12 meses, 12 días en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido


Por Eduardo Viñuales Cobos. 

Acabo de publicar con el Organismo Autónomo Parques Nacionales un libro de fotografías que muestra día a días el paso de los “365 días del Parque Nacional. Para vosotros va un extracto de 12 días, 12 meses en este lugar maravilloso del Pirineo Aragonés.


Texto y fotos: Eduardo Viñuales Cobos.
Escritor, naturalista de campo y miembro de la Asociación de Periodistas de Información Ambiental
http://www.asafona.es/blog/?page_id=1036Twitter: @EduVinuales   

 

8 de enero · Tras una fría noche en el valle de Pineta, y en una zona donde tan apenas entra el sol debido a la altura de las montañas, en los charcos de un barranco seco aparecen sugerentes estrellas y figuras. Es la magia de los cristales de hielo. Y es que merece la pena contemplar los pequeños detalles artísticos de la naturaleza, a veces frágiles al calor o al simple golpe de una de las piedras que ahora el agua solidificada ha dejado atrapada.

11 de febrero · Muchas veces nos preguntamos por el origen de los topónimos. Por ejemplo: ¿de donde viene el nombre de Pineta? Sí, Pineta, procede de lugar cubierto por abundantes pinos, algo que se repite en otros muchos sitios pirenaicos como Pinaré, Pinosa, Piniecho, o la cercana cascada de la Pinarra. Pero su explicación sencilla y rotunda aún se puede ampliar más si preguntamos a las gentes de Bielsa, quienes añaden la idea de que “hay una leyenda, la de la Virgen de Pineta, que cuenta que su imagen santa se le apareció a unos pastores sobre un pino”.

22 de marzo · Pinos verdes y hayas sin fronda aparecen colgados en unas laderas tan pendientes que parecen verticales. Pineta constituye, como su nombre indica, “el lugar donde crecen los pinos”. También en Bielsa le conocen como “la Balle Berde”. Y es cierto, hay muchos pinos silvestres y, en las alturas, también pinos negros… pero estos montes forestales también se tapizan de otros árboles hermosos como serbales de cazadores, fresnos, abedules, temblones, abetos, boneteros, enebros rastreros… y corpulentas o largas hayas que forman bosques como el de la Selva de La Larri.

7 de abril · Si el sol calienta al mediodía, el lagarto ocelado (Lacerta lepida) puede empezar a salir de su inactividad invernal, y en ese caso no será difícil sorprenderle colocado sobre una piedra caliza tomando el sol, termoregulándose, entre los 33 y los 38 ºC. Como todos los reptiles, el también llamado “fardacho” necesita de una fuente de calor externa para aumentar su temperatura corporal. Así le vemos cerca del puente de Sangons, en una ladera solana del Cañón de Añisclo que sube hacia Sercué. Su metabolismo está ya operativo. Por lo tanto ya cazan, se cortejan y huyen con rapidez.

9 de mayo · Asoma entre pinos y “boiras”, en un día nublado y gris-azulado la pared del Tozal del Mallo. La guía del Parque Nacional de Ordesa que publicó en el año 1965 el Servicio Nacional de Pesca Fluvial, cuando se refería a las montañas, decía esto del Tozal: “Los pinos de su base toman formas imposibles o aparecen incorpóreos. La quietud es grande, el espíritu se contagia y se habla en voz baja, como temiendo romper este sortilegio. Las boiras o nieblas se levantan por un momento. El circo de Carriata aparece gigantesco, sin color. La luz en el monte es escasa y, ya de vuelta, nuestro tema principal de conversación sigue siendo esta mágica visión”.

5 de junio · La violeta de glera (Linaria alpina) es un planta capaz de soportar las adversas condiciones de la alta montaña. En los Pirineos llega a altitudes límite de 3.300 metros de altitud, si bien también se le ha hallado en cotas próximas a los 700 metros. Coloniza gleras y pedrizas, tanto de suelos calizos como graníticos. Vive en terreno generalmente ocupados por la nieve gran parte del año, y se instala en pedreras, fisuras de la roca, cascajos y morrenas. Es un endemismo europeo también distribuido por los Alpes y otras montañas del centro y sur del Viejo Continente.

29 de julio · ¡Qué alegría encontrar en las paredes más altas del Cañón de Ordesa a esta Androsace cilindrica! Es una de las 1.300 plantas vasculares inventariadas para el Parque Nacional. Muchas de estas, como es el caso, son plantas endémicas pirenaicas, es decir, taxones cuya distribución mundial está limitada al territorio pirenaico, 65 de las cuales se conservan en Ordesa y Monte Perdido. Los especialistas en flora hablan, así mismo, de la existencia de 20 clases de vegetación con 37 órdenes, 51 alianzas y 78 asociaciones. Y clasifican al paisaje vegetal en 15 unidades de bosques, 2 de matorrales, 13 de pastos, y 18 azonales con ventisqueros, vegetación higrófila, rocas y gleras, y zonas humanizadas o ruderales. Toda una riqueza.

8 de agosto · Pelayo Noguero, de Casa Garcés de Fanlo, era uno de los últimos pastores trashumantes de Ordesa. Para estas fechas pasaba todo el verano en el alto puerto de Góriz, ahora verde. Falleció hace unos años. Pero todavía hoy siguen pastoreando estas montañas sus dos hermanos, Ramón y Aurelio, con cerca de dos mil ovejas que al llegar el invierno bajarán por la “cabañera” desde el Valle de Vió hasta Torrecilla de Valmadrid, cerca de la ciudad de Zaragoza. Son hombres curtidos, de los últimos nómadas ganaderos del Pirineo Aragonés. Para muchos naturalistas detrás de este oficio tradicional hay un sabio y sostenible uso del medio natural, pues durante siglos y siglos, un año tras otro, extensos rebaños ganaderos vienen aprovechando el alimento estival que ofrece un ambiente tan adverso, pero productivo, como es la montaña.

2 de septiembre · Torla, a 1.032 metros de altitud, recorta su caserío con la torre de la iglesia de San Salvador frente a las imponentes paredes del pico Mondarruego. Es la típica imagen que representa la puerta de entrada al visitado y originario valle de Ordesa. En el año 1512 Torla adquirió el título de “villa”. En su interior urbano se conservan bellos edificios tradicionales altoaragoneses como las casas Viu, Ruba, Oliván, Satué o Tapia, con escudos infanzones. El nombre de este cuidado pueblo pirenaico deriva de “torre” en referencia a la torre-castillo que existió para defensa de los franceses en el siglo XV. Desde el año 2014 el municipio se llama “Torla-Ordesa”. Cuenta con 293 habitantes.

22 de octubre · En los meses de octubre y aún de noviembre, en estas montañas, valles y barrancos ha empezado el espectáculo de color de los bosques caducifolios pirenaicos. Añisclo se pone espectacular. La llegada de las lluvias y la bajada de las temperaturas de estos días preinvernales nos augura la inminente entrada del otoño en el paisaje forestal a lo largo de varias semanas. Comienza el espacio temporal del gran cambio de tonalidades, con viraje del verde arbolado a los amarillos, ocres y rojos… sorprendentes pinceladas de tonos cálidos para anunciar que los meses fríos del año están ya a la vuelta de la esquina.

20 de noviembre · Sopla el viento frío y feroz con fuerza, barriendo la nieve que se arrastra por encima de los pinchos del erizón (Echinospartum horridum), ese cojín vegetal que se clava en las piernas del caminante como un demonio. Pero al erizón no le importan los días gélidos, ni las ventiscas, ni las noches aún más heladoras, ni los suelos rocosos de los barrancos… ni tan siquiera el sol directo de los meses de julio y agosto. O al menos eso parece. Frente a la frágil genciana, es una planta recia, ruda, que se cree dispuesta a superar todas las adversidades ambientales.

21 de diciembre · Atardece en el frío solsticio de invierno, un momento mágico. Es el día más corto del año, cuando el sol permanece siempre tumbado, declinando hacia el horizonte, en una órbita muy baja. Y es ésta, a su vez, la noche más larga. Pero pocos saben que en realidad hoy el sol se acuesta un poco más tarde que en días anteriores. Y aunque “en diciembre la tierra duerme”, en muchos valles de los Pirineos este acontecimiento se celebra de una manera especial: con fuego y hogueras, con fiesta navideña, con cencerros, con la matacía del cerdo, con ritos de fertilidad… o simplemente mirando a un cielo que con estos colores y luces también parece festejar algo en el horizonte de los montes del Sobrarbe.