Contigo en la Distancia / Jorge Álvarez


Por Jorge Álvarez
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     Desde hace unos meses el mundo entero tiene sólo un tema de conversación: el Covid-19. Es portada de todos los diarios, revistas y telediarios.

    Aunque usted no lo quiera fue, es y será bombardeado por especialistas y por periodistas que un día le piden que use un tapabocas, otro que lo ideal es una mascarilla descartable, que la OMS dice que no hay que usar ninguna de las dos cosas y que se lave las manos cada vez que se las vea. Con agua y jabón, luego con alcohol en gel y que a cada cosa que toque, menos su mujer o los niños, desinfecte con una solución de 70% de alcohol y 30% de agua.

   Y dígame la verdad ¿no está harto? ¿Muy harto del encierro y de estos consejos que repiquetean como martillos en sus oídos? Yo sí. Estoy del otro lado del océano, a unos 10.500 km de la bella ciudad de Zaragoza, llevo más de 70 días de una cuarentena que más que cuarentena parece que se extenderá como un embarazo a término en mi país, la Argenzuela. Entonces pensé ayer ¿y por qué yo también tengo que abrumarlo con cifras de muertos, sopas de murciélagos, las fugas de virus o las carencias del sistema hospitalario? Lo más probable es que usted esté más y mejor informado que yo.

   Bueno, comenzaré a desandar el camino que desembocará en hablar de este virus mortal desde otra óptica, una que nos permita trocar los ceños fruncidos. ¿Usted sabe qué paso en Cuba un día de un lejano 1946? No. Bueno, le cuento que ese día las musas inspiraron al cantautor César Portillo de la Luz. Y gracias a ello creó uno de los boleros más exitosos de todos los tiempos: “Contigo en la Distancia”. Piense un momento y seguro que se acordará de él. Y de su letra. Gracias a la revolución que originó Luis Miguel desempolvando éste y otros boleros usted lo escuchó en su voz, en la de Andrea Bocelli, del Nano Serrat, o del maestro Armando Manzanero y de muchos otros cantantes.

    “Más allá de tus labios / Del Sol y las estrellas / Contigo en la distancia Amada mía, estoy” repite este clásico que viene como anillo al dedo a nuestro aislamiento social que si es incómodo al momento de compartir una caña o unas tapas sentados en una terraza a más de un metro de distancia imagine por un momento lo que puede ser entre los actores de una novela, de un culebrón de televisión en los que no habrá más ni besos, ni caricias entre los protagonistas. Ni siquiera para pelear entre ellos podrán estar a menos de un metro. Tremendo. Y no hablemos del cine porno. ¡Esos sí que están jodidos! Al sexo oral lo reemplazará el sexo escrito en un móvil o en un ordenador. ¿Vamos camino a que esta industria sea más aburrida que bailar “Contigo en la Distancia” con la suegra? No lo sé, pero estos están más jodidos que nosotros se lo aseguro.

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