Por José L. Llera Gil
Jl.lleragil@gmail.com
La verdad es que no me agrada mucho opinar sobre política, pero al ver cómo se desarrollan las circunstancias en nuestro complejo país, no está mal hacerlo aun cuando sea a regañadientes.
El año 1934 un destacado político, en una de sus esperadas e importantes intervenciones públicas y aun cuando podría barrer para casa, decía que España debía contar con un programa realista inmediato.
Parece que ahora también se reclama, pero sin ningún eco favorable.
Decía que en lo económico debía imperar el izquierdismo y en lo político el derechismo. O sea justicia social y autoridad.
Sin duda hay quien puede estar en contra de esta aseveración, pero hay que reconocer que tenía y tiene su vigencia, pues ambas épocas de la historia de España coinciden en los puntos más substanciales.
Se diga lo que se diga, pero es la pura verdad, que la justicia social está hoy sumamente deteriorada, es decir dañada e inexistente en un gran porcentaje de lo que ha de ser.
Los millones de desempleados, la reducción en las ayudas sociales, la subida de impuestos, los dos millones de familias en el umbral de la pobreza, la falta de créditos, los afectados por las preferentes, los desahucios, la suciedad en las calles, la corrupción de la clase política, las mentiras constantes en muchos ámbitos y, bastantes cosas más, hacen de nuestro país un lugar donde nadie debe fijarse.
Duele enormemente vivir esta situación. Cuando voy por la calle, no únicamente por los mendigos con los que me encuentro, sino por las personas que van andando y que si las miras a los ojos ves su tristeza, es suficiente para renunciar a cualquier apoyo a los políticos.
El izquierdismo en lo económico y el derechismo en lo político sería lo deseable desde ya en nuestro país. Si Vd. amable lector no está de acuerdo con lo que opino discúlpeme.
Lo que si está claro es que algo hay que cambiar cuando se advierte que 2013 va a ser peor que el año que estamos viviendo.
