Very Poor Objets (V.P.O.) /María José Hernández


Por María José Henández

Si las siglas VIP (Very important person) quieren decir “persona muy importante” las siglas VPO no quieren decir “viviendas de protección oficial”, ni mucho menos, VPO quiere decir “muy pobres objetos”. Y es que si tienes la suerte de poder acceder a una vivienda protegida oficialmente, automáticamente te conviertes en un objeto de muy poco valor.

Empezamos por el patético sistema de concesión de una gran mayoría de viviendas protegidas: el sorteo. Te sortean algo que va a ser tu hogar para toda la vida como quien sortea una cesta de navidad. Y entonces recuerdo aquel famoso programa de televisión de hace ya muchos años en el que te tocaba un apartamento en Torrevieja (Alicante). Al propietario de VPO se le queda la misma cara cuando le dicen que le ha tocado tal piso, con esta distribución, estos metros cuadrados, esta altura (tengas vértigo o no, te ha tocado un séptimo y gracias), estos materiales, etc.

Y que no se te ocurra renunciar, porque entonces los ocho millones de documentos que has tenido que presentar para confirmar varias veces durante el transcurso de los años tu posible participación en los sorteos no te servirán de nada, si renuncias al apartamento en Torrevieja, te “escoliminan” directamente y ya no puedes seguir jugando ¡¡¡ohhhhhhhh!!!!!!!

Pero bueno, has tenido la suerte de que te toque una vivienda y todo el mundo te dice que des las gracias, que te des con un canto en los dientes y que amén Jesús, que al fin y al cabo tú eres pobre y bastante suerte has tenido con semejante chollo.

¿Chollo? Cuando te enseñan la memoria de calidades te dan ganas de llorar directamente, pero no, asumes con dignidad que es todo lo que la vida te va a ofrecer, no más, y aceptas que tu vivienda no será VIP pero será un hogar honrado y honesto, por la sencilla razón de que tú eres una persona honrada y honesta.

Y llega el gran día, con varios meses de retraso (claro para darle más emoción a la cosa) y entras ahora ya físicamente en el espacio en el que vas a pasar el resto de tu vida, donde vas a disfrutar con tu familia y amigos, donde vas a sufrir con tu familia y con tus amigos, donde vas a soñar con un mundo mejor y donde te refugiarás cuando seas consciente de lo mal que está el mundo.

Y entonces, de verdad, de corazón, sientes que tu hogar es el mejor del mundo, que allí serás feliz, que desde allí latirá tu corazón hacia otros corazones para conseguir un mundo mejor …

Pero no, las calidades con las que han construido tu hogar hacen rápidamente honor a su nombre “calidad” y demuestran de lo que son capaces, y empiezas tu nueva vida arreglando desperfectos y mejorando lo que puedes.

Mejorando lo que puedes o lo que te dejan, porque hay cosas que no se pueden tocar, no de ninguna manera, usted es un pobre al que la administración le ha construido un piso, a un precio altamente competitivo (hace 10 años era así), y además le damos unas ayudas para hacerle más llevadera la compra, y la contrapartida que pagarás serán una serie de condiciones draconianas para que no se te olvide que nos debes media vida.

Bueno esa contrapartida y pagar la hipoteca, claro, porque parece que hay gente que se cree que los propietarios de VPO no pagan hipoteca.

Y desde luego no se te ocurra preguntar a las administraciones que han calificado de “protegida” tu vivienda, nadie se hace responsable de las mil y una deficiencias que surgen, tanto físicas como administrativas. A reclamar al maestro armero o lo que es lo mismo a la promotora-constructora, que casualmente dejó un pufo de colores en otra comunidad autónoma, pero bueno ¡¡¡que más da!!!

Las administraciones se dedican a legislar lo básico y se ponen cien medallas por lo bien que han legislado las VPO. Y el propietario de un “very poor object” llora de emoción, unas veces, por su nuevo hogar recién adquirido, y de impotencia y rabia, muchas otras.

Y aquí es donde sólo te queda el consuelo del que te entiende porque ya ha pasado por algo similar, o porque comprende que poco o nada se puede hacer, y día a día te anima a disfrutar de lo bueno y dejar de lado lo menos bueno.

Por eso, en homenaje a los que me habéis sufrido durante estas largas semanas, acabo esta pequeña “rabieta” lanzando a los cuatro vientos que la honradez y la honestidad de los que me rodean es lo que realmente me hace ser una Very Important Person.

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