdidos


Por Don Quiterio

  El zaragozano Víctor Forniés tiene una forma de crear obstinada, libre, antropológica, que le permite aspirar a la excelencia artística sin renunciar a la sencillez, tan imaginativa…


No extinguirás


Por José Joaquín Beeme

      El Museo de Ciencias crece al respaldo de la Residencia de Estudiantes: dos formas de dinosaurizar el pasado, traen a la memoria algo lejano y sin embargo tan vivo como todas las criaturas del aire que se resisten a abandonarnos al páramo que, noche a noche, vamos batiendo.


Los estrenos en los cines: Pero… ¿quién mató a don Quijote?


Por Don Quiterio

   La vida es una avenida de sentido único en la que solo queda avanzar, así que lo mejor es hacerlo con buen ánimo y a velocidad de crucero.


Desde el diván: ‘Niágara’ de Henry Hathaway


Por José María Bardavío

    En plena luna de miel, una recién casada alcanza a oir los planes de una mujer de asesinar a su esposo.


Solo se vive una vez: Pradera, Íñigo, Mercero, Valcárcel…


Por Don Quiterio

   A Woody Allen (¿o lo dijo otro?) le inquieta la juventud por inquietante. Y le intriga la muerte por simplemente mortal. De alguna manera, la muerte, para un joven, es algo poético.


Los sueños que enterró el comunismo: una nota sobre el documental ‘Nimble Fingers’


Por Daniel Arana

    Cuando el antropólogo napolitano Parsifal Reparato abandona el mundo corporativo para dedicarse al cine documental, uno de los primeros viajes emprendidos con ese objeto fue Vietnam, mítico bastión comunista…


El patrullero de la filmo: Ingmar Bergman


Por Don Quiterio

  “Ser artista para su propio placer no siempre es especialmente agradable. Pero esto presenta una ventaja extraordinaria: el artista comparte su suerte con cada ser viviente, quien, por otra parte, solo vive igualmente para su propio placer.


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