Desde mi carpa: Números habituales en el circo (IV)


Por Germán Oppelli

   El hombre bala. Durante muchos años se solía anunciar este número como el “hombre cañón”. Es incorrecto: el protagonista del ejercicio actúa al modo de “bala”.

    Diremos que son muy pocos los artistas que lo hacen. ¿Motivo? Caso de fallar… riesgo de muerte. El artista se sitúa tumbado boca abajo en el interior del cañón. Sus pies tocarán el tope de una plataforma lanzadora: es la posición correcta. Cuando todo está preparado, comienza la cuenta atrás: cuatro, tres, dos, uno, cero…

  Mientras suena un estrepitoso ruido y fundido entre el humo que arroja el cañón, vuela por los aires un hombre que recorre el camino de, aproximadamente, cuarenta metros hasta caer en la red. El matrimonio Raluy (españoles) realizaba el número al alimón, siendo la sensación de toda Europa a principios del siglo pasado. Este número, por cierto, suelen presentarlo las empresas con un fuerte programa en el exterior del circo.

  Trapecistas. El de los trapecios es uno de los números clave en todo programa circense. Existen diversas clases de trapecios. Está el trapecio de equilibrio, también llamado trapecio de fuerza. Otro es el movible que puede ser doble, triple o cuádruple. Sin embargo, y hasta el momento, el mayor logro artístico lo constituye el triple salto mortal en los trapecios volantes. Un ejercicio que muy pocos trapecistas en el mundo pueden realizarlo.

  El primero en conseguirlo fue el mexicano Codona. También lo consiguieron Enzo Cardona, Tommy Stele y los Palacios (también mexicanos). Ya sin continuidad, habría que citar a los franceses Pierrée Alizee. Los españoles en este campo quedamos bastante alejados de ese logro: Bendicho, Silver, Atlas o Alamar fueron buenos trapecistas. Se precisa para realizarlo un porto y un ágil (que es el que salta al otro trapecio), en donde le espera boca abajo el portor que lo tiene que recoger una vez dado el triple. En la banquilla donde ha salido el ágil tiene que haber otro trapecista que tiene que lanzar el trapecio en el segundo exacto para que retorne el ágil.

  En lo que sí destacaron los artistas españoles fue en el trapecio de equilibrio. Pinito del Oro logró ser la mejor trapecista del mundo con grandes triunfos en Europa y América, figurando en todos los circos en que actuaba como cabecera de cartel. Importante fue también miss Mara y la joven promesa Carmen, fallecida al caer del trapecio en el circo donde actuaba en la ciudad de Pamplona. En la ley no escrita del circo, pero respetada por todos los artistas circenses, solo puede emplearse la red protectora en los trapecios volantes que es donde el actuante, durante unos segundos, no tiene contacto físico con nadie ni con nada. Esto ocurre tanto en el triple, el doble o el sencillo.

  Circo Alegría. Tenemos entre nosotros la grata presencia del Circo Alegría. No es este el mejor tiempo para las huestes circenses. La ley de “protección” de animales en el circo ha sido un duro varapalo, sin ninguna subvención ni ayuda de ninguna clase. ¿Cómo sobrevive? La gente de circo está acostumbrada a luchar contra viento y marea (nunca mejor dicho). La familia Faggioni presenta un original programa donde, sin perder su esencia circense, presenta una alegre fantasía que se ve con agrado. ¡Adelante! Y optimistas y circenses saludos.

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