Los reyes del mundo, de Laura Mora Ortega (Road Movie colombiano)          


Por Rafael Gabás Arcos

   El cine es una excelente herramienta  para transportarnos a sociedades diferentes, para viajar, conocer y  empatizar; es además una herramienta crítica de reflexión…

…acerca de conductas, sociedades y grupos humanos y un ejemplo muy claro de todo ello lo tenemos en Los reyes del mundo, película que nos traslada a la Colombia actual y nos permite ser testigos de las Consecuencias de 40 años de extrema violencia.

    Laura Mora Ortega, la directora, nació en 1981 en Medellín, un dato que de entrada anticipa muchas cosas; es también orientativo el hecho de que vivió el asesinato a tiros de su padre por parte de unos sicarios, algo que describe autobiográficamente en su anterior film: Matar a Jesús.

    En su cuarto largometraje entramos en la vida y la sociedad colombiana a través de cinco chavales de la calle de Medellín, hijos y nietos de campesinos y campesinas que emigraron a la ciudad sin ley después de que el cultivo de coca se impusiese a golpe de balas y desapareciese el maíz, el plátano, el arroz y la yuca; en los años 80 los padres y abuelos de Rá, Culebro, Sere, Winny y Nano, los cinco protagonistas de la historia, emigraron a Medellín al invadir   sus pueblos mafiosos y paramilitares con todoterrenos y fajos de billetes.

    Los primeros diez minutos son impactantes, nuestros protagonistas se mueven frenéticamente por las calles de Medellín, también la cámara de la directora (cámara en mano), y los vemos trapicheando, peleando, esnifando y buscándose la vida: son huérfanos y la calle es su casa, entre ellos se tratan como hermanos; en medio del caos Rá recibe una notificación oficial en la que se le comunica que le es restituida la tierra que cocaleros y paramilitares habían robado a su familia en los 80 y 90: La burocracia siempre está presente… Y a partir de ahí viajamos con ellos en este estupendo road movie iniciático que nos llevará al interior de Colombia.

    El film tiene dos caras: La cara realista, cruda y crítica que podría corresponder al gran novelista Fernando Vallejo (Colombianos: a robar, a extorsionar, a secuestrar, a matar, a volar torres eléctricas, a sembrar minas, a dinamitar oleoductos, a traficar con coca, que la impunidad es la reina de Colombia); y la cara poética y de realismo mágico que correspondería al excelso Gabriel García Márquez. Ese dualismo entre tragedia y esperanza, entre dos estados antagónicos y contrapuestos, está presente durante la mayor parte del film.

    Estamos ante un cine emergente y de gran nivel, con una impecable fotografía de David Gallego que nos proporciona todo un deleite visual; una película dirigida con tacto y poesía a pesar de mostrar violencia, pobreza y criminalidad, con largas y amplias tomas sin diálogos en las que el espectador continúa enganchado a la historia; Los reyes del mundo es una radiografía del país en 2022 que muestra las Consecuencias de 40 años de crueles enfrentamientos, que nos presenta una realidad que sigue siendo atroz a pesar de los que nos digan el FMI y las televisiones y todo ello aparece en la pantalla sin manipulaciones, sin condicionamientos, sin adoctrinamientos, presentando los hechos a partir de un magnífico guión, abierto, en el que en algunos momentos se atisban improvisaciones.

      Además de nuestros cinco protagonistas en Los reyes del mundo van a ir apareciendo personajes exóticos, curiosos, marginales, que nos sorprenderán. En  conjunto es un film que atrapa, que te mantiene pegado a la butaca, de una proximidad apabullante y de una desbordante sinceridad y honestidad.

     Por todo ello recibió una merecida Concha de oro en San Sebastián.

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