Por Andrés Sánchez Stuckler
La misma cacerola que alborotaba la calle, la que nos obligo a taparnos los oídos, hoy nos invita a hacer lo propio con nuestra nariz, al subir las escaleras, en el descansillo no es difícil adivinar que en el segundo izquierda, como no…, de primero tienen coliflor. La vieja marmita ha resultado ser de lo más versátil, cambia de estado antiadherente a antisistema o viceversa sin apenas inmutarse, ni que decir tiene que no hace falta lavarla ni antes, ni después, ni nunca.
Repetidos condimentos son tachados de agitadores, Comino, Jengibre y Apio están en el Ajo, mi querida Cayena como siempre se salva por una pizca, “contigo y con la Sal, haremos la vista gorda”.
Terminadas las pesquisas se procede a la detención y posterior puesta a disposición judicial de la cacerola Tefal con nº 27-09, por los presuntos delitos de alteración del orden publico y de contaminación medio ambiental, se enfrenta a penas que bien podrían llevarla a un punto limpio.
