Por Eduardo Viñuales Cobos
El próximo día 1 de junio –sábado- presentaré en Rueda de Jalón (Zaragoza) mi última aventura editorial, un libro sobre los Ojos de Pontil que he coordinado y realizado junto a mi amigo el agente forestal Roberto del Val, y que ha editado la Institución Fernando el Católico de la Diputación de Zaragoza con el ayuntamiento de dicha localidad.
Eduardo Viñuales Cobos
Escritor y naturalista de campo
Texto, fotos y dibujo
http://www.asafona.es/blog/?page_id=1036
La presentación tendrá lugar durante las “3as Jornadas de Medio Ambiente: Las tareas del Agua”, que del 1 al 9 de junio organizará la Asociación de Defensa Medioambiental Ojos de Pontil, y donde también va a participar el conocido naturalista Joaquín Araújo… además de haber talleres, exposiciones, actividades al aire libre y jornadas de puertas abiertas”.
¿Qué son los Ojos de Pontil?
Los llamados “ojos” en realidad no son otra cosa que manantiales de agua subterránea que, al salir a superficie, dan lugar a pequeñas lagunas, albercas o zonas húmedas rodeadas de vegetación acuática, como el junco o el carrizo.
Este tipo de humedales lo encontramos también en otros lugares de Aragón como los en los ojos de Fuentes Claras y Caminreal, Monreal del Campo, los Ojos del Cura y del Fraile en Casetas, el de Pardos… o muy cerca de Rueda de Jalón, a unos dos kilómetros al sur, en los Ojos de Toroñel.
Para entender el porqué de estas zonas de emergencia, los geólogos explican que dicha agua procede de la lluvia caída y de los barrancos emplazados en las estribaciones calizas y el Somontano del Moncayo, de la Sierra de la Nava Alta y de los Llanos de Plasencia, situados al noroeste. Agua que rápidamente se incorpora a la tierra y al acuífero -esa gran bolsa de agua infiltrada y subterránea que no vemos, pero que está ahí almacenada, a veces a más de 100 m de profundidad-, y desde donde inicia un lento camino a través de los poros y fracturas de las rocas calizas.
Pero, ¿por qué tiene a bien aflorar aquí, en este punto de la geografía? Pues porque el acuífero encuentra una falla en el terreno y porque el agua al chocar con una capa de material impermeable, el líquido elemento finalmente termina rebosando o descargando en superficie.
Pero también los geólogos y expertos en hidrología nos han desvelado más curiosidades. Basta tocar el agua. No está fría, sino templada o más bien caliente. El hidrogeólogo Javier San Román explica que por cada 33 metros que se desciende en profundidad, el agua del subsuelo aumenta un grado de temperatura. Es lo que se llama “gradiente geotérmico”. Y añade que el agua infiltrada mucho más arriba, al correr “rápidamente” entre fracturas y poros bajo tierra, termina aflorando sin tiempo suficiente para poder enfriarse, manando a la misma temperatura que tenía en el interior del acuífero.
También se ha estudiado cual es el caudal medio de esta surgencia hídrica, que sería suficiente para llenar la basílica del Pilar en poco más de seis días. La aportación hídrica de descarga del acuífero se ha estimado en unos 12’5 Hm3/año.
Por cierto, si uno se fija, verá que los manantiales se encuentran en el fondo de una laguna con aguas limpias, transparentes, de color azul turquesa… y su salida, su manar, se aprecia a simple vista por las ondas y círculos que se dibujan en el lecho arenoso de esta lagunilla, cuyo efecto a alguno de nosotros nos recordará a las erupciones de un volcán… pero acuático, claro.
¿Qué os puedo adelantar de dicho libro?
Pues que “Los ojos de Pontil, un valioso humedal recuperado” es un libro-guía de 255 páginas, con bonitas fotografías de mucho color, que trata de mostrar los valores naturales que atesora este hermoso oasis natural de la comarca de Valdejalón, situado entre estepas y campos de frutales.
Diversos especialistas de los más variados ámbitos nos aportan sus conocimientos sobre el clima, la procedencia hídrica de estos manantiales o surgencias, las plantas silvestres que aquí crecen, las setas, las aves, los insectos… así como sobre otras especies animales o vegetales que son muy raras de encontrar en el resto de Aragón. Pinceladas todas ellas de un cuadro en el que además se plasman también las voces de las gentes que viven en este entorno, y que son quienes han hecho posible la recuperación y la restauración de esta zona húmeda donde las aguas termales procedentes de las sierras situadas al este del Moncayo manan con un caudal casi constante de 400 litros por segundo y a una temperatura de 22’4 grados centígrados.
Les presentamos una guía completa e imprescindible para conocer y recorrer a fondo este recinto protegido de tres hectáreas de superficie, un discreto humedal singular de aguas transparentes y turquesas que en cualquier época del año fascina a quien lo visita y conoce.
Presentación del libro “Los ojos de Pontil”.
Tarde del 1 de junio de 2013, sábado, a las 20.00 horas.
Pabellón de Rueda de Jalón (Zaragoza).
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