Por Javier López Clemente
La fascinación por la pintura de Caravaggio tiene que ver con la forma en la que concibió su obra, y como utilizaba los fondos negros para centrar la acción en la mente del espectador, hasta construir una especie de secuencia mediante diferentes fotogramas aislados unos de otros, pero todos bajo la misma fuente de luz. Pintar desde la oscuridad para llegar a la luz con la idea de crear contrastes.
‘Hijas de la misericordia’ es una función que recorre ese mismo camino. Desde lo más tenebroso de la condición humana hasta una amistad luminosa. El programa de mano nos advierte que el espectáculo se basa en los testimonios de mujeres que pasaron su infancia y primera adolescencia en una Casa de Misericordia al amparo de la Iglesia Católica de los años setenta, allí donde acababan muchos hijos de la pobreza, la desestructuración familiar y el maltrato para convertirse en los cobayas de una rancia educación en medio de ínfimas medidas de higiene y salubridad.
La dramaturgia se apropia de las palabras de las mujeres que han tenido el arrojo de contar su historia, y a partir de ahí confeccionar un nutritivo entramado de lenguajes narrativos. El primero utiliza la sobriedad del ensayo como el método para transmitir datos históricos, reflexiones pictóricas y una contextualización que nos permite tener perspectiva para valorar los acontecimientos. El segundo tiene el aroma poético del recuerdo de unas hijas abandonadas por sus madres. No te preocupes por si los acontecimientos te parecen terribles o dramáticos porque el tono con el que se cuentan tiene un elevado nivel de humanidad, y es capaz de esquivar cualquier pulsión parecida al odio o el desprecio. El tercero sumerge la acción en el devenir diario del internado en el que viven nuestras protagonistas. Cuatro niñas al albur de la manipulación educativa y emocional de sacerdotes y monjas, y sin embargo ese entorno de miedo, hambre y frio se convierte en un delicioso retrato costumbrista que transita por la sabiduría del humor y la ironía.
Esta sugerente combinación de diferentes formas de contar la historia es perfecta para definir la personalidad de las protagonista, y tiene la virtud de preparar a los espectadores para cuando datos, recuerdos y entrañables andanzas infantiles nos dejan a los pies de las confesiones en primera persona de unas mujeres arrasadas por la vida, que ahora nos miran de frente y apelan directamente a nuestro corazón.
La dirección se hace cargo de este catálogo de expresiones escritas para convertirlas en acciones, gestos y declamaciones que conforman una coreografía teatral en su justo punto de armonía, sin permitir ni una sola nota discordante, y alimentando el poder escénico mediante el uso de materiales de atrezo como linternas, zapatos o tocas que van más allá del aliño escénico y se convierten en nuevos personajes.
El ambiente mágico que se crea sobre el escenario sería imposible sin la eficacia de las cuatro actrices. La delicadeza de su trabajo se sustenta en una concepción elegante y minimalista de la interpretación para afrontar con exactitud y ternura cada uno de los muchos matices por los que transitan, desde dibujar con nitidez la personalidad de cada uno de los personajes hasta empujar la peripecia colectiva. La aparente levedad con la que saltan de un plano a otro esconde un potente ejercicio dramático que compagina la individualidad con el valor comunitario del grupo Dos aspectos clave para entender que pese a todo lo vivido y lo que queda por venir, en medio de la atmósfera tenebrosa de un cuadro de Caravaggio siempre puedes escapar de la oscuridad para situarte bajo la tenue luz de la esperanza.
‘Las hijas de la misericordia’
Producción: Pere Fullana, Iguana Teatre, Albena Teatre, Teatro del Temple y Teatre Principal de Palma. Dramaturgia y documentación: Pere Fullana, Carme Planells, Alfonso Plou, Aina Salom. Dirección: Pere Fullana. Reparto: Anna Berenguer, Rebeca Del Fresno, Catalina Florit e Irene Soler. Ayudante de dirección: Xavi Núñez. Iluminación: Toni Gómez. Escenografía: Luís Crespo. Vestuario: Bel Cirerol. Técnico de sonido y luces: Juanro Campos. Construcción de escenografía: Background Producciones / Pablo Sacristán. Diseño gráfico, grabación videográfica y fotografía: Teatre Principal. Promoción y comunicación: Teatre Principal e Iguana Teatre. Distribución: Iguana Teatre, Albena Teatre y Teatro del Temple. Diseño de producción: Carles Molinet. Producción ejecutiva: Jordi Banal. Asistentes de producción: Toni Benavent y María López Insausti
30 de Noviembre de 2024. Teatro del Mercado.