Republica Dominicana: La haitinización de la República Dominicana


Por Manuel Sogas

Cuestiones previas

     No parece lógico ni propio del sentido común pedirle a uno lo que no puede dar.


Por Manuel Sogas Cotano
Corresponsal del Pollo Urbano en República Dominicana

  Si la República Dominicana no dispone de una sanidad pública a la altura que demandan los tiempos que corren para sus propios ciudadanos, ni del sistema educativo adecuado, ni realiza las políticas sociales que contempla el Índice de Desarrollo Humano [Nahúm Montagud Rubio], basado en la esperanza, educación y riqueza de un país para mejorar las condiciones de vida de sus habitantes, nadie puede exigirle que resuelva la situación económica-social por la que atraviesa Haití, ni EE.UU, ni Canadá, ni Francia, ni la Unión Europea, ni nadie.

    Y, en realidad nadie le está pidiendo a la República Dominicana que solvente los problemas de Haití, pero sin embargo, así es como plantea el gobierno dominicano la cuestión en liza ante la opinión pública (caso de que en la República Dominicana existiera una opinión pública), aprovechándose de un tema tan sensible socialmente como son las parturientas haitianas, presentando a estas, junto a la inmigración ilegal, como uno de los elementos responsables directos de la situación interior dominicana. “El presupuesto sanitario del país no aguanta más drenaje de fondos para subsidiar la gratuidad de los partos de madres haitianas…, en desmedro de las parturientas dominicanas, a las que se les cobra las atenciones…, generando déficit de recursos en los hospitales para dar a las parturientas dominicanas un trato más digno y humano, no acostándolas de dos en dos en la misma cama” [[i]]. Y, esto, premeditadamente o no, no hace sino crear un sentimiento anti haitiano generalizado en amplias mayorías sociales que en poco o nada contribuye a la convivencia entre dominicanos y haitianos.

   La “invasión haitiana en la República Dominicana, que hay más dos millones (hasta ocho he escuchado). Todo especulación… Ningún opinante ha realizado un censo ni una encuesta para decir cuántos son. Los datos más precisos los ofrece la Encuesta Nacional de inmigrantes de 2017, que estimó una población de origen haitiana de alrededor de medio millón (población dominicana estimada en 2021 algo más de once millones)…, la inmensa mayoría de esos inmigrantes haitianos trabaja en sectores claves de la economía como agricultura y construcción, donde se estima representan alrededor del 80% de la mano de obra…, que no ha habido interés en establecer quienes son para poder explotarlos más.

Tener documentación conlleva derechos y eso haría la mano de obra más costosa. Además, para explotar de manera más efectiva hay que denigrar, presentando los sujetos como malignos e inservibles por una razón u otra” [[ii]].

Por otra parte, a la que no se le da demasiada importancia a nivel general cuando se trata del asunto haitiano, la República Dominicana exporta a Haití, aproximadamente el 10% de su Producto Interior Bruto (PIB) [[iii]].

El problema

   El verdadero problema tanto para la República Dominicana como para Haití, reside en que ambas naciones conforman una isla, y esta desde el punto de vista e intereses del imperialismo que encabeza EE.UU. junto a sus aliados de Canadá, Francia y Unión Europea, por su situación geográfica, cuanto más desorganizada y desestructurada económica, política e ideológicamente se halle esta isla, mejor pantalla hostil constituirá frente a países como Cuba, Venezuela y Nicaragua, opuestos histórica y resueltamente a dichos interés imperialistas.

     A la potencialización y aceleración de esa desorganización y desestructuración de los Estados de Haití y República Dominicana, como entidades políticas independientes y autónomas, dadas las condiciones actuales de la política internacional que al imperialismo de EE.UU y sus aliados les hace perder influencia a nivel mundial, es a lo que responde el anuncio del primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, de la coordinación de ayuda para Haití desde territorio dominicano, a cuyo anuncio siguió la información facilitada por la ministra de Exteriores de Canadá, Mélanie Joly, de que sería ella misma la encargada de liderar una “unidad” conjunta de coordinación de la seguridad”, a fin de que la ayuda de Canadá a Haití “sea eficaz”, a lo que el gobierno dominicano respondió que no había autorizado a la Canadá la instalación de una oficina en la República Dominicana con el objeto de atender a la Policía Nacional de Haití [[iv]], incluso señalando el plazo para su realización: “queremos –dijo- tener esta célula de coordinación en funcionamiento este verano en República Dominicana” [[v]].

    No tendría nada de exagerado calificar a esta respuesta gubernamental como formal declaración escrita en el viento con un desvaído y descolorido tinte patriotero, como por ejemplo, el del “vocero del gobierno y director de Estrategia y Comunicación de la Presidencia de la República, Homero Figueroa, dijo que el país no ha aceptado ni aceptaría en el futuro ninguna iniciativa que afecte a la soberanía dominicana” [[vi]], porque tan sólo una semana después aparece un comunicado conjunto (República Dominicana-Canadá) en el que se anuncia que ambos países trabajaran para la solución de la problemática haitiana [[vii]].

    Parece oportuno señalar al respecto la excepcional y honrosa actitud, entre otras pocas, del Instituto Duartiano, a través de la persona de su Presidente, Wilson Gómez Ramírez, al firmar que: “nosotros rechazamos de manera inédita y categórica esa postura de Canadá, es absolutamente inaceptable que ellos se propongan utilizar la República Dominicana para buscar solución al problema haitiano… (la) República Dominicana no puede involucrarse en eso, nosotros debemos luchar por esta soberanía que Duarte forjó con esfuerzo” [[viii]].

    Probablemente sean precisas más y mejores fuerzas policiales, pero de lo que objetivamente esta falta Haití, y que tampoco sobra demasiado en la República Dominicana, es de un “ejército” de médicos, docentes, agrónomos, especialistas en derechos humanos y la resolución no violenta de conflictos para trabajar junto con el pueblo haitiano. Esta necesidad ya fue manifestada hace dieciocho años (2005) [[ix]], señalando además, que “desde junio de 2004 los gobiernos de Brasil, Argentina, Nicaragua, Chile, Paraguay, Ecuador, Bolivia, Perú, entre otros, aceptaron la ignominiosa tarea de ocupar a un país hermano, realizando el “trabajo sucio” a favor de interese ajenos.”

    Algunos autores como Vicente Castillo Semán, consciente de la gravedad de la decisión tomada por el gobierno de Canadá, se ha apresurado a advertir que no debería caer en saco roto para los dominicanos tal decisión canadiense (ya aceptada de hecho por el gobierno dominicano), al afirmar que “lo que quiere Canadá es usarnos para involucrarnos en la crisis de Haití y ofrecer recursos para que administremos su crisis desde aquí… Igualmente, invertir 20 millones de dólares en la policía nacional haitiana es botar dinero al zafarón. Todo el personal que se adiestre y arme tendrá altas posibilidades de desertar a integrar bandas criminales y el Narco, que estaría en capacidad de pagarles mucho más salario. La experiencia reciente indica que muchos de los miembros de bandas actualmente fueron anteriormente miembros de la policía nacional haitiana… Nuestro pueblo debe mantenerse vigilante y atento” [[x]].

    Si a lo que este autor expone, se le añade que las referidas bandas en Haití fueron creadas por el propio imperialismo para desestabilizar el país vecino, el peligro real que se cierne en estos momentos sobre la República Dominicana y la inmensa mayoría de los dominicanos, como consecuencia de la reiteradamente mencionada decisión de Canadá, no es cosa para tomar a broma, y por ello, quizá no estuviera tampoco de más el acudir a poner la venda antes de la herida, para lo que convendría ir estudiando la legislación dominicana aplicable a la determinación del concepto de traición a la Patria, porque ya es hartamente conocido, que las políticas imperialistas que arruinan a los pueblos y su habitantes, de no tener colaboradores interiores que las puedan aplicar su realización es imposible.

*

[[i]] Listín Diario. Editorial. 20.06.2023.

[[ii]] Rosario Espinal. Los haitianos vienen y los dominicanos se van: ¿y entonces? HOY do.com, 14.06.2023.

[[iii]] Banco Mundial. Haití, República Dominicana: más que la suma de las partes. Un estudio Sobre las Relaciones Económicas Bilaterales. [Resumen Ejecutivo.]

[[iv]] Listín Diario. ¿Que hablaron Abinader y el primer ministro de Canadá en abril –se refiere a la Cumbre de las Américas celebrada en Santo Domingo-. 16/06/2023.

[[v]] Canadá agradeció a Roberto Álvarez en reunión que se trató “coordinación” de seguridad en Haití. Listín Diario. 17.06.2023.

[[vi]] Listín Diario. Vocero de la Presidencia dice que país no ha aceptado ni aceptará que afecten a la soberanía. 16.06.2023.

[[vii]] Listín Diario. Pág. 5. 22.06.2023.

[[viii]] Listín Diario. Obra citada. 16.06.2023.

[[ix]] Centro de Estudios Internacionales. Expansionismo Económico y Militar de Estados Unidos en América Latina y El Caribe. Managua, Nicaragua. 2005.

[[x]] El no a Canadá. Listín Diario. 19.06.2023.

Artículos relacionados :