Por Miguel Angel Yus
(Futuro astrunauta)
“Houston: tenemos un problema”
Esta vez no he colgado a mis amigos, me he colgado directamente yo. Como de costumbre, me he ido lo más lejos posible. Me he ido a Houston y me he marcado una exposición con treinta y cuatro cuadros de más de dos metros de eslora.
En la inauguración hubo discursos de las autoridades culturales y muchas banderas. Eché en falta a las majorettes. Yo, acojonado.
En principio, mis propósitos eran modestos:
1º Enseñarles a los norteamericanos lo que es verdadero arte.
2º Que se orientasen con la situación geográfica de Zaragoza, que está más cerca de París que de Méjico. Y, desde la expo, es un referente mundial.
3º Sacarles unos dólares.
4º Que me contasen los chicos de la NASA si la película del alunizaje y paseo lunar se la creen o no.
Los tres primeros propósitos, complicados. El cuarto, me aconsejaron que montase una exposición en Japón. Como soy bastante despistado la voy a montar en China, si el tiempo, las autoridades o cualquier central nuclear, no lo impiden.
Las críticas, espectaculares:
– Como la de John Braum que dijo: “resumiendo, esto es arte”. He inventó la maquinilla de afeitar.
– La de Natalie Howard, compradora de casi todas las obras, que, micro en mano, gritaba: “¡comprar rápido y que se vaya!”.
– La mejor de todas, por concisa y ajustada a la realidad, ha sido la de Richard Otenwer, que ha dicho: “toma diez dólares y no me hables”.
Mi representante, que sabe que teclas hay que tocar, además de las del piano, por doscientos dólares ha conseguido veinte críticas de famosos de la zona, alabando mis obras y diciendo que esta exposición es el mayor espectáculo mundial desde que a Marylin se le volaron las faldas en la rejilla del metro.
Ante estos éxitos, he decidido quedarme en Houston, hacerme astronauta e ir a vivir a casa del alcalde.
