Por Jorge Álvarez
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La falta de criterio, por acción, omisión o siguiendo un plan diagramado en otros lares el actual gobierno de marionetas, de clara orientación castro-chavista, día a día…
…da muestra de una desconexión alarmante de la realidad.
Sus integrantes están convencidos de pertenecer a una casta de seres superiores que pueden ir por la vida negando la gravedad que acarrean sus actos.
Pero además necesitan convertir todos los ámbitos en campos de batalla donde luchan contra la razón, el sentido común y hasta con la ciencia ridiculizando a quién o quiénes les marcan sus errores porque se está con ellos o son los enemigos de la Patria, de la democracia o agentes del enemigo elegido ese día.
Sí, porque a diario ese enemigo creado puede ser el periodismo, en cualquiera de sus vertientes independientes, un periodista en particular, un fiscal o un juez, un científico, los integrantes de la Corte Suprema de Justicia o hasta el mismísimo Messi si se lo proponen.
Aunque le resulte imposible creerlo en la Aduana del aeropuerto de la ciudad de Rosario, la que vio nacer al futbolista aún esperan ser distribuidos a centros asistenciales los respiradores donados por el mejor futbolista en la actualidad en plena pandemia.
Y ¿por qué? ¿qué razón se puede esgrimir? Le confieso que dentro de mis “limitaciones” por no integrar la asociación ilícita en el gobierno no tengo ninguna a mano para ofrecerle a usted. ¿Será porque Messi no es ni será funcional al peronismo como lo fue Maradona? Y puede ser.
Desde la llegada del peronismo al poder se suceden los escándalos de todo tipo que llevan a pensar que quienes los provocan sufren de severas perturbaciones mentales.
Tenemos una inflación mensual superior a la anual de nuestros vecinos de Chile, Uruguay, Brasil, Bolivia o Paraguay.
Y se espera con un optimismo desmedido que la anual de 2023 tenga un piso de sólo 150% sin necesidad de una guerra, del paso de un huracán, tornados o inundaciones. No, con el peronismo ya es más que el suficiente.
La cotización del dólar y la del euro no conocen el techo ante nuestra difunta moneda que ya no cotiza en casas de cambio como, por ejemplo, las del vecino Uruguay.
Y para el final le reservé este dato: el billete de 1.000 pesos, el de mayor denominación en el país, vale dos dólares por lo que emitieron el de 2.000 pesos que antes del parto que lo puso en circulación y por efecto de la inflación ya perdió su valor y es en realidad uno de sólo 1.400 pesos. ¿No le despierta curiosidad a usted comprobar cómo es esta Argentina que clonó a la Alemania de 1920?
Mal hecho. Nos invaden los turistas quienes con euros, dólares o reales en sus bolsillos pueden vivir como millonarios haciendo realidad sus sueños.
Por eso repito una vez más: saluden a esta Argentina que se va hundiendo como el Titanic en manos de un peronismo mesiánico, corrupto y delirante.
