Por H. E.
El joven poeta Alberto García Ruffoni salta a la escena expresándose gratuitamente con sus poemas y relatos cortos desde su nuevo blog “ ErasableWritings”. Residente en Ljubljana, Eslovenia, Alberto lanza su imaginación a la red recordándonos que con la facilidad que uno saborea la creatividad, igual la destruye. Y es que así nos lo recuerda la cabecera de su blog “Por que sólo una letra separa al deleite del delete”.
Con imaginativos poemas, a los que Alberto les añade su peculiar toque de humor y un estilo minimalista, sorprende. Sin complicaciones va caminando este chico por el verso, haciendo una poesía fácil de leer pero no por ello simple.
Además, también se atreve con el relato, y personalmente destaco “HaZTe MADRE”, el cual de alguna forma me recuerda a los relatos de Carver en “Catedral”. Quizá no en la manera de escribir, pero si en el sentimiento que deja al final la idea del escrito.
Sin más, os dejo un adelanto de lo que va escribiendo Alberto, y el link de su blog, que prácticamente se actualiza a diario.
ERASABLE WRITINGS
http://erasablewritings.wordpress.com
“H” y “M” intentan tener un hijo, pero siendo aquél estéril, no lo consiguen. Así es que “H” propone a “M” quedar embarazada de “a”, su mejor amigo: un joven matemático, deportista, y divertido. “M” reniega al principio, pero al final cede. Sin embargo, tras mantener infructuosas relaciones sexuales con “a”, se descubre que “M” es infértil.
Buscan ayuda en una clínica de reproducción asistida, y allí introducen el material genético de “M” en un óvulo donado por una desconocida “A”, para fecundarlo con los gametos de “a”. Después, el óvulo es introducido en el útero de una madre de alquiler, “D” –conservando su anonimato, por proteger su identidad de los peligros de su ilegal negocio-. Así es que “D” da a luz en la bañera de la casa de campo de “H” y “M” y, tras recuperarse, desaparece del mapa para siempre.
Por fin consiguieron el hijo que tanto desearon, y lo llamaron Sócrates, pero “H” se mata en un accidente de coche y “M” tiene que seguir adelante sola, como joven madre viuda. A pesar de intentarlo con arrojo, “M” no supera el bache y termina por caer en la droga: da al niño de dos años a un horfanato, e ingresa en un centro de desintoxicación. Al salir se hace monja de clausura y, tras un ataque psicótico, la internan en un Centro Psiquiátrico, donde pinta cuadros que nadie entiende, sin hablar, ni levantar los ojos.
Sócrates, a sus tres años, es adoptado por la pareja “Z-R” que lo devuelve a las dos semanas porque llora demasiado. Meses después, la tutela pasa a “T” y “E”, una pareja gay que también lo devolvió, pero en este caso, porque el muchachito les parecía demasiado hiperactivo. A los cuatro años, fue por fin adoptado por “E”, aquella que fue su verdadera madre: le dió todo hasta su propia muerte, dos días antes de que Sócrates cumpliera los treinta años.
Hijo de cinco padres -“H”, “a”, “Z”, “T”, “e”-, y de cinco madres -“M”, “A”, “D”, “R”, “E”-, Sócrates salió de casa en su cumpleaños prometiéndose no volver hasta encontrarles. Años entre archivos, maternidades y abogados… familias, psiquiátricos y centros de inseminación… nada revelaron que satisficiera sus dudas.
Así Sócrates dejó la ciudad con lo puesto, y se adentró en el bosque gritándose: ¡Quién serás, Yo, que no me reconozco! Y años después, abandonando su aislamiento, regresó a la urbe, con la cara cambiada y el gesto tranquilo: ¡Habedme al fin con vosotreshijes míes! En la plaza jugaba con las criaturas y contaba cuentos a la juventud, escuchando a las personas de mayor edad sobre el amor, la risa, el miedo y la locura. Pero, al tiempo, los servicios sociales lo prendieron como a un perro, y lo internaron en el centro psiquiátrico.
Allí estuvo durante meses, y se enamoró de la mujer más encantadora del mundo: no hablaba, ni miraba a los ojos, pero era dulce y amable en sus gestos; no hacía otra cosa que pintar en un silencio del cual no salía. Sócrates la comprendía en lo más profundo, sin adivinar siquiera cómo. Él jugaba con su pelo, y le cantaba con mimo. Ella le hablaba con inocencia, con su pincel más suave y fino.
Adelantarse al golpe
y aprender del guantazo.
Saber apartar la cara,
y anticipar el gesto.
Birlad,
Quitad,
y Afanad,
no son linajes arabo-musulmanes:
son imperativos verbales; deber.
Robar, asir, coger: descargar.
Adelantarse a la ley,
destrozar el mercado:
que no vean las caras
que vacían sus bolsillos.
Hurten,
Tomen,
y Sustraigan,
no son familias nórdico-germanas,
Son imperativos morales, eso es:
tomar lo tomable. Reclamar.
Adelantarse al ladrón
y ser por fin perdonado.
Poder levantar la cara
y compartirlo todo.
Desposean,
Roben,
y Saqueen,
no son apellidos anglosajones,
son invitaciones, a la violación,
de la propiedad intelectual.
Encostrado en la costumbre
Ya me encostra la costumbre
de encontrar la pesadumbre
de las ostras de este cuarto
que me enclaustra, y tiene harto.
Del aburrimiento es cumbre
la soledad muchedumbre
de este hastío que comparto
con el viejito del cuarto
que octogenario y así herrumbre,
coartado por la quejumbre
de sobrevivir al parto,
vive en jaula de lagarto
secuestrado hasta el infarto,
ya encostrado en la costumbre.