¡Alice, Bob, Están rodeados! (2) / Fabián Prez


Por Fabián Prez

   El mes pasado hablábamos acerca de cómo nuestra seguridad, en cuanto a la reserva de nuestros datos, depende de la incapacidad de los ordenadores en poder resolver problemas aparentemente…

…simples en un tiempo razonable, lo que nos parece imposible, en esta época de big data, data mining, redes sociales, etcétera. Sin embargo esto es así, como nos enseña esa disciplina llamada teoría de la complejidad computacional. Ya sea que usted, lector, haga una simple operación bancaria desde su casa o que dos generales de la NATO envíen información militar de máximo secreto los datos están protegidos por mecanismos basados en estos conceptos.

    Pero, voto a Poe, si no puede existir una codificación creada por la mente humana que esta misma no pueda decodificar, debe existir un resquicio por donde entrar a los efectos de descifrar estos códigos. Luego, a alguien se le ocurrió ir a la biblioteca de la universidad y revisar algunos libros y llegó a la siguiente conclusión: Todo esto está bien, para un ordenador que funcione procesando ceros y unos, bits que les dicen, pero ¿qué pasaría si entre el estos hubiera algo más, una estructura más rica, un conjunto de valores infinito, todo un universo, diría un poeta?

   Se crea así el concepto de Qubit, apocope de quatum bit, objeto creado a partir del conocimiento de los grandes avances de la física a principio del siglo veinte, y dedico a continuación algo de tiempo a comentar todo esto, para información del lego en la materia.

   Brevemente, al final del siglo diecinueve, el estudio de  la física se creía concluido, había solo un puñado de problemas sin resolver, los distintos capítulos de la física no coincidían en sus predicciones para estos extraños fenómenos, como el universo es uno solo y la división en distintas materias solo tiene por objeto su estudio metódico, había algo que estaba radicalmente errado, y la corrección de estos errores funda toda la física del siglo veinte, en particular, la creación de la mecánica cuántica, lo que es básicamente, el estudio del mundo microscópico, de la composición intima de la materia.

   El mundo cuántico se parece a una película de Buñuel, la lógica deja de tener validez, o por lo menos, debemos reemplazarla por otra, con otras reglas de inferencia, si tu vas en automóvil por la autopista a La Coruña, puedes con toda seguridad decir que estas en el Kilómetro 50 y vas a 80 Kilómetros por hora, en el mundo cuántico o afirmas una cosa o la otra pero no puedes hacer las dos con precisión, tiras un electrón por una pared con dos rendijas y el electrón pasa por las dos a la vez pues el tío ha dejado de ser una particula y se ha convertido en una onda, en el mundo de nuestra experiencia cotidiana, si giras un florero 360 grados lo vez exactamente igual, en algunos sistemas cuánticos debes darle DOS vueltas para verlo de la misma manera, una partícula detecta si una bomba sirve o no, sin siquiera tocarla o interaccionar con ella de alguna forma, un sistema cuántico parece colapsar cuando ojos humanos lo miran.

   Lo más impresionante de este mundo psicodélico, onírico, pero tan real como el que caminamos todos los días quizás sea la “acción fantasmagórica a distancia” como lo llamo Einstein o entrelazamiento cuántico como le decimos hoy en día. Dos partículas pasan cerca una de otra, o son creadas por el mismo proceso, y sus historias quedan ligadas por toda la eternidad, una será un espejo de la otra, aun cuando hayan viajado a cada extremo del universo, si es que este tiene confines, por lo pronto, estamos seguro que esto es una realidad entre La Palma y Tenerife, donde un experimento del Observatorio Norte Europeo confirmo la existencia del entrelazamiento, que ya podemos llamar tele trasportación, porque si miramos fijo una partícula para que colapse, o sea, sus propiedades dejen de ser difusas, probabilísticas y sean concretas, la otra tomara automáticamente y en el mismo instante, los mismos valores.

   Todo sucede como si arrojáramos una moneda en La Palma y cuando esta cae cara o cruz, otra moneda mágica en Tenerife toma automática e instantáneamente la misma suerte. La explicación del entrelazamiento desafía nuestro intelecto, haciéndonos cuestionar el concepto de “realidad” o de “localidad”, quizás pueda caber toda la creación en un solo punto…

    Nos alejamos así de la física y entramos en el dominio la filosofía, que por primera vez en la historia, se convierte en una disciplina experimental.

    Es entonces el maravilloso mundo cuántico nos permite construir una maquina que construya y posteriormente procese los qubits, permitiendo que un ordenador –ahora cuántico- realice simultáneamente el trabajo de cien, mil, diez mil ordenadores clásicos en el mismo tiempo, permitiendo, entre otras cosas, ir mas allá de las estrictas reglas que nos imponía la complejidad computacional clásica.

   Alice y Bob, los eternos personajes de los textos de criptografía están antes nuevos desafíos, pero, especulo yo, cuando veo que hoy en días todos tenemos un ordenador en casa, cosa que era impensable cuando yo era un chaval, no sería descabellado pensar que los niños de estos tiempos tengan uno cuántico cuando sean adultos, y entonces  la informática cuántica será cosa de todos los días.

    Hoy por hoy, la empresa canadiense D-wave ya te puede vender uno, si estas muy ansioso.

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