Invasión eólica en Aragón o cuando el enemigo se disfraza de verde


Por Eduardo Viñuales

    Si no están confinados en casa, salgan de la ciudad, de su pueblo y vayan a contemplar los horizontes rurales aragoneses, sus paisajes naturales. Hagan fotos para recordar.


Eduardo Viñuales
Escritor Naturalista

http://www.asafona.es/blog/?page_id=1036

     Muchos enclaves todavía serenos están a punto de cambiar drásticamente, pues en buena parte de Aragón se prepara una gran oleada de nuevos parques eólicos –y solares- que van suponer un antes y un después.

   Lo que hasta ahora había sido considerado como “una energía renovable” se plantea aquí y en estos momentos, en nuestra tierra y con el beneplácito del Gobierno de Aragón que preside Javier Lambán, como el abuso de un negocio verde que no gusta ni tan siquiera a los propios grupos ecologistas regionales y nacionales, quienes hasta hace unos años afirmaban “Nuclear, no gracias” y que, por supuesto, ahora siguen muy preocupados por los tremendos efectos del cambio climático. Pero hoy en día esas asociaciones de defensa del medio ambiente, al igual que muchas otras personas sensibles ante el deterioro del mundo natural, se están alarmando grandemente frente a los nuevos proyectos de “energías verdes” que se nos vienen encima, ante una transición ecológica precipitada, mal organizada, sin planificación previa, con autorizaciones cuestionadas, con evaluaciones de impacto ambiental sesgadas y con daños colaterales terribles en los paisajes y en la biodiversidad… Y es por todo esto que los defensores del patrimonio natural han puesto el grito en el cielo en buena parte de la España Vaciada diciendo: “¡Renovables sí, pero no así!”.

    Decenas de parques eólicos y plantas fotovoltaicas de gran tamaño se plantean en áreas naturales tan hermosas y valiosas como son las frágiles e infravaloradas estepas del valle del Ebro, el Somontano del Moncayo, el Campo de Romanos, las serranías turolenses del Maestrazgo y del Matarraña, o la mitad sur de la provincia de Huesca. Cada semana que pasa los proyectos empresariales e institucionales avanzan y surgen nuevos frentes imposibles de frenar en este despropósito medioambiental que llega como una avalancha.

   Y es que de aquí a unos meses, en un par de años, los entornos rurales de municipios como Uncastillo, Sos del Rey Católico, Vera de Moncayo, Mirambel, Puertomingalvo, Cantavieja, Fortanete, Mazaleón, Valmadrid, Muel, Hijar, Calanda, Alcañiz, Galve, Alfajarín, Farlete, Perdiguera, Biota, Castiliscar, Tarazona… van a transformarse y podrían quedar seriamente dañados de forma irreversible. Como dice José Antonio Domínguez, portavoz de Amigos de la Tierra en Aragón, “Es un expolio a nuestro patrimonio natural que supone sepultar cientos de hectáreas de terreno con placas solares y levantar cientos molinos y de kilómetros de vallados o líneas eléctricas. La calculada ausencia de planificación del Gobierno de Aragón permite a los promotores avasallar con sus proyectos el territorio aragonés, convirtiendo estas fuentes de energía en una industria extractiva que expolia el territorio para exportar energía y riqueza”. Algunos proyectos ya han sido rechazados en Sabiñánigo, Mosqueruela o Castellote… pero en otros municipios donde a priori no se quieren los propietarios de fincas y los entes locales pequeños temen que la Administración les pase por encima cuando se están declarando de utilidad pública o de interés autonómico. Sólo en la provincia de Teruel están prevista la construcción en estos momentos de cerca de 90 proyectos distintos, que se sumarían a los 16 ya existentes. Son, como ya ha mencionado Koiné TV proyectos industriales en el medio rural que van suponer “una nueva amenaza y la estaca final a estos territorios rurales cada día más despoblados, donde el modelo privado de expansión se está cebando con los territorios más abandonados por las instituciones”.

    El avance y el boom especulativo de los molinos de viento y placas solares se extiende por gran parte de Aragón como una mancha de aceite bajo la débil e inflada excusa de los puestos de trabajo y de generosas inversiones en los municipios, cuando en realidad, como dice Koiné TV, “es una manera de llenar los bolsillos de unos pocos que pertenecen a oligopodio energético, a costa de destrozar el patrimonio cultural, natural e histórico de todos, de nuestros pueblos”.

   En poco tiempo muchos de estos lugares habrán perdido calidad estética, encanto, naturalidad… y, por si fuera poco, también mucha biodiversidad. Es decir, un desastre ecológico bendecido por el Instituto Aragonés de Gestión Ambiental -o por el Ministerio de Transición Ecológica- que es quien autoriza ambientalmente esta gran transformación empresarial de montes, sierras y campos… valorando el impacto crítico y severo como si fuera “moderado” e imponiendo medidas correctoras más bien de carácter cosmético.

    En una entrevista para el periódico La Comarca, del Bajo Aragón, el naturalista José Luis Lagares –uno de los mejores conocedores del medio natural de Teruel- comentaba: “El impacto es absolutamente increíble y tremendo. Una solo obra en una de las muchas muelas elegidas para colocar estos aparatos generaría un impacto demoledor. Estamos hablando de zonas que no son polígonos industriales, y que por lo tanto no son de fácil acceso. Requieren unos accesos complicados sobre una geología que lleva desde la Orogenia Alpina con esa fisionomía y que forma parte de nuestros elementos paisajísticos de referencia”. Y añadía: “El impacto sobre todo lo que vuela es demoledor. Los territorios de grandes águilas y de especies veleras que se tienen que trasladar a través de las corrientes térmicas están día a día expuestas al corte de las aspas. Son diarias las bajas que se están produciendo en cualquiera de los cientos de aerogeneradores que están instalados ahora mismo en Aragón. Hay especies cuyo goteo a la hora de producirse bajas se ve más afectado que otros. Un carbonero común es capaz de recuperar una cierta tasa de mortalidad porque tiene dos puestas al año con numerosas crías, pero un buitre leonado solo saca una cría al año y no todos los años. Estas especies se denominan de estrategia K, lo que significa que cuando la muerte de los adultos alcanza un cierto umbral, la especie inicia un declive”.

    En sólo once molinos eólicos de Gallur y de Magallón dos naturalistas de la Asociación Naturalista de Aragón (Ansar) ya han recogido en un año cerca de 400 cadáveres de animales: águilas, milanos, halcones, grullas, alondras… y numerosos murciélagos. Todo ha sido avisado, se ha levantado acta por parte de los agentes de la autoridad y se llevado al Centro de La Alfranca… pero ni un solo de estos postes ha sido retirado o, cuando menos, retranqueado.

   La Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife) ya ha salido al paso de proyectos como el de Acampo Estrén –en la estepa del sur de la ciudad de Zaragoza, donde habita la rara alondra ricotí- o el del clúster del Maestrazgo, que incluye 22 parques eólicos: “Según el análisis que hemos realizado, todos los parques eólicos que conforman el clúster del Maestrazgo afectan a espacios en Red Natura 2000, la red de las zonas de mayor valor ecológico en Europa. Se trata de enclaves que, según la normativa, deberían conservarse de forma activa por parte del Gobierno de Aragón. Grandes rapaces amenazadas como el alimoche, el quebrantahuesos o el águila perdicera estarán invariablemente afectadas por el riesgo de colisión con decenas de aerogeneradores y cientos de kilómetros de líneas eléctricas. Nuestra organización lleva 30 años trabajando por unas renovables responsables: con una correcta planificación y con estudios de impacto ambiental, ya que creemos que el necesario despliegue renovable puede desarrollarse sin poner en peligro a la biodiversidad y el patrimonio natural como se está haciendo”, comenta su delegado en Aragón, Luis Tirado.

   En estas sierras de Teruel se ha creado una Plataforma para la Defensa del Paisaje, formada mayoritariamente por gente que vive en los pueblos y que rechaza esta invasión orquestada por políticos y promotores: “Consideramos imprescindible informar a la población de su nefasto impacto en el territorio.  Apostamos por un modelo de Desarrollo Rural Sostenible de verdad, basado en sectores diferenciados, interrelacionados y compatibles entre sí, que apuesten por la calidad y la innovación económica. Iniciativas que preserven la riqueza natural y cultural, la calidad de vida, la mejora de los servicios, la cohesión social y que hagan de nuestros pueblos un lugar donde quedarse”, dicen en su manifiesto.

    El debate ha llegado a las Cortes de Aragón, donde se ha rechazado una moratoria y aunque se ha planteado la necesidad de disponer de una planificación estratégica previa, ésta, sin embargo, no tiene fecha… mientras todo el proceso avanza con mucha prisa e improvisación. En una entrevista a Anabel Gimeno, de Izquierda Unida en Teruel, explicaba: “Los proyectos de renovables que tenemos en este momento en Aragón, muy especialmente para la provincia de Teruel, vienen de la mano de Forestalia, una firma que surgió de una escisión dentro de una empresa del sector cárnico, y entró en el sector energético. De pronto ganó la mayor parte de la primera subasta de renovables que puso en marcha el Gobierno del PP. Lo curioso es que se fue deshaciendo de gran parte de los derechos que ganó en dicha subasta a través de la venta de activos a Repsol, Engie, Light Source… Por cierto, Forestalia no es una empresa aragonesa. Su razón social está en Madrid”. Esta turolense, además, añadía: “Quiero señalar que un estudio de la Universidad de Zaragoza concluye que los proyectos ejecutados no han generado apenas empleo en las zonas de instalación, y que no han revertido el proceso de despoblación. La mayor parte del empleo se concentra en las etapas de instalación y construcción, y en la mayor parte de los casos con mano de obra de la subcontrata correspondiente, que va de una obra a otra y no se asienta en el territorio”. Por eso concluye: “No pongamos en peligro el hermoso paisaje, el gran valor natural con el que cuenta nuestro territorio. Cualquier política que se desarrolle debe buscar que sea deseable quedarse a vivir en las distintas comarcas de la provincia de Teruel y preservar el medio natural”.

   El Consejo de Protección de la Naturaleza de Aragón, órgano consultivo, también han emitido un informe crítico sobre el asunto, que no es tenido en cuenta porque no es vinculante.

   Vamos, que visto lo visto, si os gustan la Naturaleza, amigos, salgan al campo, al monte… y levanten acta de lo que fueron nuestros paisajes, su fauna y su flora singular. Nuestros horizontes corren peligro. Y ya no serán los mismos dentro de un tiempo corto.

Artículos relacionados :