San Ginés (1601 m).Bastión de la sierra Menera


Coordinador: Chusé Aragüés

  El San Ginés, ayudado por una maraña de antenas, se hace omnipresente visualmente desde mucho antes de llegar a Peracense, punto de partida para su ascensión. Al pasar por el pueblo, sorprende el edificio …

…de la iglesia, de piedra rodena, esa arenisca rojiza tan pegada al terreno.

   En la parte alta, y con la silueta ya de lo más visible de su castillo, se encuentra un apartadero, con peirón y abrevadero, donde dejamos el vehículo.

 

  Comenzamos desde este punto situado en lo alto del pueblo, y donde tomamos ya el GR 24 dirección Pozondón. Un GR señalizado como Sendero Turístico de Aragón. Enseguida cruzamos las antiguas vías del tren minero, que transportaba el hierro desde las minas de Ojos Negros hasta el Puerto de Sagunto, y que languidecen a la espera de poner en valor ese itinerario. Tras pasarlas, la pista empieza a enseñarnos los dientes con un desnivel considerable, pero siempre sin dejar de ver nuestro objetivo.

    En veinte minutos llegamos a un alto, el collado del Mirador, en el que tomamos un sendero a mano izquierda, siempre de la mano del GR. Este sendero discurre por entre pinos y retorcidas jaras, hasta alcanzar una pista de cemento tras unos roquedos. Desde allí ya son cuatro pasos para llegar hasta la ermita de San Ginés, en una amplia cima, acompañada por un buen puñado de antenas, una de ellas le suma a este monte casi cien metros, con los restos de una torre de vigilancia y el vértice geodésico, entre roquedo y sabina rastrera. De nuevo la mirada tiene la oportunidad de expandirse hasta el infinito a los cuatro costados.

    Al filo de comenzar el descenso, junto a esa pista de cemento, hay una pequeña explanada de hierba en la que se intercalan algunas grandes piedras. Los mayores del pueblo cuentan que cuando se subía de romería a la ermita, era tradición jugar a la Calva, que consistía en tirar piedras desde una de las grandes del terreno a otra, distante como unos diez o doce metros, con un sencillo sistema de puntuación: si se le daba directamente, dos puntos; y si era de rebote, uno. Gentes sencillas con juegos sencillos, sin actualizaciones de versión, sin problemas de espacio en la memoria, sin incompatibilidades… en fin, otros tiempos.

    El descenso lo hacemos por el mismo itinerario. Bajada por el sendero hacia la pista, hasta ese mirador desde donde se tiene buena vista sobre el castillo de Peracense, que como habremos terminado pronto de hacer esta ruta, podemos aprovechar para visitar tal monumento. Se trata de uno de los castillos más bellos y desconocidos de Aragón. Situado sobre un montículo de arenisca, muy escarpado, en la parte más meridional de la sierra Menera. Con restos arqueológicos correspondientes a la Edad de Bronce, se sabe que ha tenido uso a lo largo de la historia, debido entre otras cosas a su singular emplazamiento entre la riqueza minera de los alrededores y la rica vega del Jiloca. Ha estado en manos islámicas, y finalmente ganado a la cristiandad por los vecinos de Daroca, según se informa en el Fuero de Daroca, otorgado por Ramón Berenguer IV en 1142. Posteriormente, vuelve a ganar importancia estratégica al ser muga entre Aragón y Castilla. Con la reunificación de ambos reinos va perdiendo su hegemonía, volviendo a estar activo en las guerras carlistas.

Chema Tapia. Texto extraído de ‘100 Cimas/Paisajes. Aragón comarca a comarca‘, Prames, 2018.