Director: Dionisio Sánchez Rodríguez. El Pollo Urbano. Desde 1977 la primera revista de sátira política, información, ocio y cultura . Zaragoza. España. Nº 243. Mayo 2025.
Circulando por las redes, hemos capturado este bello poema de nuestro amigo y colaborador Julio Donoso. ¡A disfrutar!
Por Miguel Ángel Ordovás
Un título como ‘Abisal’ (Editorial STI) no puede sino evocar el vértigo del abismo, unas simas insondables y la inquietud que provoca cierta incertidumbre oscura.
Siguiendo la vieja tradición española de este género, Gonzalo Del Campo nos trae hasta estas páginas la segunda parte de un extensísimo Cancionero que abarca nuestra historia sociopolítica desde 2011 hasta 2015. ¡Enhorabuena por el esfuerzo y que lo disfruten nuestros lectores!
Por Juan Villalba Sebastián
En todos sus trabajos, Agustín Sánchez Vidal manifiesta una actitud creadora interdisciplinar, propia de alguien con una vocación y una capacitad “universalista” y transversal de la cultura.
Por Jesús Soria Caro
Alfredo Saldaña en el prólogo a esta edición nos recuerda que la poesía debe ser una potente arma de desestabilización contra las respuestas impuestas, aquellas que anulan nuestra capacidad crítica de desarrollar un sistema de pensamiento libre, ajeno a lo compartido, homogeneizador y silenciador del verdadero yo libre, el no condicionado.
Por Redacción
Nuestro amigo y colaborador, el poeta mexicano Erasmo Nava Espíritu, nos ha autorizado a publicar en sucesivas entregas su último libro «Pasos que rompen la memoria de los años». Desde aquí vaya nuestro agradecimiento a su generosidad y esperamos que sus poemas hagan disfrutar a todos nuestros lectores.
Por Daniel Arana
El medio es el mensaje. Lo decía McLuhan y la poesía sigue repitiéndoselo a sus autores, en este caso a la autora de «Llorona», tercer poemario de la también novelista Brenda Ascoz (Torrejón de Ardoz, 1974), publicado este año en la editorial sevillana La Isla de Siltolá.
Por Carlos Calvo
Cuando Sócrates se puso a ensayar con su flauta el verdugo le preparaba la cicuta. Un alumno le preguntó por qué hacía eso en sus últimos momentos y el filósofo le contestó: “Porque quiero morir sabiendo tocar la flauta”.