Argentina: Asumiendo la pobreza


Por Gloria Cohen

    No es noticia que la pandemia del Coronavirus generó más pobreza en todo el mundo.

  Si es noticia que el índice de pobreza en la Argentina llegó al 42 % durante el segundo semestre del 2020, es decir que afecta a 19,4 millones de personas de los cuales un 50 % son niños.

   Este dato se conoció el 31 de marzo del 2021 pero fue tan fuerte, que me tomó un mes el poder digerirlo y contarlo en estas crónicas.

   Otro dato es que la inflación mensual continúa siendo una de las más altas del mundo; para dimensionar, la inflación fue del 4,8 % mensual en marzo del 2021 lo que indica que los precios “de la canasta básica” aumentaron sólo en un mes en ese porcentaje.

   Es decir que en la medida que la inflación mensual siga siendo alta, más personas se convertirán en pobres.

   Mayo mes de otoño. Si bien el ritmo de vacunación avanza en la población más adulta del país, no se llegó todavía a la tan deseada “inmunidad de rebaño”, por lo que estamos en la “segunda ola”.

   Luego de un 2020 en el que la mayoría de las actividades productivas no esenciales se redujeron a la mínima expresión durante casi 8 meses, la economía no soporta nuevos cierres, que agudizarían aún más la pobreza.

   No hubo clases presenciales en 2020. En 2021, luego que el Poder Ejecutivo Nacional consideró prioritario el retorno de los alumnos a las aulas bajo estrictos protocolos, finalmente se dio marcha atrás y se decidió volver a la enseñanza virtual en el Area Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), decisión resistida por las autoridades de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

   Lo cierto es que “la segunda ola” vuelve con más contagios, más muertes y afectando a personas más jóvenes, aún a niños, dado que los adultos mayores están siendo protegidos con las vacunas registradas en el país, que a la fecha son la Sputnik V, la AstraZéneca y la Sinopharm -no confundir con la Sinovac, que se aplicó en Chile, ambas vacunas de origen chino, pero la Sinovac tiene menor efectividad-.

   Por ende, a mediados de abril se aplicaron nuevas restricciones en el AMBA, que incluyen un “toque de queda” para personas no esenciales desde las 20 horas hasta las 6 de la mañana del día siguiente. A partir del 1 de mayo, las restricciones se profundizaron, e incluso se cierran varios de los accesos a la Ciudad de Buenos Aires, desde su área circundante.

   Si bien la vacunación avanza lentamente, la muerte del famoso periodista Mauro Viale a escasos 3 días de haberse vacunado, aumentó el dolor y la incertidumbre. Al parecer el periodista estaba, sin saberlo, contagiado de Covid al momento de recibir la vacuna; una gran pérdida, pues en los últimos tiempos sus programas giraban alrededor de las noticias sobre la pandemia en el país y en el mundo, informando en forma clara y sin entrar en los antagonismos generados por “la grieta” política.

  A pesar de todo, muchos siguen con fe, sin bajar la guardia, construyendo espacios comunes de diálogo y actividades a través del Zoom u otras plataformas de reuniones virtuales, o disfrutando de los encuentros que se pueden tener al aire libre y con el debido distanciamiento.

  Hay tristeza en muchas familias que han perdido a sus seres queridos, cansancio en el personal de salud por las continuas exigencias a las que son sometidos, miedo a este extraño virus, soledad, y confusión por el continuo cambio en las reglas de juego que genera el curso de la pandemia.

   Y mientras tanto, la pobreza sigue avanzando día a día.

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