El mobbing o acoso laboral / Javier Úbeda Ibáñez


Por Javier Úbeda Ibáñez

 Los seres humanos tendemos a criticar a los otros.

     Es muy fácil ver los defectos y acciones de las personas en nuestro entorno y juzgar con ligereza. No pensamos que nosotros mismos tenemos muchos defectos y nuestras acciones pueden ser peores que las de los demás.

   En 1982 el psicólogo Heinz Leymann nombra mobbing al acoso laboral. Causa graves secuelas emocionales e inclusive físicas.

     Se trata de acciones de parte de una o varias personas sobre una víctima. Produce una sensación de inestabilidad, miedo, ansiedad e incluso ataques de pánico y somatización hasta llegar a otros trastornos de mayor gravedad como la depresión, que en casos extremos puede llevar al suicidio. Es un tipo de violencia psicológica, a través de insultos sutiles, rumores, calumnias y difamación. Atenta contra la dignidad y la integridad de la persona. La finalidad es hacer sentir miserable a la otra persona y orillarla a que abandone el trabajo.

    El mobbing puede darse cuando se considera a la víctima como una amenaza para los intereses personales de los acosadores.

    El acoso ocurre sutilmente y cuando no hay testigos.  La violencia psicológica no deja evidencia física, pero se puede observar el deterioro de la víctima, bajando su autoestima, llegando a creer que no vale, que no es merecedor del trabajo, aislándose y cayendo en una espiral de dolor e indefensión.  A veces llega a creer que soportar estas humillaciones, desprecios y malos tratos, forman parte de su trabajo. Ante el miedo de quedar desempleada, permite esto en detrimento de su estabilidad emocional y física, lo que redundará en sus relaciones familiares y sociales en general.

     El mobbing no sólo daña a la víctima. Este mal daña a la familia y a la sociedad en general.

    Cualquier persona puede ser víctima de mobbing. Es un fenómeno más frecuente de lo que se puede imaginar. Se podría pensar que la persona acosada presenta deficiencias en su trabajo, pero no es así.  Aun en este caso, la persona debería ser retroalimentada para mejorar su desempeño, pero nunca violentar su dignidad humana e integridad. 

    Es importante informar sobre este fenómeno laboral para tomar consciencia, esforzarse en corregir estas prácticas y denunciar ante las autoridades competentes.

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