Cinco cortos coordinados por Ricardo Huerga


Por
Carlos Calvo

     El IES Pedro de Luna de Zaragoza puso el broche de oro a Cine y Salud, un programa de educación y promoción del saber vivir que lleva veintiuna ediciones realizándose y que tiene por finalidad analizar nuevos enfoques de alfabetización, competencias digitales y salud a través de la comunicación…

…y la creación en el cine. Unos cortometrajes realizados por jóvenes estudiantes de este instituto de enseñanza secundaria, siempre bajo la coordinación del profesor zaragozano Ricardo Huerga, de quien ya sabíamos de su solvencia en piezas anteriores como ‘Un minuto más’, ‘Una historia de ruido’, ‘Like!’, ‘True colors’, ‘Enredados’ o ‘Respira’.

    Los cinco cortos presentados este 2023 tuvieron todos ellos premios en sus categorías respectivas, tanto ‘Por no vivirlo’ como ‘Lucas’, ‘Ruido’, ‘Adopt me’ y ‘Parte de ti’. Cinco trabajos elaborados en su conjunto por unos dinámicos estudiantes de bachillerado bajo la batuta, en efecto, de Ricardo Huerga, quien supervisa un equipo en el que cobran valor e importancia tanto las interpretaciones como la fotografía y la banda sonora, además del guion, el montaje y el vestuario.

   ‘Por no vivirlo’ cuenta la historia de un chico normal (interpretado por Santiago Murillo) con una vida normal, pero que esconde un secreto insondable. Alma Pastor se encarga de la puesta en escena, así como del guion y la producción junto a Carmen Castellanos, Gabriel Fernández, Mehdi Hammadi, María Paunesco y Laura Cinto.

   Con realización de Lucía López (también coguionista junto a Sara Labrador) y la participación de Alberto Simeón en labores de cámara, montaje e iluminación, ‘Lucas’ es el relato de un niño de siete años lleno de imaginación y su particular relación en el hogar con sus progenitores. Leo Rodríguez interpreta al chico, mientras que Mari Carmen López e Isaac Becerril hacen los papeles respectivos de madre y padre.

   El título de ‘Ruido’ explica ya lo que vemos en las imágenes de este trabajo dirigido por Julia Rayado, con las colaboraciones, en distintos apartados técnicos, de Luz García, Santiago Murillo y Andrea Turita. En efecto, estamos rodeados de ruido: que si ruido en las calles, que si ruido en el trabajo, que si ruido en las tabernas, que si ruido en los supermercados…

   ‘Adop me’ es la historia de una madre (Ana Cristina Pérez) que decide adoptar a una niña (Ainara Cibera). Y lo que empieza como una buena relación va degenerándose, poco a poco, hasta límites insospechados. Dirigen al alimón Adriana Hernández y Noelia Esqués, con Eva Fraguas a los mandos del guion, la producción, la fotografía, la música, el montaje y la ambientación.

   El quinto cortometraje, ‘Parte de ti’, es el viaje a través de los momentos que rodean la vida de una mujer, en su infancia, adolescencia y madurez, con interpretaciones respectivas de Noa Domínguez, Zoe Domínguez y Lorena Torrijo. Unos momentos rememorados por cada uno de sus acompañantes. Para tal trayecto se hace cargo de la realización Sandra Martínez y colaboran en el proyecto Alba Martínez, Álvaro Rodes, Melany Sánchez e Ian Urbano.

   El viaje, en efecto, como motor de la confesión íntima, la búsqueda de lo ido, la pérdida de la felicidad y el autorretrato más personal. Porque rebuscamos la felicidad como el que remueve en un cajón de ropa. Hasta encontrarla. Aquí radica la esencia de estos cinco cortometrajes coordinados por Ricardo Huerga, unos encuentros y desencuentros para lograr escapar de la desesperanza o el desánimo. Porque viajar, por decirlo con el escritor zaragozano Fernando Sanmartín, “es caminar fuera de las pistas embarradas por lo cotidiano”.

   O es, tal vez, “conocer el cansancio aunque estemos cansados”. O es, simplemente, “un cubito de hielo que nos asombra cuando lo mordemos para conocer la esencia del frío”. Acaso viajar significa huir del ruido, pero, ante todo y esencialmente, del que uno hace. Muchos hacen del viaje su vida. Y de su vida un prolongado viaje hacia ningún sitio, o hacia sí mismos, o hacia la nada. Solo que el tiempo pasará con el vértigo semejante al del paisaje a través de la ventanilla de un vagón de tren. Y el viaje que aún nos queda por hacer no tiene destino. Es una incógnita.

   También salieron galardonados en este certamen de Cine y Salud otros centros o asociaciones con unos trabajos que impulsan igualmente conductas saludables y fomentan la responsabilidad de los adolescentes para adoptar comportamientos adecuados sobre temas vinculados a la salud pública como los estupefacientes, la alimentación, la sexualidad o las conductas emocionales. Todo ello usando el lenguaje cinematográfico y viendo (y creando) películas que devienen coloquio y debate en las aulas.

     Ahí están, sin ir más lejos, las distinciones para los cortos titulados ‘Game over’, ‘Rush’, ‘Verdad o prejuicio’, ‘Hagamos divertida la espera’, ‘Ida y vuelta’, ‘Nuestros primos’, ‘No sé qué me pasa’, ‘Tasa cero’, ‘Si decides’, ‘Internet también es una droga’, ‘Regards: miradas’, ‘Valóralas’. ‘Cuando nos dimos cuenta’, ‘La puerta’, ‘Las vacunas no son una broma’ y ‘Cuenta conmigo’.

    Hay que contar, desde luego, con la personalidad del profesor y cineasta Ricardo Huerga, un tipo que sabe lo que se lleva entre manos. Porque es de justicia considerar que la mejor película es la que ofrece una profunda sabiduría vital a través de otra máxima sabiduría: la expresión cinematográfica. Esto no sucede a menudo y el docente zaragozano del instituto Pedro de Luna lo consigue de un modo abrumador.

    Un cine donde lo principal radica en la aventura de la percepción y la visión descubridora más próxima al arte abstracto. El cine entendido como medio de expresión artística y educación vital, para comprender mejor casi todo: la propia condición humana, lo que sucedió en épocas anteriores, lo que existe y pasa en nuestro tiempo e, incluso, lo que podría existir y suceder.

  Al fin y al cabo, el cine es un medio de representación completo, que permite descubrimientos, reflexiones, revelaciones. Y Ricardo Huerga está dotado de esa veracidad (o audacia) de quien pone al servicio de lo que ve la mecánica de la inteligencia. Sus trabajos tienen personalidad. Y su propio ritmo. Calmado, sí, pero sin pausa. Son imágenes mimadas. Son viajes para huir del ruido. Son narraciones absorbentes que tienen por objeto fomentar la mirada crítica en la adolescencia y la responsabilidad personal o social. Y, además, el mejor viaje es siempre el próximo.

¡Bravo!

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