Como un suspiro se pasó. El verano ya permanece en el recuerdo y entramos en el nuevo curso de la mano de un Pollo con nuevas secciones, nuevas firmas y un planteamiento más aglutinador. Hemos corregido y mejorado las bases de datos y nuestros subscriptores van a tener información puntual rápida y eficaz de cualquier novedad que se produzca en la revista.
En el ámbito municipal ha sido una temporada casi casi para olvidar. El equipo de gobierno no ha sabido, no ha querido o no ha podido pergeñar una acción contundente sobre la ciudad y todo se ha quedado entre hilvanes y a la espera de cómo se conforme el Ayuntamiento tras las próximas elecciones.
Una cosa está clara: Ya no volverán los tiempos de las mayorías y los partidos han de aprender a negociar, a pactar y a ilusionar con su gestión. Hacer por hacer, no sirve para nada, como hemos visto en esta legislatura. La ciudadanía se desinfla y los programas han de adecuarse a las nuevas circunstancias que ya nunca- creemos- serán las programáticas de un único grupo político.
Viene ahora, pues, el tiempo de la política con mayúsculas. Ya no valdrá venir a aprender a las instituciones. Habrá que llegar aprendido…