Lo que se nos viene encima / María Dubón

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Por María Dubón

    En los siguientes capítulos” iré exponiendo mis impresiones sobre la actualidad, tal y como yo la veo. Me gustaría que hubiera participación, aportación de ideas, críticas y, sobre todo, ganas de cambiar el mundo.

    Me niego a quedarme quieta y esperar a que el problema se resuelva por sí mismo, pero estoy sola. Cuantos más seamos, más oportunidades tendremos en el juego del poder. Así que os animo a intentarlo. Que nunca digan de nosotros no plantamos cara al adversario, que nos rendimos antes de empezar la batalla.

Capítulo 1

   En el mundo que viene, una reducida élite de mega ricos dominará al resto de la población mundial. Seremos esclavos, trabajaremos por un plato de comida que nos mantenga con vida para seguir trabajando.

   El planeta tiene un espacio y unos recursos limitados, la población no para de crecer. El desajuste debe compensarse. ¿Cómo? Eliminando a los individuos que no sean productivos o rentables.

   El genocidio pasivo o por omisión se está produciendo ya. La hambruna devasta África, Asia, Sudamérica y el hambre se acerca ya a la puerta de nuestras casas europeas. A los ciudadanos se les niega el pan y a los enfermos las medicinas. Quien no puede costearse la vida por su cuenta, no tiene derecho a vivir, se le deja morir.

Capítulo 2

    Nos han hecho creer que la política y los políticos están al servicio de los ciudadanos. Nosotros, pobres imbéciles, de tanto escuchar esta mentira, la hemos tomado por cierta. Pero los políticos son unas marionetas y la política solo sirve a una reducida élite financiera, que es la que domina el cotarro. Ellos deciden los movimientos bursátiles, los porcentajes sobre el beneficio, quién se salva y quién se hunde. Se llaman troika, hombres de negro, FMI… Son entes abstractos, sin cara, nadie los ha elegido, pero ahí están, decidiendo sobre nuestras vidas.

Capítulo 3

    Gracias a las nuevas tecnologías, el mundo es más pañuelo que antes. Estamos interconectados, las noticias vuelan, desde un teléfono móvil puedes acceder a todo el conocimiento de la humanidad. El conocimiento es bueno para los ciudadanos, pero resulta nefasto para los planes de la élite. Desde el antiguo Egipto hasta ayer mismo, el saber se administraba con cuentagotas a una población ignorante. Quien descollaba en alguna disciplina científica o humanística que trastocara el orden establecido o se considerase peligroso para el mismo, se “suprimía”. Así de sencillo.

    Ahora este sistema ya no funciona, por eso se ha inventado otro. Ponen en nuestras manos una tecnología que controlan y con la que nos controlan. Siguen dominando el mundo.

    Pensamos que nos manejamos bien con la informática, el ordenador, internet… En realidad no sabemos nada de nada. Apenas alcanzamos a clicar sobre entrar o enviar, del resto se encargan ellos. Con el smartphone y el GPS nos controlan las 24 horas del día, en cualquier lugar. Saben dónde estás, qué haces, conocen tu círculo de amistades, tus aficiones, qué te interesa… Lo saben todo sobre nosotros. Nosotros lo ignoramos todo de ellos. Juegan con ventaja.

Capítulo 4

    Hasta no hace mucho, uno de los métodos de control más poderosos eran las guerras, con ellas se reajustaba el poder, se equilibraba la sociedad. Pero una guerra es muy cara, por eso nos están preparando poco a poco para lo que se nos avecina.

    Desde el cine, desde los medios, van abonando el terreno. Siembran su discurso y nos distraen de lo importante. Noticias contradictorias, información falsa, pérdida de valores, aislamiento del individuo. Ese animal de compañía que todos tenemos en casa, emite programas destinados a evitar que pensemos. Mientras te posicionas a favor o en contra de un tertuliano, mientras ves el capítulo tres mil novecientos dos de tu serie favorita, no piensas en tu futuro ni en el de la sociedad. Del trabajo a la cama, pasando un rato por el bar, así transcurren los días sin que hagamos nada de valor.

Capítulo 5

    El crecimiento rápido y sin ninguna regularización se construyó sobre el sector financiero. El crédito se expandió rápidamente, se realizaron apuestas muy arriesgadas y solo una parte de ellas se canalizaron hacia inversiones productivas en la industria. Entonces explotó la burbuja. La liquidez desapareció y la economía real entró en un círculo vicioso: tener que pagar las deudas insostenibles a través de una austeridad que hace que la inversión vuelva a caer en picado, que la ratio deuda/ingresos se mantenga prohibitivamente alta y que el crecimiento se vuelva negativo.

    ¿Cómo se está intentando revertir esta situación? De ninguna manera. Las medidas que se adoptan van encaminadas a que la situación se perpetúe. Los gobiernos y los bancos centrales financian a los bancos para reflotar el sector financiero, el único sector que se halla en proceso de recuperación y vuelve a crecer, mientras que la economía real no deja de menguar.

    Especialmente cruda es la situación en lo que se ha dado en denominar “la periferia de la zona euro”, aquí se encuentra España. La imposibilidad de la devaluación por culpa de la unión monetaria, junto con la carga desproporcionada del ajuste que cae sobre los países deficitarios, garantiza una depresión muy larga. Esto es precisamente lo que quiere decirse con el eufemismo de crecimiento negativo y elevado endeudamiento.

    Este fenómeno ya se dio por primera vez en la década de 1930, pero no hemos aprendido nada desde entonces y seguimos empeñados en cometer los mismos errores. Errores que también benefician a los de siempre.

Capítulo 6

    Me referí a ellos, a los entes abstractos, en el capítulo 2. Hace unos días, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, advertía de que un problema económico de Estados Unidos afectaría seriamente al mundo entero. Por esta razón, el flujo de dinero hacia Wall Street no cesa y los entes harán todo lo posible para que siga siendo así.

    Las élites políticas ya se ha puesto en marcha y Wall Street, la City de Londres y Frankfurt, por enésima vez, se han inundado de dinero. La tragedia es que este capital no está siendo útil a la hora de impulsar la inversión y la demanda de los consumidores. Así es que la crisis de la economía real perdurará largo tiempo, hasta que lleguemos a la situación expuesta en el capítulo 1. El 99 % de la población en la miseria absoluta. El 1 %, la élite, nadando en la opulencia más ominosa.

Capítulo 7

    Los gobiernos nacionales se encuentran atados de pies y manos, sin margen de maniobra, al servicio de los bancos y de los fondos de inversión. Una vez que se produjo la quiebra, después de que la crisis se extendiera por la zona euro, las políticas nacionales de inversión están restringidas. Pero en las cumbres de la UE nadie da un puñetazo en la mesa, nadie se planta, nadie dice: No.

    Se siguen aplicando políticas económicas similares a las que se hacían antes de 2008. Entonces se puso en manos de los banqueros el poder para explotar los excedentes de la sociedad. Los bancos han quebrado y todos trabajamos para tapar el agujero negro que tienen en sus cuentas.

Capítulo 8

    La pobreza como destino. El objetivo está claro. En un mundo globalizado, lo que le ocurre a uno nos afecta a todos. China es el único país que tiene crecimiento, pero el crecimiento chino no se mantendrá sin la recuperación de Estados Unidos y la recuperación de Estados Unidos depende, en buena parte, de la recuperación europea. El crecimiento de Sudamérica, los países del sur de África y la India dependen completamente del crecimiento chino.

    ¿Qué hace Europa en este contexto? Ha creado una recesión innecesaria y evitable que está hundiendo el bienestar del planeta.

Capítulo 9

    El desastre inminente no nos moviliza. De manera que las élites tienen en nuestra conformidad su principal fuerza motriz. Pese a la debacle que estamos sufriendo, no se aprecian signos evidentes de cambio, todos parecemos resignados con nuestro sino.

    Nos estamos dejando vencer sin oponer resistencia, sin luchar por defender unos derechos que nos costó siglos adquirir. Les estamos haciendo el juego. Son listos y lo saben. También saben que somos una masa de borregos y, sin líderes claros, nos convertimos en una anárquica masa de borregos. Desunidos, descoordinados, sin objetivos definidos. ¿Les suena de algo el aforismo latino: Divide y vencerás? Pues es lo que han hecho con la sociedad, dividirla para derrotarnos.

    Y ahora ¿qué? El futuro está en nuestras manos y dependerá de lo que hagamos hoy: quejarnos o luchar. Luego no habrá remedio. La estrategia de las élites se habrá consumado y nosotros habremos sido sus cómplices

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