Infancias robadas / Natalia Asunción


Por Natalia Asunción 

     La infancia debe ser sin pretextos una época feliz y tranquila, donde recogemos los recursos que van a apoyarnos de por vida.

   Jugar, tal como hacen mis gatas, es un entrenamiento magnífico para pasar a la madurez con estrategias y experiencia. (Mis gatas, en su caso para cazar moscas)

  Los niños de la guerra son una vergüenza para una civilización ya algo avanzada (se supone) es un fracaso total del ser humano.

   Sin olvidar lo doloroso de ese caso, quiero matizar que no sólo durante la guerra al niño de le priva de jugar.

    Cursos, cursillos, deportes, extraescolares y deberes.

    Clases guiadas que, de un modo u otro anulan la capacidad de imaginar, de aburrirse o de pensar por sí mismos.

    La ansiada libertad debe ser aprendida desde niño.

   Un adulto debe ser una persona que sabe lo que quiere. Es una idea compleja que no puede, ni debe ser guiada.

     Bueno, así pienso yo, espero que estéis de acuerdo conmigo y les apoyéis para que se aburran soberanamente de vez en cuando.

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