Por Martín Ballonga
¡Un éxito sin igual del Pollo Urbano!. Una sección de Martín Ballonga con píldoras, runrunes y comentarios que nos llevarán por pequeñas pistas a caminos de interés asegurado para nuestros lectores.
Tras las muertes de Fidel Castro y Rita Barberá, nuestro amigo Germán Oppelli ha entrado en una profunda depresión. Se repondrá. El tiempo todo lo cura. Como terapia, nos ha enviado un excelente artículo sobre el payaso jaqués Marcelino, que publicamos en la sección de teatro. Léanlo.
Cuba, al darnos el azúcar, el café, el ron y el tabaco, inventó la sobremesa. El mayor pecado de Fidel Castro fue dejar al pueblo que inventó la sobremesa sin aperitivo siquiera. Su hermano Raúl Castro anunció su muerte por la televisión cubana y nos recordó al mismísimo Arias Navarro. También la muerte de Rita Barberá, la del más rancio regionalismo valenciano, nos ha traído a la memoria el título de la novela de Gabriel García Márquez ‘El coronel no tiene quien le escriba’. Del paraíso al infierno. De la adulación continua al vapuleo mediático. Del todo a la nada.
El gran Walter Matthau en ‘Primera plana’, de Billy Wilder: “No se puede enganchar un purasangre a una carreta; no estaría en su ambiente”. Hay quien dice que no se puede colocar al frente de un partido a un cabo con aspiraciones de general. Otros señalan que para llegar al Everest siempre hay que dar un primer paso.
Habrá que ver ese recorrido que Pedro Sánchez quiere hacer por España de punta a punta, con la idea de ‘Forrest Gump’ y la locomoción de ‘Thelma y Louise’. O sea, su coche, como Sancho en su rucio, buscando a la Dulcinea socialista. Cuidado, Pedro, cuando llegues al pozo de san Lázaro a orillas del Ebro, que está muy hondo y ahí te estará esperando Javier Lambán. Pero Sánchez no llegó a Zaragoza, pues quedó atrapado ocho horas en una rotonda de Gallur donde la señal decía que girase a la derecha y él dijo que no y que no.
El presidente aragonés, acompañado por Carlos Pauner, hizo barranquismo en el Pirineo oscense y se cruzó con una rana. Y le dijo: “Retírese con dignidad y no interfiera”. Ser un batracio autóctono no le otorga un salvoconducto para que su presencia no siga reduciéndose. De hecho, Lambán cogió a la rana entre las manos y la echó a un jabalí que andaba por ahí. Y se la comió. Vista y no vista.
La presencia nutrida de jabalíes en el Congreso (“jabalí” es un viejísimo apelativo para diputados teatreros) nos darán días y sesiones sin anestesia no apta para hipertensos. Recuerden aquella sentencia de Thomas Jefferson: “Cuando los gobiernos temen a la gente hay libertad; cuando la gente teme al gobierno hay tiranía”.
Un partido es una familia siciliana. Y Sicilia siempre acaba ajustando las cuentas. Pedro Sánchez va a necesitar el depósito de gasolina del tráiler de ‘Mad Max’. Le dará tiempo a recorrer España varias veces antes de que descubra, al mirar por el retrovisor, que nadie le sigue. Y habrá que hacerle hueco en las tertulias, antes de que se eche a llorar. Otra vez.
Pero los sollozos van a volver. Para todos. No ha hecho otra cosa que empezar la broma. Albert Rivera y los suyos van a sacar pecho porque huelen a poder, a subsecretarías, a dinero. Por España, naturalmente. Y Rajoy lo dejó claro: no va a cambiar nada. Si acaso, los visillos de los ministerios. Nada más. Parece que vienen tiempos políticos tumultuosos y más recortes salvajes.
Resulta inimaginable vivir sin enfadarse –ni llorar- cuando las cosas salen al revés. Al final de su poema ‘Lluvia’, Raymond Carver se pregunta: “¿Viviría mi vida otra vez? ¿Con los mismos errores imperdonables? Sí, a la mínima posibilidad que tuviera. Sí”. Porque siempre se necesita al jugador que tiene el tablero con todas las fichas, asuma una responsabilidad suicida y recuerde cualquier significado histórico. Sí es sí.
Los díscolos del PSOE anclados en el ‘no’ han hecho piña. Al margen de los siete diputados del PSC, los ocho rebeldes restantes se han organizado y hasta han creado un grupo de Whatsapp. Su nombre es un misterio, pero ellos mismos han hecho correr la especie de llamarlo NOESNO. Bromas aparte, Susana Sumelzo, Margarita Robles, Odón Elorza, Zaida Cantera y los demás esperan encontrar acomodo en la nueva etapa abierta en el seno del grupo socialista e incluso aspiran a destacar por su actividad parlamentaria. De ilusión también se vive.
¿Dará Susana Díaz un paso al frente? Por si acaso, ya tienen preparado como “mirlo blanco” a Ignacio Urquizu (lo intentaron hacer con Pedro Sánchez). Se trata de un diputado por Teruel, muy promocionado por Ferreras en la Sexta (‘Al rojo vivo’) y bien visto por Prisa. Es sociólogo y colabora en la empresa Metroscopia, esa que hace encuestas de risa para ‘El País’. Con su verbo, Urquizu aburre hasta las ovejas.
Está claro que hay despachos en este país donde se deciden cosas que correspondería a la gente. Son los despachos de los banqueros. Son los despachos de los editorialistas de los medios de comunicación. Quien sabe mucho de esto es César Alierta, pues Telefónica es un socio muy relevante de Prisa –un 13% del capital-, el grupo editor de ‘El País’ y propietario de la cadena Ser. Un aragonés con los tentáculos del poder bien organizados.
Otra cosa es el “pelotazo” de Espinar, que sería casi irrelevante si no se hubiera producido en 2011, en los albores del 15-M, cuando se hundía el mercado inmobiliario y la crisis hacía estragos. Vestrynge ha dicho que es un hecho aislado y no se puede convertir la anécdota en categoría. Aislado tampoco: Pablo Iglesias se embolsó más de cien mil euros iraníes y vive en una vivienda VPO; Monedero cobró quinientos mil chavistas por la cara; Errejón disfrutaba de becas por no hacer nada; Tania Sánchez contrató a su hermano con dinero público, y Pablo Echenique, por no seguir, pagaba en negro a su asistente. Nos cuentan, además, que Violeta Barba, la que plantea incrementar la soberanía económica de la comunidad para dar más derechos sociales, se encontró cinco euros en el autobús urbano y no dijo nada…
Por cierto, el gerente de autobuses urbanos de Zaragoza, Juan Abel Arias, debería tomar cartas en el asunto, no tanto por la apropiación indebida de los cinco euros, sino ante los problemas recurrentes de la flota, que arde por vejez o por falta de mantenimiento. Nueve autobuses, nueve, se han quemado en lo que va de año. Uno de los conductores, de nombre Luis Antonio Gómez Calomarde, tiene que aguantar, encima, la ironía de los pasajeros: “Calomarde, la cosa está que arde”.
No seremos nosotros quienes recordemos al profesor Vestrynge que la importancia social y política de los actos tiene bastante que ver con la identidad de quien los protagoniza y que el asunto del tamaño suele corregirse con el tiempo. Echen un vistazo a la hemeroteca y comprobarán que bastantes de los que andan pillados en la Gürtel fueron en sus tiempos mozos que se libraron de la mili alegando que eran estrechos de pecho, y que entre los atrapados por los ERE abundan los que hace tres décadas descubrieron la lubina a cuenta del contribuyente.
Si bien es verdad que no hay ningún aragonés en la formación del nuevo gabinete del gobierno presidido por Rajoy, el bregado embajador jerezano Alfonso Dastis, nombrado ministro de asuntos exteriores, es primo de nuestro amigo zaragozano Salvador Dastis, que fuera, además, compañero de estudios del director de esta revista pollera, Dionisio Sánchez. Compañero Alfonso, si pecas, no comulgues…
Esperamos que tampoco comulgue el donostiarra José Ramón Lete Lasa, nuevo secretario de estado para el deporte. A finales de la década de 1980 militó en el conjunto zaragozano Helios de baloncesto y allí hizo buenos amigos. Entre ellos, nuestro subdirector Carlos Calvo, socio honorífico del club deportivo. ¡Suerte!
Juan Bolea escribe un artículo sobre la defenestración de Pedro Sánchez y no tiene nada claro la teoría de la conspiración declarada por el ex secretario general del PSOE. “Sánchez insistía ante los militantes de su partido”, dice el periodista, “en el secuestro de sus siglas por parte de esos grandes poderes en la sombra: Juan Luis Cebrián, Telefónica, los curas, Alfonso Guerra, Vicente del Bosque, José Tomás, Chiquito de la Calzada, los legionarios, las cofradías de Semana Santa, Raphael, los títulos nobiliarios, Unión Fenosa, Julio Iglesias, la Caixa, el fútbol club Barcelona, la tuna, Antonio Hernando, los infanticos del Pilar, los barones socialistas, el BBV, Bertín Osborne, los varones y mujeres del PP, los Chichos, Pepote de la Borbolla”…
Y añade: “A tales ensoñaciones, pataletas e infantilismos, algunos políticos socialistas bastante más centrados, como el presidente Javier Lambán, recomiendan a Sánchez descanso psicológico y retiro espiritual, no sea que los fantasmas conspiratorios se apoderen de su mente y continué viendo, como Robespierre, traiciones y traidores por todas partes, negras sombras chinescas de debelación y corrupción”. A Bolea, como se ve, no le interesa nada Shakespeare. O quien escribiera las obras del bardo.
Así va la novela policiaca, que está bajo sospecha, no por el género en sí, sino por los malos escritores que se dedican a escribirla. Un caso palpable en esta tierra nuestra es el de Juan Bolea. Eso sí, son menos que los malos escritores consagrados a escribir “alta literatura”.
En todo caso, contra los que desdeñan el género negro como una literatura menor cabe argumentar que la novela policial no es otra cosa que literatura social. Basta con ver la nómina de autores que la han cultivado. ¿Qué otra cosa son Manuel Vázquez Montalbán, Rubén Fonseca, Leonardo Sciascia o Raymond Chandler sino grandes escritores sociales?
Explosivas declaraciones de Luis Alegre, no sabemos si el de Lechago o el de Podemos: “De niño, quedé traumatizado por las tetas de Ana Belén. Me lo chivó el cura que me daba religión”. No sabemos, desde entonces, si el de Lechago –o el de Podemos- se aficionó a las mujeres de vida alegre. O a los zapatos perdidos de Colomo. O al amor del capitán Brando. En esta casa, en cualquier caso, nos gustaban más las tetas de Edwich Fenech y las de Laura Antonelli.
“¿Quién inventó los insultos?”, preguntó Pedro Santiveri a un sorprendido Carlos Pérez Algodón. Este le respondió: “Algún hijo de puta”.
José Luis Melero entró a una tienda de ultramarinos especializada en productos aragoneses. Pidió jamón, queso y vino, pero que fuesen, respectivamente, de Extremadura, de La Mancha y de Navarra. Ante la perplejidad del tendero –digna de Colombo-, Melero le aclaró: “Mire usted, mi mujer me ha mandado a la mierda y aquí estoy”.
La última cuberada. Nuestro político del consistorio zaragozano Alberto Cuberovski pasó unos días en Cuba, con sus euros en el bolsillo, preocupándose por hablar con la gente de la calle. Al regresar afirmó, categórico, que ese viaje le ha servido para entender Cuba. Lo más normal es que quien dice eso no ha entendido realmente un carajo. Para entender un país hay que vivir en él y contemplar todos sus matices. Para comprender una sociedad hay que padecer los temores y las incertidumbres que se dan en ella. Ese dogma de pensamiento nos parece aberrante. Que adelgace y luego hable.
La juez ordena al museo catalán la devolución de las pinturas murales de Sijena. Ante un retablo en malas condiciones, los poderes eclesiásticos aragoneses se han puesto en contacto con Cecilia Jiménez para su restauración. Del eccehomo al cielo.
Los anticuarios Ricardo Ostalé y David Maturén han encontrado el original que inspiró el eccehomo de Borja. De la rabia, Harrison Ford se tiró de los pelos por haberle pisado el hallazgo y ha mandado al desguace el arca perdida. Spielberg se ha puesto en contacto con Jorge Usón para que protagonice la nueva entrega que llevará por título ‘Indiana Jones y el eccehomo barítono’.
Es muy posible que los extraterrestres que nos visitan contemplen el panorama que hay en nuestro planeta (guerras, miserias, enfermedades, marianismos) y a velocidad vertiginosa regresen al suyo. No les interesa quedarse entre nosotros. A este respecto, Juan José Benítez ha presentado su último libro, ‘Solo para tus ojos’. Y dijo, convencido: “Horas antes de un seísmo se ven ovnis; son recogedores de almas”. Si usted, querido lector de ‘El pollo urbano’, tiene alguna duda sobre platillos volantes, este es su hombre.
Cincuenta y cinco números ha durado ‘Ahora’, el periódico semanal independiente de política, economía y cultura. Miguel Ángel Aguilar –presidente editor- y Gerardo Domínguez –director gerente- quisieron inscribirse en un circuito distinto del que corresponde a los diarios convencionales y las publicaciones digitales, ofreciendo piezas de información originales. Su formato sábana era una declaración de principios, siguiendo la pauta característica de la prensa de calidad internacional. Entre sus colaboradores figuraban los zaragozanos Julio José Ordovás, Daniel Gascón o Aloma Rodríguez, esta como jefa de la sección cultural. Una aventura que ha durado muy poco. La prensa de papel está muerta.
El libro ‘Un tango para Federico’, del cantautor y escritor aragonés Joaquinilla Carbonilla, en el que se narra cómo el actual papa Francisco colabora en la liberación de una muchacha detenida en 1983 por la dictadura militar argentina, ha llegado a manos del pontífice, gracias a la intervención del cardenal turolense Santos Abril. Preguntado por el tema de la incineración en el que la iglesia prohíbe guardar en casa o esparcir las cenizas de los difuntos, el autor de ‘La peseta’ sentenció: “Yo estoy con el Vaticano; lo que diga el papa va a misa”.
Enhorabuena a Fernando Jiménez Ocaña, poco amigo de los corrillos literarios zaragozanos, por su nuevo libro de su sello Onagro. Se trata de ‘Enigmas, secretos e historias fabulosas del Nuevo Testamento’, una antología reajustada del texto sagrado. La protagonizan Sansón, Moisés, Abraham, Noé o Caín y Abel. Y al principio de todo y de todos, Adán y Eva. Con manzanas o sin ellas.
Otra enhorabuena a Nacho García Velilla. Lo que le ha sucedido en México es histórico, pues su película ‘No manches, Frida’ se convirtió en la más taquillera de ese país, desbancando a filmes como la nueva entrega de ‘Star Trek’. Se coló, además, en la lista de las treinta de habla no inglesa más vistas de la historia.
Y otra enhorabuena doble a los directores Héctor Pisa y Juan Alonso, cuya película de animación ‘El bandido Cucaracha’ ha triunfado en los festivales de Buenos Aires y Los Ángeles.
‘Eco montañés’ puede considerarse el primer cuento publicado por Ramón J. Sender. El altoaragonés tenía quince años y ya había publicado varios artículos en la prensa aragonesa. Nuestro colaborador Javier Barreiro ha recuperado, para desgracia del padre Melero, este texto perdido y lo analiza en la revista turolense ‘Turia’. El cuento apareció en el periódico madrileño ‘Los comentarios’ en diciembre de 1916. Dice Barreiro que los diálogos del texto reproducen aragonesismos más propios de Tauste y del Bajo Jalón que de su tierra del Cinca natal. Un gran trabajo.
La producción de Jeremy Jay se deja notar en el más reciente disco de nuestro amigo Bigott. Recuerden ese bonito videoclip grabado en el bazar ‘Quiteria Martín’. Se llama ‘My Friends are dead’, siniestro título para un álbum que, sin embargo, suena fresco y luminoso. Borja Laudo está al frente del proyecto.
Al final, los líderes de Podemos siempre terminan en una teleserie. El número tres de la formación populista trató de quitar hierro a las desavenencias entre Pablo Iglesias e Íñigo Errejón. Cree Pablo Echenique que entre ambos solo hay diferencias de “tono” y que, “como Mulder y Scully, se pican, pero hacen buen equipo”. Para fenómeno extraño, el de los populistas, que tienden a confundir la realidad con la ficción.
Hubo un tiempo, según Neruda, en el que se consideraba que el comunismo daba a los seres humanos la rectitud que necesita el árbol. De ahí, tal vez, la pasión del señorito Javier Delgado por las cosas de la vegetación. Ahora, incluso muchos de los izquierdistas consideran al comunismo una antigualla. Pero el partido sigue vivo en la conciencia de mucha gente. Lo dijo Manuel Vázquez Montalbán: “Los comunistas, como los curas o los atletas sexuales, nunca dejan de ser lo que son, por más incluso que se disfracen o hasta renieguen”. La arboladura, aunque no se vea, da cierta solidez.
Recuerde, señorito Delgado, la máxima de Francis Picabia: “Nuestra cabeza es redonda para permitir al pensamiento cambiar de dirección”.
Un recuerdo póstumo para el aragonés José Miguel Monserrate, uno de los responsables de la entidad que pretendió dar voz para visibilizar los derechos de las personas con discapacidad, y una persona entusiasta que siempre minimizó las dificultades. Todos hemos de morir. Incluso Rajoy. Aunque lo de este último no esté nada claro. Puede seguir vivo en funciones.
