Por Manuel Medrano
El 8 de octubre se inauguró la muestra artística de la oscense Mapi Rivera titulada “Sindéresis” en la Galería Spectrum Sotos (c/ Concepción Arenal nº 19, de Zaragoza), que podéis visitar hasta el 16 de noviembre, de lunes a viernes, de 16’30 a 20’30 horas.
Ya conocía la obra de Mapi que, para no andar con circunloquios, me encanta. En realidad nos ofrece tres exposiciones en una, con creaciones de 2011 y las series “Mares sin orillas” (2013) y “Sinapsis” (2014), en total 17 obras. Estamos, como sin duda iréis a ver, ante una autora compleja que sintetiza conceptos aparentemente sencillos y esenciales, muy influida en su pensamiento y estética por la mística de varios autores medievales y de los siglos XIX y XX, y el propio título nos orienta muy bien sobre lo que quiere alcanzar.
Sindéresis, explica Mapi, quiere decir en uno de sus significados “luz de la conciencia que permite distinguir el bien y el mal”. Y según la RAE, añado yo, es “discreción, capacidad natural para juzgar rectamente”, concepto muy similar y que ha de tenerse presente cuando se trabaja con lo numinoso y se aspira a fusionar lo físico y lo espiritual.
Mapi representa al cuerpo humano elevándose, flotando, sin contacto con lo terrenal que es símbolo de nuestras limitaciones. Esta levitación la concibe en su mente pero la plasma mediante su arte, poniendo ante nuestros ojos su visión del mundo, de los mundos más bien.
Utiliza la belleza como transmisión exterior de su espiritualidad interior, de ahí la presencia de los ambientes luminosos, fulgurantes, radiantes de luz, combinados con el mar, nuestra más palpable aproximación a la infinitud, y con los paisajes de alta montaña, los que más nos acercan al universo celeste.
Representa Mapi vínculos incandescentes, pues desea conectarse plenamente con lo divino, y no dudo que su anhelo sería que esta unión umbilical le permitiese el don del conocimiento absoluto, esa aspiración de adquirir la ciencia infusa que mora en lo profundo del alma humana.
Nada más llegar saludé a Mapi de parte de su buen amigo el pintor y escultor altoaragonés Nacho Gili, a quien fue imposible venir, y allí estuvimos disfrutando de esta espléndida exposición con el crítico de arte Manuel Pérez-Lizano, el artista visual Ángel J. Laín, el gran fotógrafo Pedro Avellaned, el pintor Miguel Ángel Encuentra y muchos otros. Y, por supuesto, con Julio Álvarez Sotos, director de Spectrum.
Y, como siempre he de aclarar, por muchas razones las imágenes que siguen no hacen justicia a las obras originales.
