“Pasos que rompen la memoria de los años” (III), de Erasmo Nava Espíritu


Por Redacción
   Continuamos con la tercera parte de “Pasos que rompen la memoria de los años” obra de nuestro amigo y colaborador, el poeta mexicano Erasmo Nava Espíritu, quien nos ha autorizado a publicarla en sucesivas entregas. Desde aquí vaya nuestro agradecimiento a su generosidad y esperamos que sus poemas hagan disfrutar a todos nuestros lectores.

«Pasos que rompen la memoria»

Por Erasmo Nava Espíritu

 

Su sonrisa y sus cabellos se enredaron en el mar

A Blanca Paola

En el profundo silencio de la noche
y en medio del eco de un relámpago,
nació una brillante estrella
con voz tierna y silenciosa;
su sonrisa y sus cabellos se enredaron en el mar
y su aliento como espuma tomó forma en Mochitlán.

Una niña sola y con lluvia mira el horizonte
camina irremediablemente aprisa rodeada de silencios;
se detiene un instante por la calle vacía,
y con flores de geranio entre sus manos
sigue su camino hasta encontrar la luna:
colgada en la rama seca de un arbusto.

Continúa avanzando ahora con placidez felina
pisando mansamente el borde de su sombra:
entre antiguas palmeras y pájaros de inagotable aliento.

Una lluvia de guitarras le devolvió la fuerza
y ahora se detiene a contemplar las flores:
flores rojas, flores verdes y amarillas…

Legendarias magnolias
intensamente blancas están por separado;
pero justamente al tomar una de ellas y dar vuelta:
descomunales perros salvajes le aúllan a la melancolía.

Hoy es un día especial:
de perfume con lluvia y palomas en vuelo;
hoy simplemente:
tu inocencia se aleja como un tren expreso a mediodía.

 

LA MONTAÑA Y SU MISTERIO

A las mujeres de San Juan Copala

Guerreras ancestrales
¡buscan la libertad!

Caminan con firmeza
por sinuosos senderos,
de escabrosas montañas
con viento húmedo y frío.

Al cruzar por el monte
alegran el paisaje,
semejan mariposas
que detienen el tiempo.

Hay en su andar alegre
un dejo de tristeza:
esperanzas que sueñan
al pueblo renovar.

Sus pasos por el mundo
estremecen la tierra:
con pisada descalza,
mística…, fraternal…

El hambre y sed eternas
el viento se las lleva,
y esa suave sonrisa
sangra al atardecer.

Orgullosas visten
su huipil bordado,
que da fuerza a su imagen
como un dios al nacer.

Ese huipil es símbolo
de San Juan Copala,
que por las noches llora
por un nuevo amanecer.

Como rojas amapolas caen
dando gritos en las plazas,
jinetes azules las levantan
lanzando fuego y humo negro.

Sus gritos se agigantan
a todo le dan vida:
retumban en el monte,
en pueblos y ciudades.

La gente los repite
en calles y avenidas;
como un eco se escuchan
en marchas y plantones.

Gritos que se levantan
cual sombra enardecida,
¡oh pueblo que te asfixias
muestran tu dolor!

Esas mujeres claman
con tanta fuerza al mundo,
que la justicia alumbre
sus pasos por la vida.

 

LA ESPERANZA SONRIENDO RECORRE SUS CALLES

A Olinalá

Hoy,
soplan vientos fuertes en Guerrero:
vientos negros, vientos rojos,
vientos huracanados del sur;

y en el pueblo de Olinalá:
la esperanza sonriendo recorre sus calles.

Por eso hoy
no voy a hablar de sus aromáticas «cajitas»,
tampoco de sus míticos colores,
espléndidos baúles
[y coloridas charolas;
hoy sólo hablaré de la bravura y esperanza de su gente;

gente curtida por el sol y la melancolía
que se aferra a su honestidad hasta la muerte,
y defiende con temple
vivir con dignidad.

Voy a hablar de esa gente sencilla y valiente,
que en su eterno caminar por la montaña:
ha sido aconsejada por el viento y el silencio de la noche.

Ese pueblo sincero,
con infinita claridad en su conciencia
[un día dijo:
¡ya basta!;
y el 27 de octubre del año aciago 2012,
tomó una decisión que la historia ya registra:
sacaron sus machetes de incandescente acero,
sus rifles de húmedas balas
verdes
y sus pistolas rojas con voz de río
frente a la muerte;

corrieron envueltos por el sol
de medio día
a sembrar esperanza en los caminos;
en los senderos del pueblo en silencio
y llenos de humo,
el enemigo acecha con armas largas
y veneno puro:
son los bandidos
sin alma y sin conciencia.

Extraños hombres
que han asolado al pueblo sin misericordia,
con secuestros enlutados
y asesinatos en la húmeda noche.

Al ver al pueblo organizado
los malhechores,
uno a uno, se esfumaron.

Ante esta frágil situación
pero con fuego ardiendo,
los vecinos del pueblo esperanzados
vieron a sus héroes como el sol
en la mañana formar el Consejo.

La noticia de su voz secreta,
voló hacia el mundo;
otros pueblos se unieron a la lucha
en defensa de su ancestral libertad;
entre los primeros se cuentan:
Temalacatzingo, Chiautzingo, Cualác,
Huamuxtitlán, Mestiopan,Tecolapa,
Zacango y La Libertad.

Ante estos tiempos oscuros y sin nombre
tu gente, Olinalá, vigilará los caminos
con eternos ojos de pintura
laqueada;
y en ese cielo rojo de la tarde callada,
hay dos estrellas blancas
que iluminan al pueblo:
una es la esperanza,
y la otra es la paz.

 

CUBA: EN BUSCA DEL MAR Y EL TIEMPO

Al pueblo cubano y a su líder Fidel Castro

Hoy a los colores de la aurora el viento se lleva
y una estrella fugaz alumbra mi camino,
una mujer morena con voz dulce pregunta:

-¿de dónde vienes caballero del alba?
-¿de dónde vienes caballero del sol?
– vengo de aquella estrella luminosa
a compartir con ustedes: el amor.

Busco el mar y busco el tiempo como dos divinidades.

Pacientemente busco entre la arena rojiza en la ribera
y ávido busco entre las rocas verdes de obsidiana,
sereno busco en el silencioso viento del sendero,
y levanto la mirada y busco allá en el horizonte.

Con olor a niebla y flores de azafrán pregunto preocupado a las gaviotas,
con rayos amarillos y hebras de plata pregunto a las sirenas,
con una espada roja pregunto a los piratas;
todos contestan que el mar y el tiempo aquí han estado
como testigos mudos de su historia;

porque han visto salir de la revolución al «hombre nuevo»:
en La Habana Vieja, en Cienfuegos, en Santiago…,
vieron también pasar erguido al Comandante en Jefe:
con su resplandeciente uniforme verde olivo
y tres doradas estrellas en su frente,
un verso de Martí en voz alta declarar:
“con los pobres de la tierra quiero yo mi suerte echar”.

Después se escucha un coro de alegres guerrilleros
que entre sus cantos nos revelan el secreto de su historia:
viven con la justicia y la igualdad entre manos
y se aferran a su libertad sangrando a chorros,
mientras alegres disfrutan de paz en la alborada,
y el enemigo acecha oculto entre la niebla.

Vuelan gaviotas con el verano metido entre sus alas,
vuelan pelícanos con su sonrisa sostenida en su ancho pico
y golondrinas que aceleran el vuelo entre la bruma,
cuando a lo lejos aparece: ¡la inmensidad del mar!

La tarde avanza veloz como un espectro que se ríe,
el sol se oculta en el horizonte de alabastro,
llega el silencio como campana muda y nos envuelve,
al tiempo que escucho absorto a las gaviotas:

¡cuando gritan alegres con sonido de brisa en alta mar!

Después…, sólo queda un suave y eterno silencio
y en el crepúsculo escucho atento la canción del mar:

¡cuando las olas vienen!…, ¡cuando las olas van!

 

LA NOCHE DE LOS FARAONES DE HERACLIÓN

Hoy, inicio un viaje a la ciudad hundida de Heraclión:
hice maletas y saqué mi espada verde con punta de cuchillo ardiendo;
convencí al ingenioso y errante Ulises que recorrió los mares
para usar su ligera y portentosa nave;

me subiré a un camello de una enorme joroba
que me lleve extasiado por el brillante sol:
de ese extenso desierto de amarillas arenas
y de un silencio oculto en los pasos que doy.

Abrazaré tormentas de calor asfixiante
y luego en un oasis mi sed apagaré.

Visitaré los templos tan lejanos y antiguos
e iré con una antorcha hacia el fondo del mar,
conoceré ese antiguo y legendario puerto
de estatuas de granito que miran sorprendidas:

¡oh suave transparencia de claridad solar!

Gloriosos faraones desde su rojo trono
usaron su poder al elegir sus tumbas
para andar por caminos hacia la eternidad
dejando aquí en la Tierra:
un puño de esperanzas, gemidos, lágrimas…

La antigua ciudad egipcia el libro de su historia cerró
y entre tormentas de arena sus tesoros ocultó;
hoy, en ese lugar aún pasan sombras de misteriosos faraones
que se posan como ostras en afiladas rocas.

Heraclión, abandonada por las pulverizadas albas
ahora despierta de un gran letargo en la profundidad del mar,
sus silenciosas calles ocultas en el tiempo
se llenaron de ensueños y de historias fantásticas.

La noche oscura llega como una cuchillada lenta y frívola
y la ciudad de Heraclión la recibe callada y con olas frías en su pecho,
el faraón en turno con sonrisa de invierno y su corona azul
su bastón de mando sacó: ¡al pueblo glorificó!;

luego…, con parsimonia infinita…, como el viento se marchó.

 

RAPSODIA

A Isabel Specia

Como ráfaga de luz
iluminaste aquel recinto,
cuando dijiste de pronto ya me voy;
fueron el dios Apolo y la musa Calíope,
quienes apresurados elevaron sus dulces cantos;
poco a poco tus sentidos empezaron a ceder.

Era apreciar el arte
y gustosa aceptaste;
la armonía de pronto se escuchó:

Rapsodia de dinámico efecto
con dramatismo lento,
seguido de un bolero que parecía lejano,
y la alegría en el aire:
de un poema-canción en nueva trova.

Es la casa anfitriona
de tu imagen perfecta,
de tus ojos que brillan,
de tus ojos serenos,
de profundos suspiros que allí se levantaron
y se ahogaron en medio de la estrellada noche.

Tu mirada fija y absorta colgada se quedó,
la voz de Xóchitl volaba como declamación;
en tanto en el Olimpo
los dioses con voz pausada:
dieron fin a la velada.

Tomaste entonces tus pertenencias
y de allí aprisa saliste,
dejando una suave estela:
de humanitarismo
puro…

 

(Continuará…)

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