Por Gloria Cohen
La reciente coronación de Máxima Zorreguieta como reina consorte de Holanda, llevó por segunda vez en el año a una personalidad argentina a la cima del poder mundial.
Por Gloria Cohen
Corresponsal del Pollo Urbano en Argentina
Ya es bien conocida la historia del Papa Francisco, es decir de Jorge Bergoglio, nuestro Arzobispo de Buenos Aires.
A pesar que muchos medios periodísticos locales hicieron una cobertura muy completa de la coronación de Máxima y hubo alegría entre sus allegados, este acontecimiento no se vivió en la Argentina con el mismo entusiasmo que la asunción del Papa Francisco: mucha gente señaló no sentir identificación alguna con la reina consorte de Holanda.
Tanto Francisco como Máxima nacieron en Buenos Aires, pero provienen de entornos diferentes.
Francisco proviene de una familia de clase media, nació en el barrio de Flores, es hijo de inmigrantes italianos, estudió en escuelas públicas y siempre se mantuvo atento a la realidad y a las necesidades de sus feligreses y compatriotas.
Máxima se crió en Barrio Norte, su padre tuvo un alto cargo durante la dictadura militar -fue Secretario de Agricultura y Ganadería-, se educó en el exclusivo colegio bilingüe Northlands (inglés/español), se graduó como Economista en la Universidad Católica Argentina y luego fue a trabajar a Nueva York y a Bruselas. Sin restarle sus méritos personales por supuesto, puede decirse que proviene de una clase social privilegiada y que por ese motivo muchos no se sienten identificados con ella.
Además, en abril el ánimo colectivo decayó mucho en la Argentina.
El mes comenzó con intensas lluvias que provocaron inundaciones en Buenos Aires, pero que resultaron dramáticas en la ciudad de La Plata con un saldo oficial de 52 muertos y pérdidas económicas de 6.000 millones de pesos. Un mes después de sobrevivir a la trágica inundación los vecinos de La Plata continúan reclamando compensaciones económicas, el castigo a las autoridades que no hicieron obras que hubieran mitigado los daños del agua y denunciando que hubo mayor cantidad de muertos que los reconocidos oficialmente.
Por otro lado, Jorge Lanata (un conocido periodista opositor) está efectuando fuertes denuncias en su programa televisivo, referentes a la extracción de dinero del país en aviones y rumbo a paraísos fiscales por parte de un empresario muy allegado al difunto presidente Néstor Kirchner y a la actual presidenta Cristina de Kirchner. Mucho del material presentado por TV tiene el aspecto de un culebrón que involucra también a maridos de modelos y actrices de la farándula (mejor dicho ex maridos, porque las denuncias hicieron entrar en crisis a las parejas involucradas). Luego de conocido este material hubo presentaciones ante la justicia, que será quien dirimirá qué hay de cierto en todo esto.
Respecto a la justicia, la Presidenta elevó al Parlamento varios proyectos de reforma del Poder Judicial referentes a su democratización. Esto también generó una fuerte oposición pues muchos señalan que es un intento de subordinar a la justicia e impedir la investigación de cuestiones sensibles al gobierno.
Muchos salieron a las calles a manifestarse y cada vez parecen ser más. Pero los líderes opositores siguen desorganizados y no aparecen figuras claras que logren representar a los heterogéneos sectores descontentos con el gobierno.
Habría muchas más realidades que contar de nuestra Argentina, realidades muy alejadas de la realeza europea, por eso no hubo tanto entusiasmo con la coronación de Máxima.
Pero claro que existe cierto orgullo – y más todavía entre los engreídos porteños… hago la aclaración que yo también soy porteña y que en el interior del país no nos quieren… – de tener al mismo tiempo un Papa y una Reina.
Y por supuesto que la mejor de las suertes y toda la felicidad a nuestra compatriota que logró hacer real el cuentito infantil de encontrar a su príncipe azul.
