Días de baile,  circo y pandemia


Por Dionisio Sánchez
Director del Pollo Urbano
elpollo@elpollourbano.net 

    Aparte de la mezquina y odiosa soberbia del sujeto ya encoletado como “Marqués de Galapagar” y del que otro día merecerá nuestra atención, esta  pandemia bailona cuyos muertos, confinamientos…

…   y fases  de desactivación  del Estado de Alarma/Maravilla de don Pedro Sánchez  nos llevan a la pista del  baile diario nacional  entre yenkas ( …izquierda, izquierda, derecha, derecha, adelante y atrás….) y los pasitos del pop bailongo de Ricky Martín (…un, dos, tres. Un pasito pa’lante María. Un, dos, tres. Un pasito pa’ atrás…),  de modo y manera que ahora ha llegado el momento adecuado en la distensión para  ponernos de rodillas y suplicar que vengan los turistas (por favor, vengan) aunque su valor añadido sea una mierda (tal y como quiso decir el unido/a  e  ilustre ministro de la Cosa y el Consumo Rojo Albertito Garzón  sin despeinarse ni un euro solidario  de su generosa nómina obrera) y haya que desmontar   a toda prisa la cuarentena aérea, carretera y marinera. Y también, ¡cómo no!,  declarar diez días o un mes, si es preciso, de luto oficial con todos (¡Todos los mástiles de la nación de naciones!) y sujetas a ellos y  a media asta habrán de ponerse todas, ¡todas!  las banderas nacionales, locales, municipales, autonómicas y europea  para que se constate  la sensibilidad de nuestros gobernantes ante el horror que han sufrido, sobre todo, los viejos y las abuelas españolas que han emigrado ¡por fin! del sistema de pensiones al cielo gratuito que nos cede Dios y así pueden liberarse algunos euros para la próxima ocurrencia del señor Marqués o de su equipo de progreso y fanfarria.

    Gobernantes, los nuestros, los de España, que no sólo mantienen  al nuevo y cómico dúo “Los ministros/as Tonetty” : Montero e Illa, si no que el devenir pandémico nos ha dado a conocer a otro grande de  la pista circense en el terreno de la humorada socarrona y un punto vergonzosa: el nuevo Oleg Popov nacional  debutante bajo la lona del circo gubernamental con su afamado número:  “Ya no confío en ti, ¡vete, bruja!”. Escena humorística que se ha hecho famosa compartiéndola con  el carablanca coronel Perez de los Cobos a quien –como es propio en toda pandemia que se precie-  ha mandado a la “rue” al término de la gira. Ya tenemos, pues, tres, los Tonetys más Popov Marlaska para que este coliseo ambulante aunque con sede habitual  en  la Carrera de San Jerónimo nos depare grandes actuaciones en lo que resta de legislatura, aunque el público de la grada manifieste ostentosamente  su mano “cum pollicem deorsum “ 

    Algunos inocentes se preguntaban qué es lo que el Jefe de Pista había ofrecido a los leones para que le autorizasen el espectáculo/legislatura. Pues ya lo vamos viendo y no hay que ser un lince (que, por otra parte, siguen siendo especie protegida, de momento, a no ser que se le tuerza el morro a Echenikón y en un alarde de edulcorado amor a la naturaleza toda los declare animales domésticos no pasen frío en Doñana), para constatar a qué se estaba jugando en la pista central

     En todo caso, al final, si las cosas discurren por estos derroteros circenses,  el personal va a tener más fe en un tribunal obrero de una checa cualquiera que se formase que en un ministro/juez  que se salta a la torera los propios protocolos de su oficio. Si la instrucción es secreta y está hecha bajo la autoridad de una jueza que pone en marcha a unos guardias civiles en modo de policía judicial ¡Qué huevos pinta un ministro/juez pidiéndole que le cante “sotto voce”  los contenidos a un carablanca coronel de un informe que por secreto no  puede revelar, entre otras cosas, porque la  Ley se lo impide ya que –según parece- ese asunto sólo ha de quedar en el conocimiento de la jueza que ordenó la realización del manoseado informe.  ¡Dios coja confesados a los que caigan en manos de Popov Marlaska cuando vuelva a su olvidado oficio!  Regreso que se producirá porque  en el inconsciente colectivo los jueces son intocables aun cuando sean  o hayan sido incumplidores de su propia Ley, la Ley. Ejemplos tenemos y bien cerca.

     Y así, entre pasodobles y charangas  de la orquesta ambulante de nuestro circo imaginario, esperarán ociosos y seguros la llegada de su bien dotada jubilación. Si los propios jueces no cumplen con la Ley ¿Qué ejemplo tenemos los sencillos ciudadanos  aspirantes a mangantes robagallinas? Something is rotten in the state of Denmark

     Claro está que en los  coliseos que nos ha tocado hacer de público, lo de esperar el ejemplo del prócer político es como  aspirar a una plaza en el Arca de Noé minutos antes de que descargue el Diluvio  Universal. Sin ir más lejos,  en los comienzos esta  plaga confinada, tres concejales tocados  de ricas ideologías  púrpura  ribeteadas de progresista cordonería aurea y rica nómina en piezas de curso legal, abandonaban la ciudad a la que supuestamente sirven para recluirse en pueblos aledaños y, ejemplarmente- como decía-,  tan sólo volvían a ella para tocar el gong que marca el plus por asistencia a pleno (municipal )y llevarse el parné a buen recaudo hasta su exilio pueblerino, deleitándose en mirar cómo se van desperezando las amapolas y  cómo se va desarmando el azote virulento mientras ellos- imagino- le dan al naipe baturro  mientras esperan  la llegada del próximo viaje para tocar, de nuevo, marro municipal. Y sin que nadie les chiste. Y si alguien lo insinúa, naturalmente será de fijo “un facha”, cualquiera de los millones de fachas que les rodean y vigilan impunemente.

     Porque ahora, casi como siempre desde el segundo bienio de la  Segunda República, el que no milita en el “octubre revolucionario”,  ¡ja!,  es un facha. Y como nadie lee ni se instruye siquiera en los avatares acaecidos  en su propio país, pues ¡hala! facha paquí, facha pallá. Los de Vox tienen que estar contentos de tener esta extraordinaria publicidad gratuita basada, fundamentalmente, en la ignorancia.

    Pero por una carambola de la suerte,  los ignorantes también votan y se tiran al Facebook como si tuvieran que acudir a la Casa de Campo en el 36  a tirar unos tiritos contra los rebeldes que les rodeaban. Y luego, de vuelta, después de haber cumplido con la República de boquilla y excursión, a echarse unos tragos de la bota y a merendarse una lata de sardinas sacada del macuto de alguno que ya había entregado su alma a Dios o a Stalin. Y así se quedan tan anchos y los de ahora (hooligans políticos, según Jason F. Brennan)  siguen y siguen mandando envíos (“post “) por gravedad  y sin leer un miserable libro de Historia que les abriera, aunque fuera tan sólo un poquito, las orejas….  ¡a buenas horas mangas verdes!..

   Total, queridos  amigos, compañeros y camaradas, que en materia de representación política bien podríamos decir aquello de que “cada día que amanece, el número de tontos crece”, refrán éste que centra la Primera Ley Fundamental de la Estupidez Humana que enunciara el historiador económico italiano Carlo María Cipolla a propósito de la actitud  que tenemos los ciudadanos normales por  subestimar el número de individuos estúpidos que circulan por el mundo. La aplicación del considerando anterior tenido como constatación, nos lleva a  acercarnos, por progresión, casi hasta la enunciación inmisericorde de que vivimos en un verdadero mundo de tontos y que, por tanto, “no resulta difícil comprender  de qué manera el poder político, económico o burocrático aumenta el potencial nocivo de una persona estúpida”. Y dónde nos están colocando, atenuando atenuando, mitiga que te mitigaré ,a los ciudadanos

    Estámos rodeados. Amigos, compañeros y camaradas ¡A caballo! ¡Yihiiiii! Salud!

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