República Dominicana: Después de la tormenta Franklin


Por Manuel Sogas

    La tormenta tropical Franklin se formó en aguas del Caribe, llegando por la costa sur-suroeste a la República Dominicana el pasado 23 de agosto, con vientos máximos sostenidos de 75 kilómetros por hora.


Por Manuel Sogas Cotano
Corresponsal del Pollo Urbano en República Dominicana 

  Dos días antes, concretamente, el 21 mediante el decreto 380-23, el ejecutivo dominicano ante el inminente paso del fenómeno atmosférico, en previsión de evitar en lo posible daños humanos y materiales, suspendía todas las actividades laborales y de servicios que no fueran imprescindibles a partir de las 12 horas del día siguiente. Anulándose dicho decreto a las 8 horas del día  24 con la reanudación de las actividades suspendidas.

   

 Pendiente todavía de una evaluación completa de la situación que deja tras de sí la tormenta tropical Franklin en la agricultura, infraestructuras y otros sectores económicos, entre las pérdidas humanas se cuenta una persona muerta y otra desaparecida. Respecto a los daños materiales se contabilizan más de 2.700 carreteras y caminos afectados; desprendimientos de tierras en distintos puntos del país; desbordamientos de ríos como el Brujuelas en Guerra (este), dando lugar a la incomunicación de trece comunidades aisladas.

     En las producciones agrarias el impacto de la tormenta tropical Franklin ha tenido un efecto desigual. En el Pinar de Ocoa, próximo a Azua, han resultado afectados más de 10.000 metros cuadrados de invernaderos dedicados a la producción de tomates y otras hortalizas con destino a los mercados internacionales y nacional, resultando especialmente perjudicados los pequeños productores, lo que ha motivado que el Instituto de Estabilización de Precios (Inespe) haya iniciado en Azua (sur) y otras localidades productoras de bananos la compra de más de un millón de unidades de este producto al objeto de contener la subida de precios, tendencia lógica dictada por las leyes del mercado (subir el precio de la mercancía cuando escasea).

    Las hortalizas, junto a la yuca y batata podrían ser los productos más afectados negativamente, pero este aspecto queda pendiente hasta la evaluación final de los efectos del paso de la tormenta tropical Franklin por la República dominicana, pues en el Cibao (sur-oeste), zona donde se da la mayor producción del país, las lluvias caídas no han sido tan intensas  como las inicialmente pronosticadas, circunstancia que favorece la producción arrocera. Otro tanto cabe decir de la provincia de Barahona (suroeste) y su municipio Jaquimeya, donde como resultado de las lluvias caídas se ha llenado la Presa Sabana Yegua que estaba casi vacía, aliviando así el grave problema de sequía que padecía, lo que llevó en fechas recientes hasta doce días sin disponer de agua para los cultivos ni para el consumo humano.


    Las viviendas dañadas se acercan a las seiscientas con más de 350 damnificados, siendo numerosos los pequeños negocios que han quedado inundados y 120 acueductos han quedado fuera de servicio, junto a casi cincuenta circuitos eléctricos afectados. Destacándose en este aspecto, según la Empresa Distribuidora de Electricidad del Este (Edeeste), que a las cinco horas de haber tocado tierra la tormenta Franklin, el 13,30% de su clientela que la constituyen 104.239 familias quedaron afectadas, siendo las ciudades de Santo Domingo y el Distrito Nacional, Monte Plata, San Pedro de Macorís, La Romana, Higüei, El Seibo, Miches y Hato Mayor las que más afectadas quedaron (HOY, 24 agosto 2023).

(Cañada de Guaijimia llena de basura en Santo Domingo Oeste. Listín Diario)

     Es evidente e indiscutible que las inundaciones las produce el agua, pero los residuos sólidos urbanos y los envases de plasticos esparcidos por todas partes no pueden ser atribuidos al agua, aunque sin embargo, si pueden contribuir a ellas y agravarlas, junto al deficiente mantenimiento del alcantarillado y sistemas de desagues, como podría ser el caso de la Cañada de Guajimia en Santo Domingo, en la que ha sido tal el cúmulo de basura y plásticos arrastrados por el agua que ha impedido el libre desague en dirección al río Haina.

     El agua, pues, produce las inundaciones, pero también sirve en este caso, para poner a “flote” uno de los diferentes y graves problemas que padece la sociedad dominicana en general que queda materializado en las 7.200 toneladas de residuos sólidos urbános que se producen diariamente en la República Dominicana, de las que tan solo 1.368 (20%) de ellas llega a vertederos controlados, mientras que 5.832 toneladas (80%) tiene como destino uno de los 354 vertederos distribuidos por toda la geografía nacional que en su inmensa mayoría desarrolla sus operaciones al aire libre. “Hay vertederos que se ubican a apenas 200 metros de las poblaciones, y a 20 metros de cuerpos de agua, como ríos, arroyos y cañadas…” [[i]]

   De las responsabilidades sociales y políticas que se derivan de esta situación no quedan exentos ni los gobiernos municipales ni el de la propia Nación, pasados o presentes. La Constitución de la República Dominicana establece en su artículo 67 que: “Protección del medio ambiente. Constituyen deberes del Estado prevenir la contaminación, proteger y mantener el medio ambiente en provecho de las presentes y futuras generaciones.”

Fotografias: (hoy.com.do) y(elnacional.com.do)*

[[i]] Luis Jiménez. www.ciudadalternativa.org.do. Págs. 5-6. Mayo 2020.

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