¿No sé por qué? / Andrés Sierra


Por Andrés Sierra

    Me gustaría ser un latifundista, pero de ideas. Pero tengo un problema –soy consciente de ello-; no soy inteligente. Recuerdo cuando estudiaba…

…la carrera, una carrera muy corta por cierto, mi media de notas andaba sobre el 5 y 6, no más, sobre todo en matemáticas, un autentico desastre. Solo entendía que no entendía el concepto, y me admiraba cuando el profesor explicaba que llegado a cierto nivel, raya con la filosofía. Ciertamente en la sección de matemáticas –quiero decir asignatura- era realmente malo.

    Tal vez la cuestión es que divago mucho, elucubro demasiado. En mates la elucubración da pie pera poder resolver integrales, derivadas, ecuaciones complejas…La elucubración mental lleva, generalmente, a un círculo vicioso y no se resuelve nada.

    Tengo esa tendencia innata a divagar. Y mi intento es buscar el por qué de las cosas: el principio del problema. Aunque  temo que me sale mal el resultado final.

   En mi época de fumar hachís –nunca fuí un gran fumador- apareció una cuestión preocupante. Sabía que en algunas personas, para concentrarse, sobre todo a la hora de estudiar fumaban gran cantidad, y el resultado era óptimo.

   Para mí, todo lo contrario. Le pregunté la cuestión a un conocido que estudiaba medicina, y en su respuesta y en mi deducción hallé el motivo que tanto me preocupaba.

    El hachís también en mí hacía concentrarme, pero claro, ya de por sí disperso en mi estado natural, la consecuencia era obvia; la dispersión o la elucubración se ponía al cuadrado, con lo cual, muy difícil solucionar ciertos problemas.

    Hay un tema musical de cierto grupo que no voy a nombrar, titulado “Sálvese quien pueda”. Me impactó desde el primer momento que escuche el tema, un verso: “Puedo perderme en la obviedad”. Me lo aplicó a mí, pero más tajante, sin esa posibilidad de tal vez. Yo me pierdo en la obviedad.

    De cualquier forma, sigo en mis trece, sigo buscando el por qué de las cosas. Es mi tendencia inamovible para bien o para mal. No soporto ciertas actitudes del ser humano que me parecen tan deleznables. Y ya no estoy hablando de los que nos dirigen… solo de los de a pie como yo. A veces indagar, preguntando a la persona que ha hecho una fechoría sin sentido, el motivo de su actitud, pero generalmente omito esa acción para no meterme en ciertos berenjenales contraproducentes para mi integridad física; hay mucho chulo por ahí.

    Así que casi siempre me limito ha hacer conjeturas, divagar, y por qué no, elucubrar.

   Al final del viaje me quedo con la misma pregunta: ¿No sé por qué?.

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