Argentina: Locos, “piantaos” y loquitos


Por Gloria Cohen

   En octubre de 1929, el escritor argentino Roberto Arlt publicó “Los siete locos”, novela que transcurre en la ciudad de Buenos Aires y alrededores. Algunos de sus personajes son: Remo Erdosain, un modesto estafador sin fines de lucro, que se une a una sociedad secreta…


Gloria Cohen
Corresponsal del Pollo Urbano en Argentina   

…dirigida por “El Astrólogo”, a la que pertenecen “El Rufián Melancólico” y “El hombre que vio a la Partera”, juntos pretenden promover una revolución científica, sangrienta y definitiva. La novela mezcla la parodia, el absurdo, el vacío de ideales y la falta de sentido de la vida, entre otros sentimientos de desesperanza.

    Años después, en noviembre de 1969 se estrenó el tango “Balada para un loco”, con música de Astor Piazzolla, letra de Horacio Ferrer y cantado por Amelita Baltar. Piazzolla revolucionó la música en el tango, fue y todavía sigue siendo resistido por muchos tradicionalistas de este género.

Balada para un loco Amelita Baltar

    Sin embargo, es un tango que a muchos nos conmueve, con lo disruptivo de la música y su letra romántica, cuasi-surrealista; para quienes no entienden argot porteño (lunfardo), la palabra “piantao” significa loco. Van algunas estrofas, pero merece ser escuchado por completo:

“Las tardecitas de Buenos Aires tiene ese qué sé yo, ¿viste?
Salís de tu casa por Arenales, lo de siempre, en la calle y en vos
Cuando, de repente, de atrás de un árbol, me aparezco yo”…

“Ya sé que estoy pianta’o, pianta’o, pianta’o
¿No ves que va la luna rodando por Callao?
Que un corso de astronautas y niños con un vals me baila alrededor
Bailá, vení, volá

Ya sé que estoy pianta’o, pianta’o, pianta’o
Yo miro Buenos Aires del nido de un gorrión
Y a vos te vi tan triste; vení, volá, sentí el loco berretín
Que tengo para vos”…

“Quereme así, pianta’o, pianta’o, pianta’o
Trepáte a esta ternura de locos que hay en mí
Ponéte esta peluca de alondras y volá, volá conmigo ya
Vení, volá, vení

Quereme así, pianta’o, pianta’o, pianta’o
Abrite los amores que vamos a intentar
La mágica locura total de revivir
Vení, volá, vení

Trai-lai-lai-larará
¡Viva!, ¡viva!, ¡viva!
Loca ella y loco yo
Locos, locos, locos
Loca ella y loco yo”

    Fueron algunos antecedentes de la locura en estas tierras, pero volviendo al 2022 en un mundo globalizado y enloquecido, aquí en Argentina y más precisamente en Buenos Aires, se tejió un entramado real que parece salido de la mente de unos “loquitos”, un plan que por fortuna no tuvo éxito.

    La noticia ya circuló por el mundo entero: el intento de asesinato de Cristina Fernández de Kirchner, el 1º de septiembre por la noche. La actual Vicepresidenta ya ocupó la Presidencia de la Nación en dos oportunidades: desde fines de 2007 al 2011 y luego reelecta hasta fines del 2015.

   En los días previos al fallido atentado, el 22 de agosto, un fiscal de la nación formuló el alegato final y solicitó la condena de Cristina Fernández a 12 años de prisión y su inhabilitación para ejercer cargos públicos, en un juicio en el que se presume que ella podría haber sido la jefa de una asociación ilícita. Este juicio está todavía en proceso y falta mucho tiempo para la sentencia final y el veredicto definitivo.

   Luego de conocerse esta noticia, simpatizantes y seguidores de Cristina Fernández comenzaron a congregarse en los alrededores de su domicilio en el barrio porteño de Recoleta, uno de los más exclusivos de la Ciudad de Buenos Aires.

    Muchos medios periodísticos se hicieron eco de los tumultos y de las molestias ocasionadas a los vecinos de este selecto barrio, por recibir tal cantidad de manifestantes, incluso hubo incidentes con la Policía de la Ciudad.

    Como si no hubiera vecinos en otros barrios: especialmente en Congreso, Tribunales, Microcentro y San Telmo. Pues ni la prensa, ni las autoridades de la Ciudad de Buenos Aires, ni las de la Nación (pertenecientes a espacios políticos diferentes) recuerdan que todavía vive gente allí.

    Asimismo, quienes viven en la Ciudad de Buenos Aires y en sus alrededores deben soportar casi a diario manifestaciones, cortes de calles, piquetes y hasta acampes multitudinarios con carpas incluidas, que provocan terribles congestionamientos de tránsito, que afectan a quienes deben trasladarse en forma diaria o eventual al centro porteño para trabajar o realizar trámites; esto si lo recuerda la prensa que aconseja muy frecuentemente, no acercarse al centro porteño.

     Durante los últimos días de agosto, los simpatizantes de Cristina Fernández continuaron apoyándola en las inmediaciones de su vivienda, con la televisión transmitiendo en vivo todos los movimientos que allí ocurrían.

    Un detalle al margen es que el tango “Balada para un loco” transcurre también en Recoleta, dado que nombra a la calle Arenales y a “la luna rodando por Callao”, muy cerca de la vivienda en cuestión.

    Pero en la noche del 1º de septiembre, ocurrió un acontecimiento imprevisto: entre los manifestantes estaba Fernando Sabag Montiel, quien  gatilló una pistola Bersa dos veces, sin éxito, muy cerca de la cara de Cristina Fernández. Increíblemente, las balas no salieron y fue retenido e inmovilizado por la multitud.

   Quedaron implicados además de Sabag Montiel, su novia Brenda Uliarte, Agustina Díaz -una íntima amiga de Brenda que estaba al tanto del plan- y Nicolás Carrizo. Es que Sabag Montiel y Brenda Uliarte vendían “algodón de azúcar” y Nicolás Carrizo era el jefe del emprendimiento.

   De la reconstrucción de los mensajes de WhatsApp intercambiados entre ellos, se desprenden pruebas que los incriminan.

    Mensajes que son comentados por la prensa por sus contenidos delirantes,  fueron apodados como “la banda de los copitos”. Algunos los señalan como unos “lúmpenes” que pretendieron realizar un magnicidio sin la más mínima preparación, ni profesionalismo para semejante acción delictiva.

   Casi como una parodia real de la ficción de Roberto Arlt de 1929; quizás no sean siete los locos, al parecer son menos, pero tampoco se sabe si éstos tuvieron algún tipo de apoyo político o económico de otros que pudieron haberlos instigado.

   Todavía quedan muchos interrogantes y muy pocas certezas sobre esta  “banda de los copitos” y los entretelones que rodearon el intento de magnicidio a la Vicepresidenta de la Nación.

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