Por Joe Di Maggio
Jaca.- Desde los tiempos de Franco (don Francisco) Jaca ha sido ciudad de alcaldes singulares. Sin duda el campeón fue don Armando Abadíatti, alcalde del que se decía que ganaba las elecciones sin levantarse de la cama.
Hombre querido por sus conciudadanos, dio paso al peor y más soberbio edil que pudo producir la democracia: el acumulador Enrique Villarroyetti al que actualmente ni siquiera saludan los vecinos de su comunidad (tal fue su devenir como alcalde, diputado, Jefe de bomberos, presiente Mundial de la Pista de Hielo Inacabable y machacador de Pedanías). Tras él y en el tránsito lógico de la democracia bipartita española, le ha sucedido otro singular alcalde, el popular Barriotti que en cuanto ha tenido oportunidad se ha pegado otra de bombero torero, esta vez con la inestimable ayuda del consejero de Toda la Ordenación del Territorio, Policía y Melonadas, don Toninno Suarezzi.
Resulta que como el divino Vilatti (manu militari del susodicho Villarroyetti) dejo una ciudad “peatonal y rodada” es decir, una mierda de hormigón hasta las fauces, hacía falta un Cuerpo de policía municipal más especializado. Si señores, leen ustedes bien. Según el bombero torero alcalde, a la policía del municipio jaqués le hacía falta una moto “especializada” para que la ciudad pareciera un apéndice neoyorkino. Dicho y hecho, apareció el Consejero Suarezzi con todo su séquito, tambores y trompetas para firmar la chuminada: el gobierno de Aragón le soltaba al bombero torero 5.000 euros para que le compre una moto con sirena y luces azules a la policía local para que Jaca parezca N.Y.
Lo que todavía queda por dilucidar es si hay suficientes policías locales jacetanos con carné de moto o, de momento, deberá llevar la “bicha” el ilustrísimo concejal de pedanías (otro que no tiene desperdicio). Esta mejora del equipamiento de la policía jacetana motivó que el alcalde brindara con champan con todos sus guardias que ya se ven haciendo prácticas en Montmeló para subirse a las próximas motocicletas que llegaran ya que la policía de Jaca no puede quedarse descolgada de tan ilusionante aparato y menos, luego de la firma que estampó el genio de Suarezzi, quien, por cierto, instruyó a los policías tras el papeleo acerca de cómo ha de sacarse la mano cuando se gira a la izquierda y de cómo cuando se haga a la derecha tengan cuidado con no abandonar el acelerador ¡Alucinante, señores!
