Berlín: ‘Biutiful’


Por Andreu Jerez
Corresponsal del Pollo Urbano en Berlín
 http://cielobajoberlin.blogspot.com/

 

      La última película de Alejandro González Iñárritu es la historia de un hombre acorralado, sin escapatoria alguna. La muerte, en todas sus dimensiones y con todo el peso que arrastra esa palabra, es el hilo conductor del guión protagonizado por Uxbal, el personaje que brillantemente encarna Bardem.

   Biutiful es una película brutalmente contenida, con algunos destellos de violencia que te golpean como un bate en la cara, y con un desenlace anunciado desde su mismo comienzo. Biutiful es bella y desagarradora. Biutiful es, sin duda, una gran película que podría ser una metáfora del hombre contemporáneo.

   La vi en Berlín, y tras salir del cine me comentaron que el reputadísimo Süddeutsche Zeitung había publicado una crítica que ponía en entredicho la verosimilitud de la historia porque González Iñárritu muestra en ella una Barcelona en la que «todas las personas son grises». Os reproduzco dos de los párrafos del texto. No tienen desperdicio: «Este mundo frío sin sol, el espantoso y mísero barrio en el que la pobreza y la suciedad parecen estar pegadas en las paredes de todas las casas, y que desfiguran todos los rostros, se encuentra en Barcelona». Y sigue: «Uxbal apura su vida como si en Barcelona no hubiese ni una oficina de protección del menor y sólo la criminalidad le asegurase una vivienda ruinosa y las pobres comidas que les sirve a sus hijos».

   La ignorante ingenuidad con la que la crítica intenta desmontar la película la delata. Supongo que Susan Vahabzadeh habrá estado muchas veces en Barcelona y que por tanto creerá que conoce muy bien la ciudad por haber recorrido en numerosas ocasiones Gràcia, el Born e incluso por haberse atrevido a aventurarse por las calles más estrechas y sucias del Raval, antes conocido como Barrio chino, donde todavía se ven putas y yonquis, aunque cada vez menos. Susan, presumo, no habrá estado nunca en el Hospitalet, en Fondo, en el Prat ni en el Carmelo. Para eso seguramente le faltó el interés, la curiosidad o el tiempo. O es que quizá su espíritu aventurero (de turista postcolonial) tenga un límite. Lamentable.

   Susan debería saber que la Barcelona que muestra González Iñárritu no sólo sí existe, sino que además está mucho más cerca de la realidad que la Barcelona de Woody Allen. Y Susan también debería saber que la realidad siempre acaba superando a la ficción.

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