Nueva York: Queens, ranas y tortugas


Por Marta Remartínez (Corresponsal del Pollo en Nueva York)
 http://www.flickr.com/photos/momentosguardados/

   Para visitar Nueva York basta coger una guía de viajes y seguir sus instrucciones. De este modo seguro que vuelves a casa con foto en Times Square, Brooklyn bridge, Central Park…

    Pero seguro también que comparas tus fotos con la de tu vecino, que también ha visto todo Nueva York, y tenéis instantáneas muy parecidas. Qué poco original ¿no te parece? Si quieres alucinar y conocer Nueva York más allá de las guías, Flushing es tu sitio.

   Y es que, aunque todo el mundo sabe que Manhattan es Nueva York, pero no todos saben que Nueva York no acaba en Manhattan, así que si vienes decidido a comerte la gran manzana no le des sólo un mordisco. Depende de ti ¿me acompañas?



  Si el otro día llegamos hasta Roosevelt Island hoy volvemos a cruzar el East River y nos adentramos en lo más profundo de Queens donde desaparecen los turistas, los rascacielos, el inglés y el metro.

   No te conformes con el Chinatown de Manhattan, que hace tiempo que ha perdido su esencia pasando a convertirse en una sucesión de tiendas de recuerdos para españoles enloquecidos por encontrar un Rolex falso. Atrévete a pisar el Chinatown de Queens.



    Una crisis económica en los años setenta hizo que sus vecinos, griegos e italianos en su mayoría, abandonasen la zona. Ésta fue pronto ocupada por chinos y coreanos que llegaban atraídos por el bajo coste de la vivienda. De este modo Flushing se convirtió en un núcleo urbano realmente interesante donde puedes encontrar de todo. Y con todo me refiero desde un Mac Donald a una vieja tienda de té que parece haber sido fundada muchos siglos atrás.

   Lo mejor es tomar Main Street y perderse en sus mercados. Una vez que entres en uno no querrás salir. Imposible no sorprenderse e imposible también pasar desapercibido. Parece que has viajado a Asia. De repente todo es diferente, todo es exactamente igual que un mercado de Pekín. Nunca había hecho la compra en un sitio así. Puedo comprar desde acelgas hasta cuarto kilo de rana, tres anguilas y un puñado de bichos que no sé ni pronunciar, ni mucho menos cocinar.



   Si tienes suerte verás como trocean y limpian a una tortuga que momentos antes estaba tan tranquila en un pozal, dan martillazos a un pez que se resiste a morir y como saltan de la cesta unos cangrejos decorados con lazos de rafia rosa. Un espectáculo no apto para estómagos sensibles.

   Pero Flushing es mucho más que ranas y tortugas, es una experiencia llena de color, sabor y aromas… date un paseo y se la envidia de tu vecino, seguro que no te arrepentirás.

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