Por A. Garwarhol
¡Ya está bien de tanta tortita, cereal, muesli, pan integral y zumo de bote para desayunar! ¡Ya basta de cafés con leche de unicornio! Los que trabajamos…
…en el circo y los mineros del Yukón sólo comemos una vez al día, nos levantamos ya vestidos y desayunamos de manera contundente…
Hace un par de lustros que trabajo como carablanca en el Blake-Sáchez-Circus. Desde que cayó el Imperio Romano no hemos vuelto a cobrar en paquetitos de sal, ahora el “salarium” se ha convertido en “garbanzarium” y a final de temporada como si fuéramos barbudos buscadores de oro del Klondike recibimos nuestra parte del tesoro dorado: un frasquito de garbanzos pedrosillanos. Mi nombre es Augusto Garwarhol y os voy a explicar cómo sacarle partido a esta leguminosa al estilo sureño.
1º Por la noche pondremos un recipiente con agua y unos 300 grs. de bacalao salado al fresco. Hay que ir controlando y cambiando el agua cada ciertas horas hasta que esté en su punto correcto, o sea ni muy salado ni aguachirri.
2º Después cocemos los garbanzos, el tiempo depende del agua que utilicemos, de la olla y de la variedad del garbanzo… si sacas uno y rebota contra el suelo o te hace una muesca en el revolver significa que todavía no están. Al final conseguimos unos 400 grs. ya cocidos y los guardamos.
3º Al mismo tiempo ponemos a escaldar durante poco tiempo 300 grs. de espinacas cortadas a tiras y las reservamos mientras se escurren.
4º Picamos una cebolla fina y la rehogamos con aceite de oliva en la cacerola en la que finalmente haremos el potaje. Añadimos una patata, una zanahoria a dados (esto es opcional) y un par de cucharadas de tomate frito casero, tres o cuatro ajos, una hoja de laurel y un poco de pimentón en el último momento.
5º Agregamos un ligero caldo de verduras o incluso de raspas y cabezas de pescado y lo ponemos todo en ebullición mientras añadimos una pizca de pimienta negra, cominos machacados y tomillo.
6º Finalmente añadimos los garbanzos y las espinacas anteriormente cocinadas, un huevo duro picado y corregimos el punto de sal.
Cuenta la leyenda que Anita Obregón una vez le hizo una paella a Spielberg… pues si… y yo unos garbanzos con bacalao a Andy Warhol, lo malo es que cuando me desperté me caí de la cama. ¡Hala pués, a desayunar!
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http://lomillos.wixsite.com/joseluislomillos
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