Por Dionisio Sánchez & +
Director del Pollo Urbano
elpollo@elpollourbano.net
Queridos lectores, compañeros, amigos y camaradas:
Parece que avanzamos socialmente hacia una vía de dirección única: o se está con el gobierno (progresista, reformista, liberal o izquierdista) o se está mirándolo (conservador, ultraderechistas, facha o pichorras)
Como ejemplo, las cabeceras de las manifestaciones habidas: En las mismas, una “línea” o “corro de la patata” trufada de sindicalistas (“jefes”) ministros afines y burócratas de los diferentes aparatos del gobierno. Que la manifestación del 1º de Mayo haya sido tal que el desfile de la Banda del Empastre por las diferentes ciudades españolas, demuestra el canguelo que invade a unos sindicatos funcionarizados y sin fuelle para agarrar el toro por los cuernos lejos del gobierno que los sustenta y les da ánimo y amor de clase. La verdad es la verdad la diga Agamenón o la diga su porquero.
Con casi cuatro millones de parados (entre ortodoxos, fijos discontínuos y otras creativas categoría de signar a los “brazos cruzados”) y con un crecimiento de goteo imparable no hay sociedad que lo aguante, y menos cuando ni siquiera el Gobierno tiene fe en sus propias recetas, lentas y más dirigidas al telediario y a administrar la gasolina para huir hacia delante que a parar, templar y mandar (que es la esencia del toreo político) en el zancocho laboral que se vislumbra. “Por el pleno empleo: menos trabajo y más salario”.
A estas alturas todavía no sabemos si ya hemos tocado suelo o aún nos falta la caída libre por el semisótano, dos sótanos principales, cinco cuevas y veinte catacumbas antes de llegar al centro de la Tierra y esperar que salgan al mercado las plazas de fogonero que no para de anunciar la multinacional que controla el magma en ebullición que dicen que existe allí.
Los sindicatos que nacieron como organizaciones democráticas, integrada por trabajadores en defensa y promoción de sus intereses sociales, económicos y profesionales relacionados con su actividad laboral, respecto al centro de producción (fábrica, taller, empresa) o al empleador con el que están relacionados contractualmente, han evolucionado y, al menos en España, forman parte activa del Nuevo Movimiento Nacional, superestructura donde quedan hermanados con la patronal y ambos, a su vez, mecidos por el mismo aceite integrador: el dinero público que engrasa, cuece y atempera su afán de conquistas sociales. Y así, amigos míos, es muy difícil pelear por alguien que no sean los grandes colectivos organizados (multinacionales) o preferentemente vinculados a la función pública, (que son los más agradecidos y dados al aplauso fácil).
Por el contrario, los mayores empleadores del país, los sufridos autónomos, no tienen ninguna presencia destacada ni en la patronal ni en los sindicatos, a excepción de la UPTA, que tiene una brida que canta demasiado a puño y rosa y alguna que otra organización emergente. Por no tener, hasta hace cuatro días, los autónomos no tenían ni paro. Ellos, los pobres gladiadores del sudor y la nómina mensual, son los que según el canturreo emitido por el corro de la patata sindicalista , se han de hacer cargo de eslogan que van entonando a dúo con la maraña política que los empuja y lleva en volandas: “Por el pleno empleo: menos trabajo y más salario”. ¿Hasta cuándo estos sufridos púgiles van a poder sostener entre sus hombros este mamoneo gigante y contrahecho de nóminas públicas que les vienen por Ley inyectando los agraciados componentes del “Corro de la patata?’¡Hombre, venga ya!
¿Qué hacer, entonces? ¿Esperar a que nos salve la fantástica Comunidad Europea? La receta salvadora ya la conocimos en los lomos de Grecia, por ejemplo: subida de los carburantes, tabaco y alcohol un 10 %, subida de impuestos otro 15% y rebaja de los sueldos ¡Sí, rebaja de los sueldos! (para los que tengan trabajo) otro 15%. Y así durante cuatro añitos, al menos, hasta que la cosa se vaya templando. Casi mejor estudiar una vía española que a mí ver no sería otra que una breve vuelta a la autarquía con permiso, eso sí, de progresista, reformistas, liberales o izquierdistas
Para empezar sería necesario marcharse un poco de Uropa (en la que en realidad nunca hemos estado imbricados en materia de servicios, sueldos y demás) y entonces, con decisión, dedicarnos al cultivo y adoración de nuestros ombligos amparados por los fundamentos filosóficos de aquellas escuelas griegas que hacían defensa del sistema como situación propia del sabio que se basta a sí mismo para ser feliz ejercitando la virtud. Y de entre ellas podemos elegir: la cínica para Huesca, la estoica para Teruel y la epicúrea o cirenaica para Zaragoza siempre y cuando los aragoneses decidamos mantener a Aragón dentro de España o bien, como poco a poco se va a ir imponiendo en la otrora “piel de toro” ir a nuestra bola tal cual hacen nuestros primos catalanes o vascos y a los que parece que la cosa no les va tan mal aunque no les dejen lucir lacitos amarillos pero que, a cambio de esta cruel represión estética, les siguen soltando la pasta a espuertas en un alarde de notable de generosidad económica estatal para con los sediciosos vecinos de la otrora “cosa nostra” . Yo soy de la opinión de que ya que nos ha costado tanto sudor llegar hasta aquí, casi podíamos seguir juntos otro rato más, aprendiendo, eso sí, de las técnicas de trinque y supervivencia de nuestros levantiscos primos ….Por lo menos hasta que remonte la tempestad que los más optimistas dicen que se avecina.
Por tanto y en aplicación de estas reflexiones, los responsables de Aragón y Zaragoza deben ser capaces de acometer la construcción de esta “arcadia” comenzando popr estas mínimas acciones:
-Cerrar todas las grandes superficies y volver a las tiendas de barrio. Lo más grande que pueda existir en Zaragoza como mercado, sería el Central.
-Arrasar todos los pisos construídos a partir del alcalde Triviño, plantar árboles en las extensiones que resulten y abolir el concepto de “solar” ya que los espacios resultantes no podrán cambiarse por nada ni valdrán nada a efectos mercantiles. Naturalmente se reubicarán gratuitamente en la ciudad consolidada a todos los propietarios de pisos periféricos que así lo deseen.
-Por sorteo, tres de cada cinco zaragozanos serán devueltos a sus pueblos de origen con unas pensiones de mil euros/mes y por barba o vello con la obligación de mantener un huerto y tener hijos
-Los funcionarios tendrán plaza de obligada residencia en todos y cada uno de los pueblos vaciados de Aragón. Caso de resistirse a desplazarse a su nuevo lugar de trabajo serán ubicados forzosamente en carpas sin sombra alguna que se habilitarán en pleno desierto de Monegros.
Y así sucesivamente, hasta que nos demos cuenta que nos hemos ido de cabeza y que esto no hay 1º de Mayo que lo arregle si no cambiamos este modelo feo, impersonal y ridículo de una sociedad sin futuro…
Amigos, compañeros y camaradas ¡A caballo! ¡Yihiiiii! ¡Salud!