Italia: PPPoesia 40

157pasoliniP
Por José Joaquín Beeme

    Preguntaba si era, todavía en 1964, delito de honor eliminar a quienes practicaban un erotismo diverso.

Por José Joaquín Beeme
Corresponsal del Pollo Urbano en Italia
http://latorredegliarabeschi.googlepages.com

    La encuesta, grabadora en mano al estilo Soldati, exploraba la difícil apertura de la «Italia más Italia», arcaica, campesina, paleoindustrial, a formas de convivencia y sexualidad urbanas, neocapitalistas, y su autor, que había sido expulsado del PCI con tacha de indignidad político-moral, alentaba en ese documental la «realidad de los cuerpos» frente a la irrealidad de la civilización consumista. Comicios de amor delineaba ya lo que Pasolini llamaría lisa y llanamente genocidio, ese desastre económico, político, urbanístico, antropológico, perpetrado por el neofascista poder del mercado sobre un entero país a la deriva, perdidas sus señas de identidad, su continuidad espacio-temporal. La «desaparición de las luciérnagas», fase histórica de demolición como no habían conseguido, primero, Mussolini bajo un puro disfraz histriónico, ni tampoco los sucesivos gobiernos democristianos, llega a su extremo con la globalización homologadora. Quiso contarlo en su (deliberadamente) fragmentaria y póstuma Petróleo, una trama complotista donde dos Carlos (en toda la historia literaria, decía, no hay fuerza más productiva que la relación con el propio doble), el dirigente energético a lo Mattei y el buen viveur a lo Gil de Biedma, acaban fundiéndose en un delirante mito andrógino. Eros como principio supremo del conocimiento, y lo demostraba cuando, luego de sus cenas trasteverinas con los amigos escritores, se adentraba en la Roma off apurando sus catacumbas. Pasolini de día, Pasolini de noche; incansable, volcánico, contradictorio. Hasta aquella fatídica noche de noviembre, hace 40 años, en que acudió al hidropuerto de Ostia para (supuestamente) recuperar el negativo de Saló de manos de rateros: la maldición del honor, encubridora de tantos intereses espurios, se hizo carne de martirio.

Artículos relacionados :